1. La trigésimo quinta hija de Big Mom

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Era una noche tranquila en el archipiélago de Totto Land. En el castillo de la capital, en el Whole Cake Chateau, una joven se mantenía al frente de una enorme mujer; ni más ni menos que la emperatriz pirata, Charlotte Linlin, mejor conocida como Big Mom.

—Mamá, ¿por qué me has llamado, necesitas ayuda con la fiesta del té? Estaba a punto de acostarme —dijo la joven. Sus serios ojos color miel no apartaban la vista de la mujer frente a ella, que a pesar de estar sentada, tenía que mirar hacia arriba para verla de lo grande que era.

—¡Agh, qué asco! ¡Tápate! ¿Qué te he dicho de mostrarte así ante otros, (Tn)? —Big Mom arrugó la nariz con asco.

—Lo siento, mamá. —cabizbaja, la joven se puso la capa con capucha, tratando de cubrir su rostro sin mucho éxito. Al menos le cubría sus grandes cuernos.

—Mira (Tn), sé que no eres la más afortunada a la hora de encontrar marido... —La madre cambió de tono, a uno más suave.

—Mamá, ya lo hemos intentado 3 veces. ¿Por qué no te rindes de una buena vez? Todos huyen al verme.

—¡Pero esta vez será diferente! Lo tengo preparado para que no tengan que ver esa horrible cara. —Siempre hacía comentarios así de horrendos como si nada. Pero no era un problema, los oídos de (Tn) estaban más que acostumbrados a oír esa clase de cosas desde su infancia.

—No sé yo mamá, estoy cansada de esto... Seguro que vuelve a huir. De todas formas, no quiero casarme con nadie. ¿Por qué no formo parte de tus piratas y ya está? —la joven seguía sin atreverse a levantar la cabeza.

—¡Porque no me acosté con el hombre más bello del mundo para que después su hija sea un fracaso! —La emperatriz explotó de la rabia, la vena de la sien se le hinchó y se le enrojeció la cara. Sin siquiera levantarse, le dio un fuerte manotazo a su hija que hizo que se diese un golpe contra la pared.

Con dificultad y tosiendo, la joven se puso en pie, reprimiendo sus ganas de llorar. Ya estaba habituada al dolor también, desde pequeña había sucumbido a palizas por parte de su madre. Pero ya no podía llorar, no, tenía 19 años y tenía que madurar y comprender que esa era su realidad, que estaba condenada a jamás encontrar a nadie que la ame, a alguien con quien entablar amistad, y por supuesto, a estar controlada por su madre. Y todo por esa estúpida maldición.

Big Mom respiró un poco, tratando de calmarse, para hablar de nuevo:

—¿Conoces al Germa 66, verdad?

—Sí madre, son los mejores científicos del Grand line. —respondió la joven tratando de deducir el probablemente retorcido plan de su madre.

—Pues el líder, Vinsmoke Judge y yo, hemos hecho un trato para unir a las dos familias, ¡Por fin tendremos su tecnología! —su expresión y tono habían cambiado por completo, ahora estaba emocionada.

—¿Y ellos saben de mi maldición? —preguntó la joven, mordiendo el interior de su mejilla.

—Por suerte, no. Te casarás con el tercer hijo de los Vinsmoke. He escuchado que todos fueron entrenados para ser soldados, incluso los modificaron genéticamente para que no sintieran ningún tipo de sentimiento. En resumen, son hombres inhumanos, pero qué se le va a hacer. De todas formas, no te preocupes, hija.

—¿Que no me preocupe? Mamá, ellos no serán capaces de romper mi maldición, ¡Si sigo así terminaré convertida en un monstruo tanto por fuera como por dentro!

—¿Y crees que me importa? ¡Tu único deber es serme útil, y si lo haces casándote, lo harás! Me importa un comino si la rompes o no, ya te mataremos si pierdes el control! —Mientras decía eso, volvió a pegarle a su hija, tirándola de nuevo al suelo. Un golpe de Big Mom era como 19 veces más fuerte que el de un humano normal, por lo que estaba realmente magullada.

El corazón de un monstruo (Sanji x Lectora) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora