Capítulo 10

1.2K 36 1
                                    

Por más que fuera al psicólogo, yo me sentía cada vez peor.

Estaba esperando a Gavi fuera del vestuario. Me dijo que lo esperase allí.

La puerta se abrió, y todos los jugadores salieron de la habitación a excepción de él y Pedri.

—Eres mi amigo, pero eres un idiota- escuché la voz del sevillano y puse el oído en la puerta para oír mejor lo que decían

—No tienes ni idea de lo que dices- contestaba Pedri

—¿Que no? Has dejado destrozada a Sofi. Ella está pasando por un episodio depresivo y tú pasas de ella

—Claro que voy a pasar de ella, si ni si quiera nos hablamos- el canario elevó el tono de voz

—Podrías preguntar por lo menos cómo está ¡Sigue siendo tu compañera de trabajo!- gritó Gavi- Todos se han dado cuenta de que ella no está bien y preguntan cómo está ¡Podrías hacerlo tú por educación!

—Mira, Pablo... Si me alejé de ella fue por mi bien- suspiró- Si me acerco a ella, la cagaré

—¿Pero se puede saber por qué la cagarás?

"Que insistente eres, Gavi" pensé.

—¡Porque me gusta!

Abrí los ojos como platos y me tapé la boca para no emitir ningún sonido.

—Hostia- contestó Gavi con un tono de sorpresa- ¿Y por qué has hecho esto?

—Por miedo

—¿Miedo?

—Sí Gavi, sí. Miedo... porque me distraeré y no quiero

—¿Distraer de qué? ¿Eres tonto?

—Del fútbol, joder. Me distraeré y yo tengo que estar concentrado en el fútbol

—¿¡Todo este lío por el fútbol!?- rió alterado el sevillano- ¿Crees que si estarás con ella te irá mal? Por Dios Pedri, que en unos meses tienes 22 años y estás pensando como un crío de 12 que aborrece a las niñas

—Solo soy realista

—No lo estás siendo. Mira a Ferrán, lleva con Sira tres años y se van a casar a final de año, ¿durante los tres años que lleva con ella se ha distraído?

—No

—Y Busquets que lleva con Elena Galera desde 2014, ¿viste alguna vez que no rindiera en los partidos?

—Que va...

—¿Entonces por qué crees que tú bajarías el rendimiento?

No quise escuchar más, así que volví a apoyarme en la pared y saqué mi móvil para entretenerme.

Salté de los nervios cuando la puerta del vestuario se abrió, y de éste salió Pedri, que clavó sus ojos en mí.

—Hola- saludó serio

—Hola

Seguidamente salió Gavi, que se puso a mi lado pasando su brazo alrededor de mis hombros. Después de esa acción, Pedri se fue.

—He escuchado algo de la conversación- confesé al castaño mientras salíamos hacia el campo- Perdón, pero no podía evitarlo

Mi amigo se río fuertemente y negó con la cabeza haciéndome entender que no le importaba.

—Gracias por haber intentado que entrara en razón, pero no hacía falta

—Claro que hacía falta, eres mi amiga y no me gusta verte así de mal

Sonreí tras su comentario. Estaba muy agradecida por tener a alguien como él en mi vida.

Frené en seco cuando vi a Pedri en el campo chutando con rabia y desesperación el balón.

—Creo que va siendo hora de que habléis- comentó el sevillano- Ha pasado ya un buen tiempo así

Me dio un pequeño empujón y fui a hablar con la persona que tanto daño me hizo.

Las manos me sudaban y sentía que el corazón saldría disparado.

—Necesito decirte algo- dijo apoyando una pierna en el balón

—Te escucho- respondo abrazándome

Pedri se relamió los labios, tomó una bocanada de aire y comenzó a disculparse.

—Me he portado como un idiota. Debí haber dicho todo de una forma más sutil y calmada...- cogió el balón de suelo y lo agarró con las dos manos dando golpecitos con las palmas de sus manos

 »Estaba asustado y no sabía cómo sobrellevar esa situación... Es cierto que no quería y tampoco quiero distracciones en mi trabajo, pero hablando con Gavi me di cuenta que tú no eres ninguna distracción.

Dio un paso hacia adelante acortando la distancia, pero aún así nos separaban varios centímetros.

—Lo que dije de que no sentí nada es una completa mentira, Sofi. Y estoy muy arrepentido del daño que te he causado porque por mi culpa estás así... Todo lo que pasó en Tenerife para mí fue muy especial, y nunca voy a olvidarlo, porque me gustó lo que pasó, y me gustas tú... solamente tú.

»Estoy soltando todo este rollo para darte una explicación sincera... tampoco estoy pidiendo que me perdones porque he sido una mierda de persona estos meses y...

Pedri intentó aguantar, pero se ahogaba en sus propias palabras. Sus ojos empezaron a lagrimear y la voz se entrecortaba.

Me acerqué a él y con mis pulgares le retiré algunas lágrimas.

—No es necesario que digas más- comenté abrazándole- Te perdono... Y no te sientas mal porque yo esté en un momento de bajón, porque no es culpa tuya

"No del todo" pensé.

Al fin y al cabo lo que me empujó finalmente al pozo en el que me encontraba fue el daño que me hizo él, pero previamente a eso yo ya estaba bastante desanimada.

—No volveré a dejarte sola nunca más- me dio un beso en la frente- Y perdóname por ni si quiera haberte preguntado cómo estabas... No sabía cómo acercarme a tí después de todo, así que preguntaba a cualquiera que sabía tu estado

—Basta. No hables más- tapé su boca con mis manos.

Me hizo reír el mero hecho de que hablase rápido y nervioso.

—Solo déjame preguntarte algo- dijo agarrándome las manos- ¿Cómo estás?

—Mal... No estoy cruzando los límites de antes, pero estoy muy cansada mentalmente

—Si te puedo ayudar en algo no dudes en decírmelo, por favor

—Tranquilo... Sé que puedo contar contigo- me puse de puntillas y le di un suave beso un la mejilla

En ese preciso momento, ambos miramos hacia las escaleras que llevaban a los vestuarios. Resulta que Gavi se quedó mirando todo el tiempo que estuve solucionando las cosas con Pedri.

—¡Por fin!- aplaudía el más pequeño de los tres con entusiasmo- Esperaba este momento con ansias

Nos acercamos al castaño para irnos los tres a la casa de Pedri y pasar la tarde allí.

Solamente tú || Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora