Capítulo 14

12 1 0
                                    


  Me despierto y siento que alguien me abraza desde atrás, es Mat que se quedó conmigo hasta que me quedé dormida. Después de la ducha me envolvió en una toalla, yo caminé hacia la cama y me acosté desnuda, solo con la toalla cubriéndome pues estaba tan mal que ni consiente de eso fui.
  - ¿Te dejo sola? - Me dijo pero le pedí que se acueste conmigo y es lo último que me acuerdo.
  Se me formó una leve sonrisa al escuchar como ronca al dormir.
  - Duerme un poco más. - Me dijo adormilado y me acomodé para hacerlo.
Después de estar un buen rato intentando volver a dormirme traté de mover su brazo que me rodeaba la cintura para poder levantarme, pero me sujetó más fuerte y ahí fue cuando mi estúpida mente con necesidad de sexo se activó.
  Sentí que me paralicé al sentir suavemente el duro miembro de Mat. Lo pensé sólo dos segundos y empujé mi cuerpo hacia atrás para sentirlo aún más, por lo cual su miembro se movió y mi cuerpo estalló en llamas. Estaba tan excitada que sentía la necesidad de que me haga suya en ese preciso momento, me di vuelta y lo miré, "Hermoso" pensé.
  Le acaricie la mandíbula bajando por su cuello con el dedo índice, en mi cabeza pedía que se despertara y me sacudiera como alfombra empolvada. Vi su boca, lo acaricié con mi dedo y sentí la suavidad de sus labios. Necesitaba tocarlo así que me acerqué y lo besé, aunque no sé si se podría llamar beso porque en ese momento Mat se hiso para atrás y me miró estupefacto.
  No sabía donde meterme, sólo sentía que el corazón se me estaba por salir del cuerpo. No le gusto y lo que acabo de hacer puede ser llamado Abuso sexual, porque si esta escena sería al revés todos estarían estupefactos y no excitados.
   - Perdón, yo... - Le digo pero me tiembla la voz y no termino.
  - ¿Me besaste? - Me pregunta, aún impactado por mis actos.
  - Perdon, perdon, perdon. - Le digo y me siento. - Me va a dar mucha verguenza explicarte esto pero no tengo sexo hace un año y meses, tengo las hormonas alteradas. No quiero perder tu amistad por esto, de verdad perdon.
   Mateo comienza a reírse a carcajadas y yo no entiendo nada ¿Se enojó o no?
  - Ay princesa... - Dice al terminar de reírse. - No tengo problema con hacerte mía.
  Me agarra del cuello y me tira contra la cama, me saca la toalla y quedo completamente desnuda frente a él pero al estar tan excitada mis inseguridades no tuvieron espacio en mi mente. Siento la pesada respiración de Mateo al mismo tiempo que coloca su boca en mi cuello y comienza a succionarlo. Siento que todo el cuerpo se me eriza, quedamos frente a frente y me besa como si fuera la presa que siempre quiso cazar. Sus labios son frescos y fríos, saben delicioso, lo único que quiero es que entre en mí y me haga suya como lo dijo.
  En un momento se alejó y se posicionó entre mis piernas, el corazón me latía tan rápido que ya no lo sentía en su lugar. Cuando su lengua rozó mi entre pierna me desperté, entre un orgasmo adictivo, de esos que hacen que aprietes tus piernas y te dan deseo de más.
   Al recuperar al 100% mi conciencia, rogue que no esté Mateo a mi lado, mire a un lado y seguía ahí pero dormido. Suspiré de alivio y me levanté para ducharme después de haberme mojado de esa manera.
  Ya en la ducha me puse a pensar en Mateo, pero me convenzo de que son mis hormonas revolucionadas las que provocan atracción fisica hacia Mat.
  Cuando terminé de ducharme, Mat ya no estaba. Calculé que se había despertado y se había ido. Me vestí y cuando estuve a punto de salir me acordé de lo de ayer, deben de estar todos enojados conmigo. En ese momento escucho una conversación del otro lado de la puerta.
  - No entres, lo que hiciste estuvo mal. - Dice Denisse.
  - Quiero pedirle disculpas. - Le responde Iván.
  - Lo mejor es que le pidas disculpas a tu novia. - Dice Denisse y escucho pasos que se alejan. Me alejo de la puerta y entra Denisse.
  - Mimi, ¿Estás bien? Yo no vine anoche porque Mateo dijo que se iba a quedar con vos. - Me dice, preocupada.
  - Si, él se quedó conmigo. Es el mejor.
  - ¿Vamos a abajo? Ya están por sacar el papelito.
  - Ojalá me toque a mi, ¿Cas está...? - Pregunto, esperando que la respuesta sea no.
  - ¿Enojado? No, sólo está confuso. Deben de hablar. - Me acaricia el hombro y salimos de mi cuarto para ir a desayunar.
  Al llegar a la cocina, todos me miran, siento como un nudo se arma en mi garganta.
  - Chica drama, despertaste. - Dice Kevin y Mat le mete la cara en su tazón con leche y cereales. Todos nos empezamos a reír y sigue cada cuál en lo suyo.
  Mientras me preparo mi café, busco una cuchara y veo que alguien me extiende una.
  - Todo perdonado, estemos bien para no amargar el viaje. - Dice Megan, le sonrío y tomo la cuchara.
  Veo como Cas entró a la cocina, me mira y se estira la oreja. Es una señal que usamos desde que somos chicos para hacerle entender al otro que estamos bien y ya no queremos estar peleados. Tiro mi oreja y le saco la lengua, se ríe por lo bajo y sigo en lo mío.
  - Bueno, vamos a sacar el papelito haber quién decide la actividad de hoy. - Dice Denisse.
  Mientras hacían el sorteo yo escribía, le tocó a una chica que no llegue siquiera a escuchar su nombre ya que mis ganas de socializar no son muy grandes este día.
  De lo que escribí, me quedó resonando en mi cabeza la frase : "No sé diferenciar cuál petición es más impotente. Si la necesidad de dejar de sentir o la necesidad de recibir aún más de ese sentimiento."

Castiel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora