una segunda oportunidad (Inriustor)

capítulo 4

Estaba nervioso,  en sus manos yacía una botella con un líquido verdoso, era en ese momento que se cuestionaba como podría ser considerado inteligente o siquiera sensato cuando estaba aceptando probar su experimento sabiendo ya de su estado actual de salud. Definitivamente sería el último,  eso le advirtió a mayo, quien desilusionado y a regañadientes acepto liberarlo del laboratorio una vez finalizado esta última prueba.
Mayo: bueno,  creí que te querías librar de mi, asique tómalo ya.
Rius: tampoco lo digas así, es solo que ..surgieron otros inconvenientes que no serian muy compatibles. Te seria inútil por algún tiempo como sujeto de pruebas
Mayo: pero sigues sin decirme exactamente que es el nuevo “inconvenientes” por el que me abandonas.
Rius: pronto lo sabrás ¿okey? Pero mientras te podré ayudar desde la teoría, solo tendrás que buscar un nuevo sujeto.
Mayo: más te vale, porque aun tengo mucho que aprender y te necesito aquí.
Rius: vale- dijo  para finalmente tomar de la poción.
De repente el chico pollo empezó a sentir su cuerpo entumecido y como poco a poco perdía el control de sus movimientos mientras un dolor muy agudo le recorría todo el cuerpo.  No tuvo más opciones que acostarse lo mejor que pudo en la camilla mientras se tensaba y gritaba de dolor hasta que quedó inconsciente.
Una hora después despertó, aún se sentía un poco entumecido pero al menos el dolor ya no estaba y viendo el reflejo en los cristales pudo darse cuenta de que el experimento fue un éxito,  por lo cual estaba feliz, seguía siendo un híbrido solo que ahora su porcentaje genético humano era de un 80% dejando solo algunas zonas en su forma animal, aunque podría volverse un pollo a voluntad si quisiera, cosa que probó, regresando después a su forma humana viendo que seguía sin mayores alteraciones. Por lo que estaba feliz, seguro su amigo también lo estaría, había sido su idea ese experimento después de todo, pero….donde estaba mayo que no lo veía por el laboratorio.
O eso se preguntaba el albino hasta que escucho la puerta de entrada, feliz fue para hablar con el moreno, hasta que lo vio ahí, parado, viéndolo de forma seria y muy enojado. Acaso hubo fallas que no logro percibir?
Mayo: hace cuanto?
Rius: eh? Que cosa mayo?
Mayo: hace cuanto que estas con Víctor?
No lo entendía, como sabía lo que ocurrió, dudaba que el espartano lo dijera por mucho que quisiera tenerle con él,  se había contenido, argumentando que mientras pudiera estar cerca del chico ojos bicolor, podría soportar que otros se le acercaran a su omega.
Rius: ¿Cómo?
Mayo: venga pollo, tal vez tus plumas lo tapaban pero eres casi un humano completo ahora, se te puede ver perfectamente la marca en tu cuello de la cual desprende el olor de Víctor. Asique ahora dime, hace cuanto paso? Porque lo hiciste sabiendo que me gustaba él?!
Rius: mayo, lo siento,  paso durante mi celo, no pudimos evitarlo y desde entonces eh tratado de mantener el espacio con él,  pero se rehúsa a dejarme.
Mayo: claro que se rehusaría a dejarte luego de marcarte! Él es un caballero en toda la extensión de la palabra! La culpa de que no puedas amar a nadie más le debió pesar! Si te deje medicamentos, como dejaste que pasara?!
Rius: lo olvide! Creí que faltaban unos días más y los confundí con síntomas de agotamiento.  De haber podido, me hubiera alejado!
Mayo: no mientas! Hace tiempo que todos veíamos como te alejabas de Timba y empezabas a salir con Víctor,  a ti mientras te abran las piernas, no importa quien sea, no?!- estaba mal, le dolía tanto descubrir que jamás sería correspondido por el espartano,  que estaba hiriendo a su amigo. Bien sabía lo doloroso que podía ser un celo y que no se recuerda lo hecho, pero le pesaba más su corazón roto.
Rius: eso es lo que piensas de mi? Ja…ja y yo aquí rechazando a Víctor por la culpa que sentía por ti, y resulta que para ti no soy más que una pura barata, que mierda- lágrimas empezaron a bajar por su mejillas.
Estaba por retirarse cuando sintieron como alguien golpeaba con fuerza la puerta para entrar apresurado. Era el castaño de ojos verdes, que logro sentir la tristeza y dolor de su omega a través de la marca, su lazo sin dudas se estaba volviendo más fuerte.
Victor: que ah pasado? Estas bien Rius?
Rius lo comprendió de inmediato,  por lo que tomándole la mano, dijo- no. Pero me pondré bien si me recuesto un rato-
El espartano solamente asintió mientras seguía sus pasos, aunque antes de cruzar la puerta le dirigió una mirada seria y amenazante al chico pelinegro con puntas moradas.
Ya en el cuarto del más joven este se recostó un poco.
Rius: creí que no me reconocerías a primera vista.
Victor: me dirigí a ti sin ver en realidad,  por alguna razón sabia que eras tú,  yo solo quería abrazarte y protegerte de lo que te hiriera.
Esas palabras enternecieron el corazón del albino quien extendió sus brazo para ser abrazado, acción que el ojiverde concedió gustoso.
Rius: de verdad quieres con tanto afán estar conmigo sabiendo que le gustas a mayo desde hace mucho?
Victor: si, hace mucho el amor que le creía tener se fue, cuando comprendí que no me ama ami, sino a hacker. Y la verdad, es que luego de Timba, me di cuenta de las palabras que te dirigía, hasta que entendí que siempre te miraba por horas sin cansarme, o me acercaba con cualquier excusa solo para estar unos minutos aunque sea, no voy a renunciar a ti, ya te lo había dicho,  te daré tu espacio para que te acostumbres y me des una oportunidad. Pero no te entregaré a nadie más.
Rius: estoy embarazado- dijo ahora dirigiéndole la mirada-seremos papás,  crees que estas listo para esto?
Le sorprendió mucho esa noticia pero rápidamente en su rosto afloró una gran sonrisa de felicidad,  felicidad que también sentía por el lazo- SI! No importa como, saldremos adelante los tres!! Te dije que te daría el bebé que tanto me pediste durante el celo
El albino solo pudo ruborizarse sin saber que decir, ahora que lo decía es que a su mente llegaban imágenes muy subidas de tono con el rogándole porque lo embarazara mientras le daban duro sobre un tronco en medio de la fauna. Logrando ruborizarse más de ser posible algo que al espartano le encantaba de su lindo omega.