Bakugou se sienta en la cama con la reparación agitada y el cuerpo sudado, de la palma de la mano derecha comienza hacerse pequeñas explosiones. Trata de regular su respiración para poder controlar su quirk y en unos pocos minutos logra tranquilizarse.
Después de que Kirishima se fuera él se había quedado dormido, por un momento pensó que podría descansar pero nuevamente volvió a tener una de esas horribles pesadillas, las cuales se estaban volviendo demasiado frecuentes.
No podía evitar preguntarse si algún día Deku hiciera lo mismo que en esa pesadilla. Pero siendo honesto él sabía que se merecía todo el desprecio del pecoso.
—Bakugou está es la guía de estudio que debemos realizar para la clase teórica de Aizawa sensei, él me dejó a cargo de entregarlas—explica Midoriya un tanto nervioso entregandole un folleto.
Después de todo hacia mucho tiempo que no cruzaba palabras con el chico explosivo, no podía evitar sentirse ansioso y cuando Bakugou alzó la mirada sintió el impulso de preguntarle si se encontraba bien, porque podía ver en sus ojos que no lo estaba y que tal vez este pasando por un mal momento pero se contuvo, él ya se había prometido alejarse de él y tampoco quería incomodarlo.
En cambio Bakugou simplemente se limitó agradecerle por la guía, apartando la mirada. Él tenía miedo de que el pecoso de viera con la misma frialdad que lo hacía en aquellas pesadillas. Quería desaparecer pero al mismo tiempo quería hablar de cualquier cosa con el peli verde que todavía sigue enfrente de él. Supone que está organizando algunas hojas para seguir entregandola a sus compañeros pero en realidad solo era un pretexto, Midoriya estaba ganando tiempo, se estaba debatiendo sin romper aquella promesa que se hizo así mismo para hablarle porque estaba preocupado por él o simplemente actual como si nada.
—¿Te encue......
—Midoriya ve a tu asiento—ordena Aizawa, interrumpiendo lo que el pecoso iba a preguntarle a Bakugou, quién al estar tan sumergido en sus pensamientos no había sido capaz de escuchar la pregunta que quedó en el aire.
Cuando Deku ya estaba listo para irse a su asiento Bakugou alzó la mirada, ambos chicos quedaron atrapados en la mirada del otro, no podían apartar la vista se sentían atraídos y por un momento todo a su alrededor dejó de existir solo existían ellos dos.
—Midoriya es para hoy—replica Aizawa trayendo a ambos chicos a la realidad.
El pecoso avergonzado se sentó rápidamente en su asiento detrás de Bakugou, agachando la cabeza para disimular su sonrojo.
En cambio el rubio cenizo tapo su rostro con una mano para cubrir disimuladamente el ligero sonrojo.
Las clases del día transcurrieron con normalidad y ninguno de los chicos volvieron a tener ningún contacto. Cada uno estaba en su mundo, pero ambos estaban pensando en lo mismo “Desde que momento todo empezó a ir mal” eran amigos y jugaban todo el tiempo, Bakugou solía protegerlo, bueno a su a manera pero lo hacía. Y entonces un día el chico explosivo de la nada comenzó a poner distancia y a tratarlo diferente, ya no lo cuidaba irónicamente comenzó a tratarlo de la misma forma que lo trataban aquellos de quienes solía protegerlo. Luego todo empeoró en el momento que su quirk se manifestó desde ese momento todo empezó a deteriorarse entre ellos.
Un niño cegado por su propio ego y a la misma vez ocultando su complejo de inferioridad, porque a pesar de tener un quirk increíble solía sentirse inferior que Midoriya que aunque no tenía ningún quirk solía ver al pecoso como alguien increíble y mucho superior que él en muchos sentidos por esa razón lo menospreciaba porque solo así se podía ver mucho más superior qué Izuku.
Y otro niño cegado por su baja autoestima, atrapado en la soledad. Desde de la distancia podía ver cómo los demás solían conversar y reír, mientras él solo era un espectador incluso muchas veces se sentía como si no existiera y por esa razón era ignorado. Y en otras ocasiones se encontraba preguntándose ¿Es necesaria mi existencia? si no fuera por el amor de su madre tal vez hubiera terminado con su vida, después de todo que sentido tenía vivir.
Midoriya había pasado toda la tarde entrenando, estaba bastante agotado y lo único que quería era dormir por horas. Entonces el recuerdo de intercambio de palabras que había tenido con Bakugou llego a su memoria provocando un fuerte sonrojo al pecoso, en ese momento cuando sus miradas se entrelazaron sentía unas ganas enormes de abrazar al rubio explosivo. Desde hace tiempo gustaba de él aunque sabía que jamás sería correspondido, era algo irónico y muchas veces pensaba que debía borrar sus sentimientos por el chico explosivo pero mientras más intentaba sacarlo de su corazón, más crecían esos sentimientos. Por un momento pensó que tal vez era un masoquista por estar enamorado de alguien que lo menospreciaba pero Bakugou es alguien especial para él sin importar el pasado. Lamentablemente ya todo había terminado ni siquiera tenía la oportunidad de ser su amigo y peor aún ahora eran como si fueran dos desconocidos.
Midoriya entró a la sala común del edificio de su clase, notando que había demasiado silencio lo cuál no es para nada común después de todo la mayoría de sus compañeros eran demasiado ruidosos y entonces recordó que era viernes, la mayoría de seguro se habían ido a pasar el fin de semana con su familiares. Él no podrá ir con su mamá porque ella tuvo que viajar donde una tía.
Ya cuando se acerca a la escalera se percata de que alguien está sentado en el sofá. Se acerca para ver de quién se trata pero al estar cerca un jadeo de sorpresa se escapa de sus labios y rápidamente se tapa la boca con las manos. Bakugou estaba dormido, tenía una mueca de disgusto en su rostro, parecía estar teniendo una pesadilla.
Midoriya sin ser conciente de su cuerpo se acerca más a él, desde atrás del sofá acaricia dulcemente el cabello del chico explosivo. Realmente él no estaba siendo conciente de lo que hacía parecía estar en una clase trance, y sin poder resistirse acerca su rostro a su cabello y aspira suavemente el aroma de este, sintiendo mil sensaciones y los latidos descontrolado de su corazón. Finalmente reacciona y con el rostro más rojo que un tomate salió corriendo a su habitación.
Mientras más intentas contener tus sentimientos estos se hacen más intensos y incontrolable.
Midoriya y Bakugou ya llevaban mucho tiempo intentando controlar lo que sentían por el otro, ya era hora de que estos sentimientos comiencen a desbordarse.
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Arrepentimiento y perdón [Bakudeku]
FanfictionDos chicos que comparten el mismo destino pero ninguno es capaz de verse en la vida del otro. Bakugou un chico que oculta sus inseguridades fingiendo superioridad, si tan solo no hubiera estado tan cegado tratando de ser el mejor, tal vez hubiera...