Capítulo 2O

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JungKook abría sus párpados, pestañeo un par de veces para acostumbrarse a la luz, talló sus ojos levemente y bostezando por instinto. Hasta que sintió una mirada sobre él que lo hizo sonreír.

─Buenos días, dormilón.

JungKook mostró su típica sonrisa cuadrada.

─Hola..

─¿Dormiste bien?─. Preguntó JiMin jugando con su cabello.

El menor asintió levemente.

─¿Cuánto dormí?

─Ufff, un buen rato─. Dijo JiMin─. Hasta ya terminó la película y puse otra.

En ese momento JungKook se paró de golpe y por consiguiente le dio un fuerte mareo.

─¡Cuidado!─. JiMin se acercó más a su novio para tocarle la cabeza.

─Eso dolió.

─Te paraste de golpe, era obvio que eso te pasará.

JungKook se puso de pie─. Voy a ir al baño.

─Claro, pero ve con cuidado ¿sí?

El menor comenzó a caminar dejando a su novio en la sala, subió las escaleras de la gran casa de JiMin, y fue directo hacia el baño. Una vez entró se sostuvo del lavabo ya que le llegó otro fuerte mareo.

─Me pare muy fuerte─. Se dijo.

Se lavó la cara, hizo sus necesidades y salió del baño para regresar con su novio.

Era la primera semana que podían estar juntos, ya que JiMin estaba muy ocupado las últimas semanas con lo de su empresa. JungKook se tenía que quedar con SuYeon todo él día. Y no es que le molestará, él adoraba a esa pequeña con toda su alma.

Era idéntica a JiMin, su cabello negro y ondulado, su enormes ojos negros, su naricita. Y sus expresiones eran las mismas que su padre, cuando se ponía celosa hacia que su lengua chocará contra su mejilla al igual que lo hacían su padre. Cuando reía mostraba unos dientes de conejito que tenía obviamente su padre.

Era la viva imagen de él.

Y que decir de su madre, si él quería a la niña su madre la quería mucho más. Era su adoración, cuando la llevaba a su casa su madre la consiente mucho, le preparará todo lo que ella quiere, le compra dulces y la mima mucho.

¡Ya ni a él!

Comenzó a bajar los escalones tranquilamente, pero sin antes ir a la cocina por leche de frutilla, tomó uno del refrigerador, lo destapó y lo llevo a sus labios. Regresó para ir a la sala pero escucho una voz muy conocida.

─¿Y profesor Kookie?

─Fue al baño.

─¿Y cuánto tardará?─. Dijo la pequeña.

─No ha de tardar, siéntate a esperarlo.

─Yo no quiero esperar, ¡quiero jugar con él!

bitter sweet › jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora