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Pasaron los minutos y Jeongin seguía sin poder dejar de llorar, ignoraba las palabras de Minho que intentaban calmarlo.

El rubio comenzaba a preocuparse un poco.

— Vamos a lavarnos, Innie — dijo, antes de cargarlo, con los brazos del otro rodeando su cuello y las piernas abrazando su cintura.

El baño era amplio, con una ducha especial para Jisung, y una silla de plástico donde el castaño se sentaba para no dañar la silla en la que se movía; y que Minho usó para sentar a Jeongin.

Bañó el cuerpo de su novio primero, sus sollozos se habían calmando pero seguía dejando fluir lágrimas.

Al terminar lo miró dedicándole buena pequeña sonrisa.

— ¿Estas bien?

Jeongin asintió, murmurando, no lo había dejado de hacer desde que habían acabado, Minho comenzaba a fastidiarse con eso, pero no podía culparlo, así que no dijo nada.

— Me duchare rápido y saldré. ¿Quieres ir al cuarto y vestirte?

Jeongin volvió a asentir, Minho dejó un beso en su frente antes de que levantara, saliendo del baño.

Cuando terminó la ducha, se sorprendió al ver que Jeongin, además de hacer lo que  le había había dicho, había odenado toda la ropa que habían tirado y había sacado las sábanas manchadas.

— Hay que decirle a los demás— dijo Minho ya vestido, refiriéndose a la ya no-mudez de Jeongin. 

Tomados de las manos, salieron de la cabaña, con intención de ir hacia el comedor, o a donde vieran gente.

Quizás para su desgracia, la primera persona que encontraron fue Felix, quién se había quedado esperando en el comedor, mirando por la ventana hacia las cabañas, a que ambos chicos terminaran, y al verlos salir había ido corriendo hacia ellos.

— ¡Mierda, Minho! ¿Qué eres un vampiro? — habló, aún a unos metros de distancia, podía distinguir las marcas en el cuello de Jeongin, sobresaliendo del cuello de su remera.

Parecía que iba a decir algo más, pero funció el ceño al ver los ojos enrrogecidos por el llanto  de Jeongin, y sólo le tomó unos segundos más en captar los murmullos que el pelinegro decía.

— ¡Jeonginnieee! — gritó con felicidad, abrazando al chico— ¿Qué pasó? ¿Puedes hablar? ¿Puedes decir Felix? ¿Fe-lix?

Fe-lix.

Jeongin rió, por primera vez, por pedido de ambos, una risa dulce y tierna, llena de felicidad.

— Oh, Minho no llores, marica.

— Tú también estás llorando, marica.

❛ ː ՞ ❪ 𝐌𝐈𝐍𝐉𝐄𝐎𝐍𝐆 ❫ ⸻ 𝐌𝐔𝐓𝐄¹ ᠉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora