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era el cumpleaños de mi mejor amiga agustina, por lo que había organizado una pequeña reunión en su casa con unos pocos amigos y varios miembros de su familia. ese día estaba cumpliendo 17 años, uno menos de los que yo tenía. no era una gran celebración, solo estaban las personas más allegadas a la chica.
era una noche bastante calurosa de verano, por lo que agus me había convencido de que usara ese top que hacía resaltar mis grandes pechos, probablemente mi mejor atributo. también lo había acompañado con una falda que se ajustaba a mis muslos color negra igual que la prenda de la parte superior. me sentía más que satisfecha con el resultado, pocas veces me veía a mi misma así de sexy.
llegué más temprano que el resto, a eso de las nueve de la noche, cuando la familia aún organizaba toda la decoración de la casa. no tardé en abrazar a mi amiga con fuerza y llenar su rostro de besos, por más de que la había visto solo unas horas atrás.
━ feliz cumpleaños ━ la felicité con una amplia sonrisa que no tardó en ser mutua y tomé sus manos, acariciando estas con mis pulgares ━ te amo mucho mucho.
━ y yo te amo mucho mucho más ━ me respondió, abrazándome una vez más.
me dispuse a ayudarlos para que acaben más rápido con las tareas, ya que los invitados no demorarían en llegar. por suerte no faltaba demasiado para finalizar y en cuestión de minutos estuvo todo listo para recibir a los demás.
con agus decidimos ir a prepararnos el que sería el primer trago de la noche, un campari. la morocha sabía hacer unas bebidas muy ricas, así que dejé la preparación en sus manos. hizo uno para mí y otro para ella, posteriormente salimos de la cocina para regresar con los otros. unos amigos de nuestro grupo habían llegado, por lo que no tardamos mucho en poner música y charlas sobre temas triviales.
pero entonces la puerta es abierta, dejándome ver a nada más ni nada menos que enzo fernandez. mentiría si dijera que no había estado enamorada de él cuando era más pequeña y entendía el porqué. había perdido completamente el rastro del chico, años pasaron desde nuestro último encuentro, pero nada cambió demasiado en él.
mantenía el mismo peinado y ese estilo medio turro de cuando era un pre adolescente que tanto me gustaba, esos pibes siempre habían sido mi debilidad. aunque sus rasgos ahora eran mucho más maduros, me sentí inevitablemente atraída hacia él. quizá si tenía suerte al menos podría encararlo.
primero se acercó a saludar a su prima, dándole la bolsa donde tenía su obsequio. luego se dirigió al resto del grupo, poniendo una mano en mi cintura cuando fue el turno de besar mi mejilla. me dejó ver esa sonrisa coqueta y su perfecta dentadura, sentí que mis piernas temblaron en aquel momento.
