Me desperté en una cama que no era el sofá en el que me había dormido. Lo más sorprendente era que Brunil estaba acostada a mi lado. Su cabeza reposaba tranquila sobre la almohada. Yo no podía evitar los deseos que tenía de estrecharla entre mis brazos, de robarle un beso y de decirle que la quería. No sabía como pero la amaba aún habiéndola conocido hacía solo unas horas.
De pronto noté como se empezaba a despertar y yo por instinto fingí que estaba durmiendo. De repente noté como me robaba un beso fugaz. No podía ser, la hija de la reina se sentía atraída por mi. En aquel momento una intensa sensación de felicidad inundó mi ser, pero lo que no sabía era que aquel amor entre seres tan distintos pero a la vez tan iguales podía acarrearnos tantos problemas.
-Teresa despierta -me dijo con su suave voz.
-Buenos días princesa, ¿ya es hora de cenar? Tengo un hambre voraz.
-Si, ya es hora de bajar al comedor para cenar. Llevas durmiendo toda la tarde, así que es normal que necesites comer.
Me invitó a levantarme y yo obedecí a sus palabras y la seguí. Salimos de la habitación y llegamos a la estancia donde me había dormido.
-Espera, todavía estoy en pijama. Espèrame aquí, voy a cambierme y ahora vuelvo.
Se dio media vuelta y se metió en una de las habitaciones. Dejó la puerta entreabierta, y la curiosidad me pudo. Me acerqué suavemente a la puerta y asomé levemente la cabeza. Sus manos se acercaron a su cintura y se llevaron la camiseta que la cubría, y después hicieron lo mismo con sus pantalones.
Me retiré de la puerta y me senté en el sofá. Estaba toda roja seguramente, pero en aquel momento solo pensaba en lo que acababa de ver.
Mientras estaba perdida en mis pensamientos Brunil salió de su cuerto, me cogió del brazo y me llevó por unos largos pasillos al comedor.
El comedor era una gran estancia donde Shaba nos esperaba para cenar. En el centro de la estancia una gran mesa lo presidía todo. Al fondo, sentada en una gran silla, la reina. Brunil y yo nos sentamos cada una a un lado de su madre y al cabo de unos segundos unos criados elegantemente vestidos entraron en la estancia y comenzaron a servir la mesa.
-Espero que la cena sea de tu agrado -dijo Shaba amablemente.
-Seguro que si, todo parece muy apetecible -contesté sin atreverme a mirarla a los ojos.
-Por eso no te preocupes Tere, la cocinera real es una verdadera maestra en lo suyo.
La cena transcurrió entre silencios y el ruido ocasional de las copas posándose en la mesa. Hasta que de repente la reina dijo:
-Teresa: ¿has meditado mi petición?
Lo cierto era que no había pensado en ello para nada, pero debía darle una respuesta si no quería que me cortaran la cabeza.
-Si su majestad. Mi respues sigue siendo negativa. No puedo acceder a que invadan mi planeta con mi ayuda. Es mi casa y lo seguirá siendo siempre, allí vive mi familia, mis amigos...
-¿PERO CÓMO OSAS NEGARTE? ¡ERES SOLO UNA ESTÚPIDA MORTAL, IGUAL QUE LAS DEMÁS! Yo creí que me dirías que si, pero no, ya he visto que no se puede confiar en los humanos. Ya nos abandonasteis una vez y ahora lo volvéis a hacer. Sois escoria.
Yo me sentía insignificante ante ella, como si mi vida no valiera nada y yo fuera una mota de polvo en el espacio. Brunil me miró y yo la miré, en ese instante me di cuenta de que nos amábamos aunque nuestro amor era imposible.
-No le haga daño madre, yo la amo. Mi corazón pertenece a Teresa aunque sea mortal.
No sabía que decir ni hacer, solo me levanté y salí corriendo, con la esperanza de poder salir viva de allí. Corrí y corrí hasta el ascensor y bajé a la planta baja. Allí corrí entre la gente hasta la puerta. La abrí de golpe y corrí a través de la ciudad, entre los gigantes edificios que me rodeaban. La gente parecía no verme.
Llegó un momento en el que no pude correr más y me vi obligada a parar en un callejón. Me senté al fondo, me apoyé en la pared y respiré hondo: ¿Por qué narices había salido corriendo?
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Bienvenida a Mallow
Science FictionTeresa se despierta en un planeta que no es la Tierra. ¿Qué hace allí? ¿Cómo ha llegado? Bienvenid@ lector o lectora a la aventura y desventura de Teresa en Mallow.