seis.veinte'

4 1 0
                                    

La incertidumbre busca las fallas más obvias de la juventud prematura.
Yo hago bien en refugiarme en la ira, al grado de no hallarme a mí misma en los escombros del ayer más cercano.
Cuando todo perezca, y si los frutos crecen hacía arriba, las palabras se hablen al revés, los trastornados sean congruentes y los genios se equivoquen, temeré.
Y el miedo huye, huye, y se oculta en mi juicio.
El silencio; oh, ésa libertad tan bien conocida, rotundamente rechazada para ausentarnos de la realidad.
Puede que se aproxime el día, en que mi voz sucumba al cansancio, la tristeza se grite y los júbilos sean el luto de la causa.
El parpadeo de un insecto contradice el rumbo de un pensamiento, y en el regocijo de la infancia, una efímera posibilidad de fé en un estado de adversidades absolutas.

crudeza atemporal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora