Si alguna vez no te dan la sonrisa esperada, sé generoso y da la tuya. Porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquél que no sabe sonreír a los demás.
Dalai Lama
Propongamos sin miedo una gran asamblea donde allí se proclame que la gente se ame contra viento y marea, desterrar la codicia, tirar la injusticia desde una azotea y colgar un letrero que diga te quiero y todos lo vean.
Eladia Blazquez
Y estaban pues, en esa situación tan intensa, Darío reaccionó rápidamente, pues el no podía hacer mucho ya que estaba en el asiento del conductor y preparándolo todo para salir de allí, por lo tanto accedió a hacer unas señas a Alia para que se moviera y las ayudara, que de ahí no se iba a mover nadie si no estaban todos a salvo.
Alia bajó del autobús y golpeó al infectado que tenía cogido a Paula en la cabeza con su arma casera, pero con su poca fuerza lo único que consiguió fue apartarlo por un momento, pero fue muy oportuno esto, ya que hizo a los infectados de atrás caer y hacer un mini efecto dominó entre ellos.
Alana cogió a Paula como pudo y la alzó, haciendo que esta se pusiera de pie rápido y con un poco de ayuda de Alia y la recién nombrada Alana la subieron al autobús y cerraron las puertas del mismo, aunque les vino muy justo, Darío partió en cuanto subieron todos, aunque realmente no sabían ni a donde se dirigían.
-Por los pelos... -Dijo Alia soltando un suspiro.-
-S-sí... - Alana observó a Paula y vio que todavía estaba sangrando- Dios mío, Paula ¿Estás bien? - Dijo mientras se sentó a su lado y le acariciaba el hombro mientras la miraba con cara de preocupación.-
-Creo que me he roto la nariz, tengo la cara llena de sangre y me escuece un montón ¿Tú como crees que estoy? -Dijo intentando limpiarse como podía la cara.- Lo que debemos de hacer es ir a un supermercado y coger comida y agua, y después irnos a un sitio alejado de la maldita ciudad, ya que nos estamos chocando con infectados cada dos por tres... ¿Tenemos un mapa?
-Sí, tenemos un mapa, lo que necesitamos es encontrar comida y agua... -Le contestó Alia.-
-No podemos ir a un supermercado, eso sería una locura, estará lleno de infectados y no podemos salir del autobús en medio de París, sería un suicidio.
-Darío tiene razón - Dijo Alana.- Podríamos ir a alguna gasolinera o algo, ahí hay comida y agua a montones.
Tal y como dijeron, miraron el mapa y se dirigieron a la autopista para con suerte encontrar una gasolinera por el trayecto y mientras estaban por el mismo hablaban sobre lo ocurrido y sobre como lograron salir del hotel.
-Por cierto, ninguno hemos dicho nada sobre esto, pero... ¿Donde están Silvio y Jon? - Comentó Alana, mientras veía el sol caer y la luna ponerse.-
-P-pues... Espero que estén bien, y que hayan logrado salir de allí... -Alia intentó quitarle tensión al asunto.- Ellos saben muy bien lo que hacen, no deberíamos de preocuparnos por ellos... No podíamos esperar allí más tiempo, no ha sido nuestra culpa. -Se intentaba convencer a ella misma.
Nadie dijo nada, pues todos eran culpables de lo pasado, pero nada podían hacer ya, para romper con este incómodo momento Paula se dirigió con unas palabras a Darío:
-¿Y tú desde cuando sabes conducir? -Dijo con un trapo en la nariz para hacer presión, aunque dejó de sangrar hacía un rato, no venía mal dejarlo puesto por si acaso.-
-Pues desde nunca, he aprendido hoy... No es complicado cuando no hay normas de circulación que respetar. -Dijo bastante orgulloso de él mismo, por conducir tan "bien".-
-Discúlpame, señor que lo hace todo bien. -Soltó con un tono ya más burlesco que borde.-
-Discúlpame tú, señora la cual está llena de sangre. -Le devolvió la ofensa con otra ofensa, ya comenzando a ser una conversación bastante infantil.-
Entre charla, burlas y algunas preguntas, llegaron al destino, una gasolinera donde coger comida y pasar la noche.
-¡Hemos llegado, chicas! -Exclamó Darío mientras aparcaba.
-Vamos allá... -Dijo Alia cogiendo su arma casera y bajando del autobús.-
Una vez entraron en la gasolinera solo había un infectado el cual estaba encallado en la recepción, a la izquierda estaba la sección de comida, la mayoría era pan, patatas fritas y embutido, también había algo de comida en lata, pero no mucho.
A la derecha habían máquinas de café, chocolate , souvenirs y agua, mucha agua para su suerte.
Cogieron todo lo que pudieron y más y rápidamente lo llevaron al autobús, llenando este de comida y agua para un tiempo, ya que seguramente la necesitarían... Entre todo el trabajo que habían hecho hoy, la sensación de estrés y pánico junto a un largo día de huida hacían que los chicos estuvieran exhaustos, la noche se acercaba y antes de que fueran a dormir dentro del autobús, Paula fue a lavarse la cara, acompañada de Alia para no ir sola en medio de la noche al lavabo de la gasolinera.
-Qué desastre Alia, creo que mi nariz está rota y mi cara está hecha un asco.
Llegaron hasta el lavabo y entraron juntas, Alia se quedó dentro con ella, esperándola junto a la puerta, mientras que Paula presionó el botón del grifo y empezó a salir agua, por suerte todavía funcionaba el agua de aquél lugar.
-Tampoco estás tan mal, Paula, tu belleza no te la quita nadie, tonta.
Paula sonrío ante el comentario que le había hecho y se comenzó a lavar la cara, cuando acabó y se secó los ojos como pudo con las manos, miró al espejo, y se percató de que no estaban solas en el lavabo. La expresión de su rostro cambió rápidamente, haciendo que Alia se alertase, ya que la notó diferente.
LO SÉ, LO SIENTO, NO QUERÍA TARDAR TANTO EN PUBLICAR, PERO QUE IBA A HACER, HE ESTADO MUCHÍSIMO MÁS LIADO DE LO QUE PARECE ¿VALE? OS LOVEO UN MONTÓN LECTORES.
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La rage du peuple: Liberté
Science FictionNo hay salvación. Esta historia trata de un grupo de 6 que se verán en un apocalipsis zombie en medio de unas vacaciones escolares a Francia, París. Se verán en diferentes situaciones de sufrimiento, amor, engaño y traición. Todo esto al borde de la...