Ava se queda mirando por la ventana. Le gusta viajar en avión, porque siente como si estuviera por encima de las nubes. Las nubes parecen esponjosas como un algodón de azúcar desde allí, como si pudiera tocarlas, aunque sabe que eso no es posible.
Beatrice esta leyendo El cuento de la criada, levanta la vista cuando siente la mano de Ava tocando su pierna. Necesita mantener el contacto. Sonríe.
Quita su vista de la ventana.
–¡Estoy tan emocionada de visitar Italia!–Exclama sonriendo, mostrando sus hoyuelos. –Por favor dime que esta vez haremos turismo, quiero visitar la casa-museo de Giacomo Puccini, el Palacio Pfanner–Se detiene a tomar aire, Bea la observa con una sonrisa, su sonrisa siempre termina disipando sus preocupaciones–... Sabías que la ciudad de Lucca es conocida como “Ciudad de las 100 Torres y 100 iglesias”La escucha atentamente. No ha tenido oportunidad de escucharla tan entusiasmada con un tema desde que comenzó la universidad, que consume la mayor parte de su tiempo y energía, cuando no lo hace el bar, lo hace las tareas domésticas de la casa, principalmente la cocina. Ava tuvo que aprender a cocinar, después de que pasará lo que pasó, Beatrice no puede estar cerca del fuego sin paralizarse, sin que sienta como se asfixia en silencio, por eso lo primero que hicieron fue comprar una cafetera, para que Beatrice pueda preparar el desayuno todas las mañanas.
–Bea, ¿me estas escuchando?–pregunta frunciendo el ceño.
–Escuche cada una de tus palabras. –Contesta atrapando un mechón de pelo de Ava, lo coloca detrás de su oreja. –Y si vamos hacer turismo. Organice todo para que pudieramos quedarnos unos días. Le dije a Laila y Hans que se encargarán de Kronos y Athenea.
Su sonrisa se ensancha, lanza sus brazos alrededor del cuello de Bea y besa el puente de su nariz.
–Puedes besarme en los labios. –Accede con timidez.
–No te gustan los besos en público.–Señala tocando su mejilla.
–Haré una excepción–Considera apoyando su frente contra la suya.
Ava la besa. Sus labios son suaves, saben a vino. Siempre toma una copa antes de subirse al avión, no quiere admitir que les tiene un poco de miedo. Se separan.
–¡Por fin tendremos unas vacaciones! –Chilla contenta.
Bea niega con la cabeza. No entiende de donde saca tanta energía para hacer así de ruidosa y escandalosa. Es lo que más adora de ella, el hecho de que sean tan opuestas. Ava todo un montón de energía, sonrisas brillantes y amante del contacto físico, mientras que ella toda sería, reflexiva, amante de su espacio personal, de su tranquilidad.
Bea saca una manta color azul oscuro, la extiende en las piernas de Ava que parece tener frío.–¿Podemos ver una película?–Pregunta sacando su teléfono y los auriculares.
Bea asiente.
–Nos toca seguir con Harry Potter y el prisionero de Azkaban. –Indica acomodandose en los brazos de Bea.
Ella la envuelve y le da un beso en la mejilla.
Llevan viendo las películas de Harry Potter cada vez que tienen un tiempo juntas. Ava descubrió cuanto disfruta ver películas con Bea.La iglesia Santa Giulia de estilo románico con rasgos góticos fue construida en en el siglo XIII.
El exterior es de mármol, contiene tres arcos, un portal abocinado, una ventana con arcos trilobulados en la parte superior.
Los arcos están adornados con pequeñas cabezas femeninas de cuello alargado.
Ava se admira ante la pequeña iglesia que se levanta frente a ellas. Mira alrededor antes de entrar casi se choca con la puerta, Bea la toma del brazo antes de darse la cara contra la puerta.–Gracias–dice avergonzada.
–¿Estas bien?–pregunta acariciando su brazo.
Asiente.
Beatrice quería esperar hasta que oscurezca, pero Ava se negó, estaba tan emocionada de hacer turismo, que sabía que mientras más rápido terminen el trabajo, más tiempo tendrán para recorrer la cuidad de Lucca. No había tiempo que perder.
