Me desperté entre sudores fríos y malos recuerdos de pesadillas horribles. Seguía en la habitación de la sede de La Resistencia, aunque la sensación de agobio no me había abandonado, estar bajo tierra era horrible.
Me levanté de la cama y caminé hacia la puerta. Antes de abrirla escuché unas voces al otro lado de la puerta: "Si, su majestad................. Claro alteza, todo está dispuesto para el golpe.................. Por supuesto, como acordamos todo será esta tarde............. Hasta mañana soberana."
Volví corriendo a la cama. Si lo que había escuchado era cierto había un traidor en La Resistencia. Tenía que avisar a Brunil, no podía permitir que aquello pasara. Pero me faltaba un detalle: ¿Quién era el dueño de aquella traidora voz? Me dispuse a averiguarlo.
Salí de mi habitación y un par de metro más allá de mi puerta estaba William. No podía ser, William no podía ser el traidor. Me acerqué a él y le dije:
-¿Cómo éstas William?
-Bien -contestó si siquiera girarse.
-¿Te sucede algo? -percibía que estaba tenso a mi lado y aquello no hacía más que delatarlo.
-No, vete. Tengo cosas que hacer más importantes que hablar contigo.
-Vale, ¿pero sabes dónde está Brunil?
-Está en la sala de reuniones, al final del pasillo al fondo.
Me fui sin despedirme , aquel hombre me daba mala espina. Camine hacia donde le indicó y efectivamente vi la sala de reuniones donde estaba Brunil. Estaba sola, apoyada la mesa con la cabeza entre los brazis : estaba llorando.
Abrí la puerta y me acerqué a ella. Le acaricié el pelo y Brunil levantó la cabeza. Tenía los ojos rojos y las mejillas empapadas. Había estado llorando, sin duda.
-Hola Teresa -dijo con la voz entrecortada.
-Hola mi amor -me sorprendió el haberla llamado mi amor, aunque me sentí cómoda -¿qué te pasa?
-No estoy segura de querer acabar con mi madre -dijo mientras otra lágrima caía por su mejilla derecha.
Con mi mano le limpié las mejillas y me acerqué a escasos centímetros de si cara. Sentía unas ganas inmensas de besarla, y lo hice: me aproximé despacio a su boca y nos fundimos en un apasionado beso. Mis manos fueron por su cuello hasta acabar colgando en su espalda y sus brazos descendieron a mi cintura. Me habría quedado así eternamente, pero todo acaba. Cuando nos separamos nos miramos directamente a los ojos, eran preciosos.
-Te quiero Brunil.
-Yo también te quiero, aunque no va a ser fácil Teresa. Somos de planetas distintos, y tu algún día has de regresar a la Tierra, pero cuando lo hagas habrás envejecido lo sabes, ¿verdad?
-No quiero volver Brunil, quiero quedarme para siempre contigo. Quiero envejecer a tu lado para siempre y poder despertarme cada día a tu lado.
-Lo que dices suena perfecto pero imposible. Nadie permitirá esto así que hemos de disfrutar mientras se pueda.
-Me da igual que nadie permita lo nuestro. Lucharemos por ello. Pero antes tengo que contarte una cosa.
-¿Pero que pasa? ¿Es grave? -preguntó asustada.
-Si, lo es. Antes de salir de mi habitación escuché a alguien hablando en el pasillo. Al principio pensé que sería alguien de la orgabizacio manteniendo una conversación normal, pero me equivocaba. Acerqué el oído a la puerta y escuché como William hablaba con alguien. Ese alguien era tu madre y le hablaba sobre un golpe planeado para esta tarde. No se exactamente a que se refería, pero pensé que debía contártelo.
-Has hecho bien -dijo mientras se levantaba. - Hemos de actuar.
Ni siquiera se despidió. Me quedé allí sola en la sala de reuniones con la esperanza de enterarme de algo más. Pero los minutos pasaron y por allí no apareció nadie. Al cabo de unos instantes vi a un montón de gente corriendo de un lado para otro
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Bienvenida a Mallow
Science FictionTeresa se despierta en un planeta que no es la Tierra. ¿Qué hace allí? ¿Cómo ha llegado? Bienvenid@ lector o lectora a la aventura y desventura de Teresa en Mallow.