Sam no dudó en dar varios pasos hacia ella, quería comprobar si aquello era real o volvía a ser un cruel sueño. Dean tragó saliva, si ella estaba ahí sabía que las cosas iban a cambiar. Por supuesto que se alegraba de verla, sana y salva, convertida en una hermosa mujer hecha y derecha. Su cabello castaño había crecido y yo llevaba trenzado en una trenza de raíz, unos vaqueros negros se adaptaban a su figura junto a una chaqueta de cuero negra también. Se fijó en que iba ligeramente maquillada.
El Winchester mayor se sintió como no se había sentido en años. Ella era especial, lo fue desde que se conocieron de pequeños y ahora de adultos, para él lo seguía siendo. Se percató de que el trío se había detenido, mirándolos fijamente.
Los recuerdos de aquella noche llegaron como un golpe a la memoria de los 5.
Sam notó cómo se iban acumulando las lágrimas en sus ojos. Joder, eran ellos, sus amigos, y estaban vivos. Mae pensó que lo mejor sería dejar la venganza a un lado en ese instante pues, Sam no sabía nada, Sam no era el culpable de lo que pasó... Era su Sammy.
-Hola Sam- le dijo ella de manera dulce y fue el pequeño empujón que necesitó el chico para abrazar a la castaña.
Sam había creído que estaba muerta todos esos años atrás, pero estaba allí, abrazada a él, respirando el mismo aire que él. Sam la estaba tocando, la estaba sintiendo. Abrió los ojos para encontrarse con la mirada de los hermanos Dixon, los dos varones le asintieron con una leve sonrisa. También se alegraban de verlo, aunque no lo abrazaran.
Al deshacer el abrazo, Mae notó el rastro que habían dejado las lágrimas en su amigo. Le sonrió con ternura pasando sus pulgares para limpiar el camino que habían dejado.
-También me alegro de verte- le dijo aún sonriendo.
Una falsa tos les hizo mirar a quien la había producido, Dean Winchester.
-Me alegro de veros, chicos- habló con una sonrisa nerviosa en el rostro- Os veo bien.
-Sí, y no gracias a ti- Contestó Norman mirándolo de mala forma.
-Oye, siento lo que pasó ese día... No sabía que- Mae lo interrumpió dando dos pasos hacia él, le dedicó una breve sonrisa.
-Lo pasado, pasado está- Lo interrumpió causando una leve confusión en él. Para meterse más en su papel,lo abrazó.
Dean volvió a sentirse vivo.
Mae sentía como la rabia crecía.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-Así que, también estáis con el caso de la cabra- Resumió Dean tragando su hamburguesa.
