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El comienzo de clases fue un tanto desafortunado; así lo describiría. Llegué tarde, lo que me obligó a permanecer fuera del aula. Al principio, la culpa me instaba a copiar desde la ventana lo escrito en el pizarrón, pero luego el aburrimiento me hizo recordar que, de todos modos, ya tenía una falta. Los pasillos estaban desiertos y la cajetilla en mi bolsillo parecía suplicar que la sacara, así que le hice caso hasta que llegué al exterior del edificio, a un área igualmente solitaria, pero con una vista encantadora y una brisa tranquilizante.

- ¿Me darías uno? - escuché a mis espaldas apenas solté la primera bocanada de humo

Normalmente me negaría, solo me quedaba un cigarro en la cajetilla, pero al verlo, mi boca y mis manos se movieron solas.

- Para alguien tan encantador, ¿cómo podría negarme? - respondí, observándolo sonreír confundido, pero al final decidió sentarse a mi lado. - ¿Llegaste tarde, primeriano?

- Soy nuevo - contesto como si allí estuviera la respuesta a todas mis dudas, llevando el cigarro a sus labios y acercándolo a la llama del encendedor - la alarma y yo ya no nos llevamos bien.

Normalmente, habría vuelto a mis asuntos y dejado la conversación como un encuentro casual con un desconocido, pero su belleza me lo impidió. Sus ojos, inocentes pero audaces, sus manos finas y delicadas, su piel pálida y cabello oscuro que hacían juego con sus ojos de color ámbar, todo parecía perfecto para mi entretenimiento de dos semanas.

- Pues... bienvenido - respondí, aunque él mantenía su mirada al frente, como si no mereciera su atención. - Adivino ¿un mal inicio? - pregunté, pero él negó.

---Me aburrí de esperar a que el profesor sintiera lastima de mi, y cuando me di cuenta que no los traía conmigo --- dio un toque mas --- bueno... las ansias me trajeron hasta aquí --- y así el casi ya nulo humo salió.

-¿Así que soy tu heroína? -negó él, entretenido-. Bueno, de cualquier forma, tanta dependencia no es saludable.

---¿Así que la desconocida con una cajetilla vacía me lo va a decir? --- ahora fui yo quien tomó humo, al final no está tan equivocado --- no me digas si está bien o mal, no me conoces.

Si, era lindo, pero al parecer también era un terco.

---Entonces, ¿por qué no cambiar eso? --- y así, finalmente me miró --- ¿Qué tal si te llevo a tu próxima clase?

[...]

- ¿Quién es? - No pude hacer más que mirarla confundida; aquello había llegado como un susurro directo a mi oreja, después de ese beso que no fue nada dulce.

- ¿De qué hablas? - murmuré, volviendo a besar esos labios. mientras una de mis manos ya comenzaba a acariciar debajo de su falda.

- Pasa, que apestas a Omega - contesto, mordiendo su labio inferior apenas le di la vuelta - mierda~ - gruño, aferrándose al lava manos.

- ¿Te molesta? - murmuré en su oído mientras una de mis manos se encargaba de acariciar esa ya empapada zona íntima - porque me encanta cuando estas enojada~

- Aah~ m-mierda, n-no me tortures así n-ngh~ - el sonreír me fue inevitable, y después de hacerla recargarse en el lavamanos de manera brusca un.

- ¿Crees que así se piden las cosas? - salió como burla de mis labios para después dar una fuerte nalgada provocando una de esas lindas quejas - suplícame, zorrita.

- Maldición, Mai - murmuro - alguien puede Ah!~

Simplemente moría por ver a ese chico en esta posición, ¿Qué diría? ¿Cuales serían sus gestos? ¿Qué tan dulces serían sus gemidos? Simplemente ya no podía esperar.

[...]

- Es un chico de primer grado - conteste después de que esta maravillosa media hora llegará a su fin.

- ¿De primero? ¿Cómo es que conociste a un chico de primero? - preguntó mientras se acomodaba la ropa - Seguramente no tiene experiencia en estas cosas.

- Me basta con que sepa abrir las piernas - conteste acomodando mi cabello frente al espejo - además, si no me complace, te tengo a ti.

- ¿Es por eso que siempre regresas? - dijo con burla - Que patética~

- Si crees que soy patética, deberías verte en un espejo - repliqué, sosteniendo su mentón - e intenta no cerrar los ojos.

Y después de un beso rápido simplemente me fui.

[12 llamadas pérdidas]

Eso fue lo que me recibió, y de un suspiro pesado me dedique a llamar al número responsable.

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