Protegiendo al amor (Natalie Biden Y Tú)

Capítulo 4

— Lamento aparecer así pero la venta estaba abierta — mira hacia dicho lugar. — Tenía que disculparme por la reacción que tuve cuando tú solo curabas mi mano — muestra la mano vendada.

— No es necesario, cómo dijiste — nuestras miradas se encuentran. — No me importa y si no te molesta tengo que vestirme — ella me analiza con su mirada.

— Oh, si claro — agacha la cabeza y camina de regreso a la ventana.

— Hay algo llamada puerta por si no lo sabes — ella detiene su pasos.

— Es cierto, pero me gusta más entrar por tu ventana — me regala una sonrisa. — Adiós señorita Biden — la veo desaparecer por la ventana.

Suspiro y me dirijo a mi cama, al sentarme siento algo a mi lado, veo que es una rosa. Inconscientemente la llevo a mi rostro para oler su fragancia.

— Me voy a volver loca — me dejó caer en mi cama.

Narrador pov.

Los rayos de sol entraban por la ventana iluminando toda la habitación de la joven Biden. Que se encontraba abrazada a su gran almohada mientras sonreía entre sueños.

— ¿Estará soñando con Strong? — susurran sus primas.

— A lo mejor — Maisy mira a su hermana.

— Esa pequeña puerca, que no debe estar soñando — Naomi se ríe.

— ¿La despertamos? — las tres se miran y sonríen malvadamente.

Natalie pov.

Estaba tan feliz durmiendo, soñaba que ________ me confesaba sus sentimientos y me robaba un beso para luego abrazarme.

— ¡Ah!, __________, ¡Sí!, ¡ahí! — gemidos se empezaron a escuchar. — ¡Más, ahí, si justo ahí! — jadeos se escuchaban.

Siento mi cama hundirse, ¿________ está aquí?

Poco a poco voy abriendo los ojos esperando ver a __________, pero solo me encuentro con las molestosas de mis primas.

Naomi fingía gemir mientras Finnegan estaba en la orilla de mi cama y Maisy se aguantaba la risa.

— Estúpidas, las odio — les aviento una de mis tantas almohadas.

— Nos amas perra — me regresan las almohadas. — Bien que te imaginabas con ________ haciéndote sentir mujer — niego rápidamente a lo que dicen.

— Mentira — miró a otro lado. — Son unas mal pensada — me levanto para encerrarme en el baño.