Naruto Uzumaki, aquel niño que vivía frente a su casa. Verle cada día, en el jardín con un camión de juguete, le molestaba. Le enfadaba también que, al ver como le miraba, le sonriera. Odiaba a ese niño.
Porque él no podía salir a jugar. Él estudiaba, a sus cortos cinco años, lo que hacía era estudiar para ser el mejor. El orgullo de su familia. Tal y como su hermano mayor.
Por eso evitaba a Naruto. Porque ese tonto que vivía despreocupado con su familia feliz no podría entender la suerte que tenía de poder jugar tras volver de la escuela.
Y por eso mismo era que no entendía qué hacía el niño rubio frente a su casa, sosteniendo dos muñecos de ninjas y pidiendo a su madre que él saliera a jugar. Nunca le hablaba, siempre le miraba mal, ¿por qué quería jugar con él?
Y mayor fue su sorpresa al oír a su madre aceptar, ¿lo diría para quedar bien? ¿O porque su padre no estaba en casa? No sabía, pero fuera cual fuera el motivo, le había llevado a esa situación.
Estar en el jardín de la casa de su vecino, sentir sus manitas mancharse del húmedo barro y oír al rubio explicar la enrevesada historia de sus juguetes para que él supiera como actuar.
—¿Por qué me pediste que jugara contigo? —decidió preguntar, interrumpiendo el monólogo del otro a pesar de las normas de educación que su padre le había hecho memorizar.
—¿Oh? ¡Ya pensaba que no sabías hablar 'ttebayo! —la risa del otro resonó varios minutos, Sasuke mentalmente suspiró cansado de tanto grito al que no estaba acostumbrado.— Siempre me miras desde tu casa mientras juego, así que pensé que querías jugar conmigo pero eras tímido. ¡Así que te he invitado yo!
La brillante sonrisa del niño le molestaba, ¿su razón era algo tan vanal como una simple malinterpretación? A sus cinco años, Sasuke sabía que no debía sacar conclusiones precipitadas sobre ningún tema. ¿Tal vez Naruto no fue educado como él?
—Eso es estúpido, yo no--
—Además, te veías triste.
Decidió ignorar haber sido interrumpido ya que él también le interrumpió, pero le molestó que la interrupción haya sido con, a su parecer, una tontería.
—¿Triste? ¿Acaso estaba llorando?
—No por fuera al menos. Pero tu mirada... Estabas triste, llorando por dentro. Mamá dice que la gente está verdaderamente herida cuando ni siquiera es capaz de llorar. Por eso quiero jugar contigo, para que no estés solo.
Sasuke Uchiha, de cinco años, educado como todo un jovencito de alta clase, se quedó mudo ante las palabras de otro niño que tan solo estaba siendo genuinamente amable.
Sasuke jugó aquel día como nunca lo había hecho, se manchó de barro, trepó árboles y corrió como un ninja junto a su nuevo amigo. Se sintió como un niño de verdad por primera vez.
Seguía estudiando, seguía pasando largas horas en el salón, seguía esforzándose por enorgullecer a su padre. Pero, cada Sábado por la tarde, se permitía olvidar todos los lujos y solo ser un niño saltando en el barro en brazos de su amigo.
[...]
—Sasuke, mira esto y dame tu opinión. ¿Flores rojas con lazos blancos o flores blancas con lazos rojos?
Más de veinte años después, cada vez que veía esos ojos azules brillar frente a él, se sentía de nuevo un niño. Ese niño corriendo de la mano con otro niño. Un niño que prometió hacer que su mirada ya no fuera triste.
Y que cumplió su promesa.
—¿Por qué no ambas?
—Sasuke Uchiha, es usted un genio.
—Oh, cállese Naruto Uzumaki.
—Oblígame.
Y, besando a su futuro esposo, recordó la primera vez que se sentó en un jardín lleno de barro. Y supo que nunca estaría solo.

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Perfecto || NaruSasu → Escrito en 2016
FanfictionEsta es una historia que escribí entre 2016 y 2017. Por cariño a la historia la he vuelto a publicar, sus 20 capítulos sin ningún cambio, todo está tal cual se escribió en aquellos años.