"Qué lindo fue coincidir contigo entre tanto caos."
Estaba en el aula de castigados, trazando circulitos con la yema de mi índice sobre la mesa. Repensaba y repensaba lo ocurrido, el porqué me encontraba sentada ahí durante la séptima hora. ¿Quizá debía de haberme comportado de otra forma? Cambié mi posición y acomodé mi mejilla sobre la superficie de la mesa, mirando por la ventana que había a mi lado. Fruncí el ceño.
Realmenre no pude evitarlo, no pude no defenderme de las crueles palabras dichas por mi compañera, de sus malévolas burlas.
¿Por qué la gente es tan cruel?
Por fin, sonó la campana que marcaba el final de la séptima hora, por lo que me levanté de la silla como un rayo y abandoné la clase rápidamente. Quería ir al baño a lavarme el rostro, ya que algunas lágrimas traviesas se habían escaqueado de su lugar en el momento en el que recordé la muerte de mi padre.
"― Por eso eres así de idiota, porque no tienes papá."
Esas malditas diez palabras no salían de mi cabeza, repiqueteando mis tímpanos y haciéndome apretar la mandíbula.
Entonces choqué contra alguien. No le había visto venir: iba mirando el suelo. No querías a que nadie me viera la cara surcada de lágrimas.
― ¡Perdone!― Exclamé elevando el rostro. Unos orbes grises y desentendidos me devolvieron la mirada.
Mierda, me vio llorar. Tierra trágame por favor.
― Perdóname tú a mí, no te vi― Respondió él. Su voz era perezosa, ligeramente rasposa y desentendida―. Ah, te vi antes en el aula de castigados, ¿estás bien?
¿Que si estoy bien? Es la primera vez que un desconocido me pregunta algo así.
Era extraño. Algo me decía que eso no era normal. Que me fuera de ahí. Pero solo le respondí.
― Sí, estoy bien, gracias― Le dediqué la más brillante de las sonrisas que pude esbozar en esos momentos. No, no estaba bien y quería correr a un lugar en el que nadie me pudiera ver. Pero eso, claramente no se lo iba a decir a él.
El chico tenía los cabellos suaves, blancos como la nieve, algo que me llamó mucho la atención. Era lindo, y muy alto, ¿cómo es que no Le había visto antes? Él no dijo nada y, antes de que pudiera alejarme, acortó la distancia entre nosotros y me tomó de las mejillas con aspereza, para después limpiarme las lágrimas con sus pulgares.
― No llores, vaya fastidio― Resopló él sin soltarme―. Seguramente te verás más bonita sonriendo.
Sus manos eran ligeramente frías, pero su tacto era completamente agradable y sentí que sus manos encajaban perfectas con la línea de mi mandíbula. No quería que me soltase nunca.
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Todo lo que somos juntos [+18 Reo Mikage x fem! reader x Seishiro Nagi]
Fanfiction¿Nunca has conocido a alguien, le has visto por primera vez, y tras compartir unas cuantas palabras con esa persona, sientes como si os conociérais de toda la vida? ¿Nunca has sentido una conexión extraña con quien es prácticamente un desconocido? E...