Recuerdos [Starker]

Capítulo ocho: Quiero sentirme seguro

La primera vez que Peter vuelve a la conciencia su alrededor se mueve. Parpadea, pasea su mirada por el interior del enorme coche y pilla a Tony mirándolo, con una suave sonrisa en el rostro. Solo hay un árbol ocasional volando junto a la ventana, ahora hay casas, grandes edificios, muy diferente a la ciudad de Oregon.

"Hola." Saluda el multimillonario en voz baja, llamando su atención."¿Cómo te sientes? Nos estamos acercando a un Burger King, ¿quieres algo de comer, bebé?"

Puede sentir el sueño tirando de él con insistencia, pero su estómago retumba exigente. No conoce a Tony, aunque ahora confía que es su marido, es un desconocido. Y ahora mismo no quiere confiar demasiado en los extraños, no cree que pueda por un tiempo. ¿Cómo podía alguien hacerle esto? ¿Cómo podría alguien mentir así?

Se acurruca, la angustia se acumula rápidamente, todo se siente confuso, se siente mareado y...

"Estoy aquí, Peter." Dice una voz, él mira hacia arriba para ver a Stephen mirándolo con suavidad.

"Oh." Suspira, su pánico inicial desapareció al fijarse en los ojos heterocromáticos del otro hombre. "Me gustaría comer algo."

"Te conseguiremos algo de comida." Stephen le sonríe cálidamente y asiente con la cabeza.

Las hamburguesas son escandalosamente grasosas y sabrosas, prácticamente lo inhala. Siempre que quiere más, parece aparecer mágicamente, piensa que tal vez Tony lo está manteniendo en buenas condiciones, pero está demasiado agotado para comprobarlo.

Luego de haberse tragado su tercera hamburguesa con papas, la somnolencia lo alcanza y vuelve a tumbarse en su lugar favorito, que es el regazo del doctor con su manta encima, el hombre no pasa los dedos por su cabello, en cambio, frota su espalda suavemente sobre los hombros. Con su estómago feliz y lleno, siente que podría quedarse dormido en cualquier momento.

"Es una tortura." Susurra Tony. "No puedo consolarlo, no puedo saber cómo se siente."

"Lo siento, Tony." Responde Stephen suavemente. "Pero es solo temporal, lo sabes."

"Lo he echado de menos..." Se ahoga con un sollozo Tony, no queriendo perturbar el sueño de su amado castaño.

[...]

El multimillonario trasladó su laboratorio al dormitorio. Acomodo todo lo que necesitaría en un rincón cerca de la cama donde Peter reposa, trabaja prácticamente las veinticuatro horas del día en reiniciar a JARVIS, imposible de hackear esta vez, incluso desde el interior, creó más protocolos de seguridad de los que nadie sabrá qué hacer. Pepper debe pensar que se está volviendo loco, pero nunca dice nada mientras le trae agua y le pregunta cómo está Peter.

Han vuelto hace un día y su chico se la ha pasado dormido, finalmente siente que los grilletes alrededor de su corazón han comenzado a desenrollarse, todas las espinas saliendo de su carne, como si pudiera respirar mejor al ver a su esposo allí, en su cama. Su princesa, durmiendo allí, envuelto en sábanas, sus rizos marrones extendidos sobre la almohada como un halo.

Cuando la lluvia golpea contra el cristal, dan las once de la mañana, Tony juega con unos hologramas y Peter se agita.

"Tony." Murmura su esposo y él está allí en un segundo. Peter parpadea y le sonríe, toma asiento en la cama a su lado, desesperado por estirar la mano y tocarlo, pero no quiere cagarla, en cambio se aclara la garganta antes de hablar.

"Oye, bella durmiente." Murmura suavemente. "¿Tienes hambre? ¿Sed? ¿Hace frío?"

Peter se ríe, un sonido tan inocente, Tony siente que todo el estrés lo abandona por un momento.