Bea término cediendo, quería que Ava disfrutara estas breves vacaciones.
El padre Adriano las saluda y les muestra el lugar en donde se encuentran los sujetos poseídos.
Están en diferentes habitaciones, Beatrice les informó que sería mejor tenerlos separados. Encargarse de forma individual para evitar riesgos innecesarios para los demás ni para ellas.–Esta es la habitación de Isabella–Indica el padre Adriano, una puerta estilo antiguo con un crucifijo en la fachada.
Continua caminando.
–Esta es la de Giovanni.–Dice examinando sus expresiones, esperando a que digan algo. –¿Con quien van a empezar?Ava y Beatrice se miran.
–Empezamos por Giovanni–sugiere Ava mirando atenta a Bea. –No me emociona mucho la idea de pegarle a una mujer.
Bea asiente.
–Desde aquí podemos solas. –anuncia Bea al padre Adriano.
El padre Adriano parece querer protestar, se toma un momento para pensar y decide irse sin decir nada.
–Bien... Llegó el momento. –Menciona Ava con tono dramático. –A patearle el trasero a esos malditos demonios.
Beatrice sonrie y entran a la habitación.
El hombre de mediana edad se encuentra atado de pies y mano a la silla. Se mueve inquieto, sus ojos están tan negros, que ni siquiera parecen humanos. Esta furioso, ambas saben que en el momento que se suelte ira tras ellas.
–Intenta que no se suelte.–Le pide a Ava.–Esta enfurecido.Ava asiente. No quiere que las cosas se pongan difíciles, quiere recorrer la ciudad. Sus primeras vacaciones con Bea, desde que son novias. No puede desaprovechar la oportunidad.
Se para frente al hombre y comienza a golpearlo en la cara. El hombre mueve la silla con ahínco, lleno de ira, se cae de espaldas y Ava aprovecha para seguir con su trabajo, hasta que el hombre se suelta y la toma del cuello con fuerza.
Beatrice mira la escena, asustada y se paraliza. No sabe que hacer, su mente solo puede repetir el recuerdo de ella haciéndole lo mismo.–Bea... –suplica Ava apenas respirando. –Por favor... ¡Bea!
Intenta pegarle una patada para que la suelte, no obstante, esta presionando fuerte contra su garganta, incapaz de hacer algo. No quiere desmayarse. Bea observa la escena, parece apuntó de llorar.
–Bea... Booboo... Por favor–vuelve a suplicarle, su vista se vuelve borrosa.
Entonces Beatrice reacciona ante escucharla pronunciar su apodo.
Golpea al hombre en la pierna, lo suficiente para que caiga de rodillas y suelte a Ava, que se lleva la mano a la garganta, masajeando la zona afectada, intentando respirar.–¿Estas bien?–Pregunta acariciando su mejilla.
–¡Bea!–grita Ava viendo como el hombre se levanta y se tira encima de ella. La golpea en el rostro.
Ava se enoja, lo empuja, lo golpea una vez más hasta que observa la bruma anaranjada, el halo se ilumina evaporando al demonio.Bea se acerca preocupada a Ava y la abraza.
–Lo siento cariño.–Apoya su barbilla en el hombro de Ava, sollozando.
Ava la abraza, trazando círculos en su espalda para calmarla.
–Estoy bien Bea–dice para reconfortarla. –Lo hiciste bien.
Ahora debemos encargarnos del otro.Beatrice se aparta y asiente.
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¡Hola! ¿Como están?
Martes de capítulo nuevo🤭. Espero les este gustando la historia.
Gracias por tomarse el tiempo de leerla, comentar y votar.
Tengan un buen día!#SaveWarriorNun
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Eviterno || Avatrice
FanfictionAva y Beatrice viven juntas. Beatrice ahora enseña artes marciales a los niños y Ava todavía trabaja en el bar. Tienen una casa frente a la playa, un gato y un perro. Y todavía se encargan de algunos demonios que deambulan por todo Europa, aunque e...