El restaurante que Namjoon escogió era caro y exclusivo, la comida era deliciosa. Los dos hombres mayores pasaron un buen rato con la lista de vinos, decidiendo cuál sería el ideal para cada plato. Aunque no llevara el collar, Jungkook se hubiera comportado de la mejor manera, se sentía intimidado por la elegancia a su alrededor. A pesar de que el restaurante era lujoso, tenía un ambiente relajado, al punto de que no se montaría un escándalo si alguien se carcajeaba, además el personal era amistoso y eficiente.
Era un alivio tener a alguien que lo atendiera para variar. No lo sabía, pero el restaurante era parte del club al que Namjoon pertenecía, lo que explicaba la calidad del servicio. La atmósfera era calmada y elegante. Incluso Jin y Namjoon parecieron relajarse, hablaron civilizadamente y no hubo silencios incómodos. Sin embargo, Namjoon notó que el brillo peligroso de los ojos de Jimin había incrementado en vez de disminuir.
Se preguntó si los dos hombres habían tenido alguna discusión, pero no parecía ser así, pues Jungkook estaba muy atento y esperaba por la aprobación del fotógrafo. Luego Namjoon se percató de que a pesar de los pantalones holgados y la horrenda camisa, la belleza de Jungkook atraía la atención de los demás clientes. Tanto hombres como mujeres lo observaban, reconociéndolo como un sumiso inexperto y a Jimin no le agradaba.
Namjoon se preguntaba qué haría el otro hombre, porque no era del tipo que dejaba pasar por alto ese tipo de amenazas. De hecho, estaba enfurecido. Al parecer, todo lo frustraba ese día, el que Namjoon le ofreciera el collar a Jungkook, el malentendido con la Ama Bettie y ahora el hombre mayor en otra mesa que no dejaba de mirarlo a los ojos, lanzándole un reto de forma insolente. El dominante mayor emanaba una ligera aura de poder y obviamente deseaba a Jungkook.
Un joven de la edad de Jungkook, que apenas estaba iniciándose en este estilo de vida, no notaría los peligros a su alrededor y Jimin quería evitárselos. Pero más que nada, Jimin quería mostrarle al hombre mayor y a todos los demás que no podrían quitarle a su chico. Jungkook fue solo al servicio, declinó el ofrecimiento que Jin le hizo para acompañarlo, nunca le agradó que otras personas lo vieran orinar.
Se sorprendió por la majestuosidad del baño, estaba decorado con mármol oscuro. Había pequeñas luces de halógeno suspendidas sobre cada lavabo, haciendo que el cristal brillara y además había toallas de verdad. Jungkook se estaba lavando las manos cuando Jimin entró, intercambiaron miradas en el espejo, pero su sonrisa se desvaneció cuando vio que Jimin cerraba la puerta con llave. Los ojos de Jimin brillaban feroces y Jungkook lo miró con cautela. Se paró detrás de él y deslizó sus manos debajo de la camisa del chico, acariciando su suave piel.
—No me gusta la forma en la que te miran, Pet. Te voy a marcar. ―Gruñó.
—¿Eh? —fue la inteligente respuesta de Jungkook. Se sentía completamente desconcertado ante la actitud posesiva del otro hombre―. Nadie me estaba mirando.
—Cállate. Bájate los pantalones, porque te voy marcar como mío.
Jungkook gritó y se aferró a su cinturón, luchando con Jimin por obtenerlo.—¿Aquí? Todos oirán. ¡Lo sabrán!
—Quiero que lo sepan —dijo Jimin, ganando la batalla por el cinturón, como ambos sabían que pasaría.
—¡Londres! —Jungkook jadeó—. ¡Londres!
Jimin se detuvo, su mirada se despejó cuando notó lo aterrorizado que Jungkook se sentía. Después de un largo minuto, lo abrazó.
—Lo lamento, cariño. No quise asustarte. Pensé que te gustaría ―frotó la espalda del joven con su mano y sintió su corazón latir fuertemente—. Estás temblando, todo estará bien, no haré nada.
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📸 Jikook 📸
FanficJeon Jungkook necesita dinero para la universidad, así que acepta trabajar como el asistente del infame fotógrafo Park Jimin. Solo le tomarán fotografías, ¿correcto? Error. Aunque Jungkook nunca se preguntó qué clase de hombre es o lo que desea d...