"Y DEL FUEGO NACERÁ"
15 AÑOS ATRÁS
-. No lo puedo creer, es la mejor noticia que me han dado nunca-. Era tarde, y el rey Baedmon se había escabullido para ver a su amante Jean.
-. Lo sé mi amor, yo también me sorprendí cuando deje de sangrar unas semanas atrás, me alegra que estes feliz- toma su rostro y lo besa delicadamente.
-. Pensé que era infértil, Rhaenys no a quedado embarazada, y ya llevamos 15 años de matrimonio, bueno igual no es que practiquemos mucho el acto...- Jean le pone una mano en su boca reteniéndolo.
-. No quiero que me cuentes de tu relación con Rhaenys, de por si ya me odia, y odia más que esté tan cerca de ti- se pone de pie y camina hacia el espejo.
Se comienza a tocar el estómago en señal de sentir algo, su mano comienza ponerse morada con unos hilos de luz a su alrededor, estaba usando magia.
-. ¿Qué haces?- comenta Baedmon con curiosidad en su voz, mientras se le arman unas líneas de confusión en la frente.
-. Solo uso mi magia para sentirlo, es un hechizo de vida, sirve para sentir el alma, sea de un animal o de una persona, es como sentir su presencia, el calor que emana su energía.
Pasan unos minutos en silencio hasta que Jean comienza a reírse.
-. ¿Que sucede qué pasa? ¿Sentiste algo?- Baedmon se levanta rápidamente y se hace al lado de su amante.
-. Si, lo siento, emana una energía muy fuerte, eso quiere decir que tendrá un don muy especial- Jean se voltea para quedar frente a Baedmon.
Jean se queda inspeccionando la cara de Baedmon por unos segundo, hasta el momento no había pensando en lo complicado que eso sería, no es la esposa del rey, es su amante, podrían cuestionar la legitimidad de su hijo, la única salida sería que este se pareciera a su padre o al menos sacara su cabello blanco platinado; Baedmon abrió la boca para comentar algo pero Jean lo callo poniendo un dedo sobre sus labios.
-. Esta bien, se lo que piensas, estaremos bien, y si será mucho problema para ti podremos irnos aún tengo mi hogar en Pentos y algunos ahorros, tal vez...
-. Ey, mírame- Baedmon la interrumpe de inmediato- nunca te pediría que te fueras de mi lado, eres la mujer que amo, y tienes mi hijo dentro- pone una mano en su vientre- eres mi felicidad, tú me mantienes cuerdo de toda esta mierda, y si pasa algo, te protegeré, al final de cuentas soy el rey, no?
-. Mí amor...- Jean suelta una lagrima- te amo y yo tampoco quiero separarme de ti nunca, y no lo haré, si lo quieren hacer será sobre mi cadaver.
Su voz sonaba más determinada que nunca, al igual que su expresión,volteó hacia el espejo mirando su reflejo en este, y ahí estaba Jean con su cabello negro que llegaba un poco más abajo de sus hombros, su rostro era bello, muy bello en realidad, tenía una bata blanca de dormir manga larga, llegaba unos centímetros más abajo de sus rodillas, permitiendo tapar sus cicatrices de tanto sufrimiento de la infancia y adolescencia que tuvo que pasar; luego de pasar una repasada por todo su cuerpo de pies a cabezas, posó su mirada fijamente con su reflejo en sus ojos. Esos ojos morados que tanto la habían echo única y diferente a todos los niños con los que jugaba, esos ojos que tanto le habían traído problemas, pero los amaba, era la fuente de su poder.
-. Debo irme cariño, ya es tarde- envuelve sus labios con los de Jean en un beso cálido que le hace entender todo lo que la ama.
Baedmon sale de el cuarto, y se encuentra con un pasillo oscuro, y se dirige a su aposento, y se detiene cuando oye en un rincón oscuro las respiraciones agitadas de dos personas, coge una de las antorchas que están en el pasillo contrario, y la arrima al lugar de donde proviene el sonido, soltó un suspiro de sorpresa al ver quiénes eran; su primo Daemon con su sobrina Rhaenyra.
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Nacida del fuego
FantasyEl rey Jahaerys a muerto, ahora su nieto Baedmond Targaryen ocupa el trono. Este mantiene un compromiso con su hermana Rhaenys, pero no es la mujer que realmente ama. ¿Qué pasa cuando un Targaryen que son asemejados a los dioses y una de las brujas...