aeran daegu'

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Cuando el instante se ausenta, el tiempo y sus causas no reparan en su andar, qué ajeno murmura falacias que no culminan su libertad añorada.
Sólo entonces, la nostalgia se trastorna, mi mente se vuelve un eco de recuerdos simultáneos, los fantasmas y sitios de un ayer qué jamás recuperé, me persiguen cuál voluntad independiente, como cada atardecer, en la sobriedad de mi juicio.
Me desconcierta tu honesto interés, cada expresión y acto, leales...los llantos y dichas, apreciadas desde la agudeza de un afecto jamás distante.

crudeza atemporal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora