Antes de empezar el capítulo, quisiera preguntaros una cosa. ¿Qué pasa últimamente, lectores? Ya se que puede sonar repetitivo e incluso un tópico, pero enserio. La vida son dos días, y uno nos lo pasamos durmiendo... No deberíamos estar tan preocupados por todo, y no me tachéis de ser una persona despreocupada, pues yo también tengo malos días y vosotros también, claro está... La cosa es básica, no hay que perder la fuerza de los sentimientos, ni mucho menos la ilusión. Si se pierde todo esto ¿Para qué vivimos? Sería suficiente con dejar de existir, pues igual que vinimos nos iremos, intentemos dejar recuerdos, memorias y sobretodo, rastro de haber vivido en este mundo, aunque hayan sido unos 70-80 años, es decir, un minuto para el reloj del universo. No pierdas la esperanza.
Bueno, lo siento lectores, pero tanto como tu como yo somos personas, y aquí nos vamos capítulo a capítulo, no se lanza de golpe, por lo tanto tengo un mínimo vínculo con vosotros, y me gusta comentar cosas de este tipo... De todas maneras, no os molesto más, os dejo con la lectura.
Pues Alia se preparó para lanzar su ataque, pero le entró un sentimiento bastante raro en el cuerpo, pues no quería hacerlo, nunca había hecho daño a nadie, y pues, claro era que eso no era una persona ya. De todas maneras le costaba, no estaba preparada mentalmente.
-¿Quieres que lo haga yo, Alia? -Darío tragó saliva.- En cuanto lo hagamos tenemos que correr hasta el autobús y no quiero que hayan problemas...
-No, déjame hacerlo a mí, si quiero sobrevivir a esto tengo que acostumbrarme a cosas como estas, además, tu llevas una escoba, te costará más derribarlo o matarlo que yo con esto...
-Bueno, está bien... Acuérdate, a la cabeza siempre.
-¿Por qué estás tan seguro de eso?
-N-no sé, en todas las pelis de zombies dicen eso, por algo será...
Alia suspiró, pues estaba tan seguro de eso solo por las películas, aunque si lo pensaba, tenía sentido... Si el cerebro no da órdenes al cuerpo este no se moverá.
-V-vale -Alia volteó la cabeza para ver a Darío.- Tu empezarás a correr de aquí cuando yo te dé la señal, que será cuando lo... Bueno, asesine. - Se sentía bastante rara diciendo esto.- Correrás hasta el autobús y yo iré detrás tuya, si hay algún infectado dentro del autobús, ocúpate de él. Aunque no debería de haber nadie, era un autobús escolar...
-Entendido.-A Darío le encantaba verla mandar tal que así.
Tal como lo planeó, Alia cargó con su "arma" hacía el infectado, eso sí, antes tranquilizándose y intentando no pensar en que iba a matar a algo vivo.
Le asestó un fuerte golpe en la cabeza, pero debido a la constitución floja que Alia tenía solo consiguió tirarlo al suelo y, desgraciadamente, alertar a los demás infectados.
Ahora sí estaban en problemas.-¡Corre Darío, corre! -Dijo entre respiraciones muy seguidas, pues tal esfuerzo físico no era lo que su cuerpo acostumbraba a sufrir.
Darío hizo caso omiso y sin dudarlo, corrió hacía la puerta, acto seguido salió del lugar rápidamente, hacía un buen día, irónicamente a la situación que estaban viviendo actualmente.
El autobús estaba relativamente cerca, se veía desde dentro del hotel también, entró al anteriormente dicho vehículo, ya que las puertas estaban abiertas, y para su suerte no había nadie en él, solo las llaves puestas ya en el contacto.
Para cuando Darío le acabó de dar el vistazo al autobús Alía ya había entrado en él y nada más entrar, cerró la puerta del vehículo.-Lo hemos conseguido.-Dijo con una sonrisa Darío.
-Sí, lo hemos conseguido, pero mira esto...
Habían como unos 8 infectados saliendo del hotel, y otros 20 aproximándose desde las calles parisinas.
-B-bueno, aquí dentro estamos seguros, creo... - Alia suspiró e intentó calmarse.- ¿Sabes conducir?
-B-bueno... He jugado a algún que otro juego de carreras.. -Dijo bastante poco seguro de lo que iba a pasar.
-Tampoco creo que sea tán difícil, puedes intentarlo y salir de aquí.
-Está bi...-
-¡Chicos! - Se escuchó de fondo, era una voz bastante familiar.
Se giraron y vieron a Paula y Alana corriendo hacía el autobús, perseguidas por una pequeña oleada de infectados. Cuando estaban ya en la entrada del vehículo Paula cayó al suelo, y al instante Alana la cogió de las manos para ayudarla, pero al intentar levantarse un infectado la cogió de la pierna y la volvió a tirar por completo al suelo, dejándole la cara raspada por el suelo y la nariz sangrando...
Para este entonces las puertas ya se abrieron y Paula estaba con Alana forcejeando con el infectado para soltarla lo más rápido posible, pero con tanto ruido empezaron a atraer cada vez a más y más infectados, y por supuesto, no podían estar mucho más forcejeando con el infectado...-¡Huye, Alana! Sálvate. -Dijo entre gritos mientras le daba patadas al infectado.
-¿¡Eres Idiota!? ¡Vamos a salir las dos de esta! - Contestó Alana entre lágrimas.
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La rage du peuple: Liberté
Science FictionNo hay salvación. Esta historia trata de un grupo de 6 que se verán en un apocalipsis zombie en medio de unas vacaciones escolares a Francia, París. Se verán en diferentes situaciones de sufrimiento, amor, engaño y traición. Todo esto al borde de la...