Eviterno || Avatrice

Capitulo 2: Trabajo

Ava esta metida entre libros con una taza de café en la mano. En su regazo esta Athenea, su gata anaranjada hecha una bola durmiendo.

–Athenea, necesito buscar mis lentes y tu madre no esta.–le dice a la gata, se revuelve un poco en su regazo, sin darle importancia a las palabras de Ava.
Pone los ojos en blanco y niega con la cabeza. Nunca escucha, forma parte de su encanto, pero en ese momento necesita sus lentes. La acaricia y prefiere quedarse donde esta.
Puede leer sin lentes un rato más.
Escucha el ruido de la puerta abrirse y levanta la vista de su libro.
Beatrice saco a pasear a Kronos antes de irse a trabajar.
Kronos, un golden retriever viene moviendo su cola feliz, se acerca a Ava para que lo acaricie, ella deja la taza en la mesa y pasa su mano por su pelaje. El perro se para en dos patas para lamerle la cara.

–¡Kronos! ¡Kronos la cara no!–dice Ava sonriendo. El perro la ignora.
Bea sonrie ante la escena, se acerca para alejar al perro un poco.

–Kronos tranquilo. –Ordena.

El obedece y se va a jugar con su pelota, dejando a sus madres en el comedor.
–¿Tus lentes?–pregunta Bea cruzada de brazos.

Ella le dedica una sonrisa incómoda.
–Athenea esta en mi regazo y no podía moverme para ir por ellos.–Señala a la gata que sigue durmiendo plácidamente.

Bea niega con la cabeza.
–Tendrás dolores de cabeza por esforzar la vista.–explica, aunque Ava eso ya lo sabe.
Busca los lentes de Ava y se los entrega. Le da un beso en los labios.

–Esto fue para que no me sienta regañada.–comenta Ava sonriendo.

–Solo te estoy cuidando.

Ava toma su mano.

–¿Estas bien?–pregunta.

Beatrice sabe a lo que se refiere, a sus pesadillas, todavía se siente culpable por agarrarla del cuello aquella vez. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, necesito un momento para recuperarse. Tuvo que salir a tomar aire y lloro en silencio. No quería que Ava la viera así, tampoco quería hacerle daño, pero las torturas a las que había sido sometida por Reya nunca la dejarían en paz, estan en todo su cuerpo.

–Estoy... –se detiene. No sabe que contestarle ¿bien? Ava la conoce mejor que nadie, no se creería esa mentira, pero como darle una respuesta a esos sentimientos que la envolvían. Bea nunca le dio detalles sobre las torturas. Ava creía que fue solo las quemaduras y golpearla hasta casi matarla, fue más que eso. Fue destruir su alma, fue obligarla a vivir sus peores pesadillas una y otra vez, en donde cada vez veía a Ava y a las personas que amaba morir de manera diferente. Tuvo que enfrentarse a sus peores miedos una y otra vez.
Ava se levanta cuando Athenea salta al piso. La atrae a hacia ella y la envuelve en sus brazos. Ava no quiere presionar a su novia a hablar, entiende que no le esta diciendo toda la verdad, todo lo que vivió junto a Reya esos días que la tuvo prisionera. Espera que Beatrice se lo cuente a su tiempo.

–Esta bien–dice tomando su rostro entre sus manos.–No tienes que hablar de eso si no quieres.

Ella asiente en respuesta, la besa con dulzura hasta que el teléfono celular suena. Ava ve la pantalla y es Hans.

–El deber llama. –Dice sonriendo y deja otro beso en los labios de Bea. –Nos vemos más tarde Booboo

Se escucha a Ava hablando con Hans por teléfono.
Beatrice exhala el aire que tenía acumulado y se prepara para su clase.

  –¿Y bien?–Pregunta Hans apoyado en la barra. –¿Como va tu misión secreta de proponerle matrimonio a Beatrice?

Laila se acerca a los dos. Se ríe.
–¿¡Todavia no lo haz hecho! ?–Exclama mirando a Ava sorprendida.–Ya tenía preparado mi vestido para la boda.

Ava rueda los ojos. Laila y ellas se habían conocido en la Universidad, congeniaron casi al instante, ambas comparten esa personalidad alegre e impulsiva.
–Lo intente, pero no encontré el momento–Se excusa preparando un café para un cliente.

Laila y Hans la observan curiosos.

–No es muy difícil, puedes decírselo y ya–dice Hans como si fuera una obviedad. –¿O quieres que sea especial?

Ava no tiene clara la manera de proponerle matrimonio a Bea. ¿Quiere que sea especial? ¿Con una cena romántica, flores y vino? ¿O algo casual mientras están pasando tiempo de calidad? No esta segura.
Lleva dos años saliendo con Beatrice y cree que es un buen momento para formalizar las cosas de una vez, al principio quería esperar a graduarse. Sería lo ideal, el problema es que le faltan dos años para eso. ¿Desea esperar dos años? Por supuesto que no. Quiere poder decirle a todo el mundo que Beatrice es su esposa.

–No lo se.

Hans niega con la cabeza, se dirige ha atender a un cliente. Lejos de la conversación.

–Ava necesitas pensar como quieres hacer la propuesta.–interviene bebiendo un sorbo de su cerveza.–Es importante, para las dos. Es un gran paso.

Levanta la vista de lo que está haciendo, se detiene a mirar a su amiga.
–Lo se, se que es importante. –Concuerda frustrada.

Nunca pensó que una propuesta de matrimonio sería tan estresante. Esta esperando el momento indicado desde hace semanas, cuando fueron a Madrid para  detener a unos cuantos demonios. Fue ahí donde compro el anillo. Un anillo de diamantes con la palabra Eviterno, y la fecha en la que oficializaron su relación.

–Solo piensa como te gustaría hacerlo y sabes que cuentas conmigo.

Asiente.
Ava esta contenta de tener una amiga,  de pasar tiempo con otras personas más allá del bar y la orden. Aparte Laila se lleva bien con Beatrice. Pueden hablar de cosas relacionadas con las artes marciales y la poesía.
Cosas de las que Ava no entiende del todo, aun así comparte el gusto de las dos por Emily Dickinson. Obliga a Bea a  leerle algunos de sus poemas antes de irse a dormir, cuando no esta tan agotada por el trabajo.
–Me tengo que ir–Dice levantándose, deja el vaso en la barra. –Tengo que estudiar para el examen. No te olvides de estudiar.

Ava la mira exasperada.
–Es la quinta vez en el día que lo dices.

Laila se ríe. Le entrega el dinero a Ava y se va.
Ava observa a la pelirroja contoneando sus caderas al irse. Admira la altura de su amiga, no entiende porque esta estudiando Literatura y Letras en vez de ser modelo. Le iría mejor.
Se encoge de hombros, prosigue a seguir con lo suyo.

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¡Hola! ¿Como están?

¿Que carrera creen que estudiaría Ava?
Todavia tengo mis dudas sobre eso, aceptó sus sugerencias.