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La llegada del lunes fue un alivio. Había pasado lo que restó del sábado y todo el domingo recibiendo comentarios realmente vergonzosos de mi padre.

Sí, estaba muy emocionado porque “al fin llevé un chico a casa”.

Además de eso, reí hasta las lágrimas con los –para nada serios– intentos de conquista de Yoongi.

Suspiré, caminando hasta la cafetería de la institución.

—¡Mochi, Mochi, se te cayó, se te cayó! —una bien conocida voz gritó. Yoongi corrió hacia mi.

—¿Qué cosa? —miré al suelo, examinándolo con rapidez.

—El papel en donde venías envuelto, bombón.

Me caí sosteniendo mi estómago por las carcajadas, más rojo que un tomate.

¡Enamórame Bien! » YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora