Capítulo 1: Lo más lindo

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Vale, acabo de despertar y tengo la sensación de que algo malo pasará hoy....

Mi nombre es Sousuke Yamazaki, de 17 años y soy virgo.

Me arreglé para salir a una cita que tenía con Makoto, el chico más maravilloso del mundo, a mi criterio claro.

Pero no recibí ningún mensaje suyo pero si uno de Kisumi... Que raro...

Ponía:

*Hola Sousuke, tengo una sorpresa para tí. Nos vemos en la cafetería de siempre, a donde sueles ir con Makoto-chan. No tardes eh, a las 12:30*

Al leer el mensaje, me puse en camino hacía la estación de tren, escuchando música, la misma canción de siempre... la canción de Makoto y mia. Era nuestra canción (que bonita palabra, Nuestra...)por qué fué la primera que escuchamos juntos. ¿Bonito no creen?

El tren que me llevó tardó unos veinte minutos en llegar. Me monté en el aun escuchando música.

Era molesto tener que esperar unas siete paradas para llegar al centro y se hacía más insoportable cuando había un grupo de chicas cuchicheando al lado mio y mirandome todo el rato. Me aburría por el camino así que me puse a hablar con Kisumi.

*Sousuke: Kisumi, ¿cuál es la sorpresa?

*Kisumi: Si te la digo ya no será sorpresa, bobo.

*Sousuke: Tks, estaba tan tranquilo durmiendo...

*Kisumi: No te hagas, Sousuke que sé que tenías una cita con Makoto.

*Sousuke: ¿Y tú como sabes eso?

*Kisumi: Makoto me lo dijo C:

Era molesto que Makoto le contase todo lo que pasaba con nosotros, o a Kisumi o a Haru. Me hacía sentir celoso... Y me gusta cuidarle, como si fuera un perrito, a decir verdad, Makoto es como un cachorro para mí; jugueton, cariñoso, atento y siempre se preocupa. Por las mañanas me da los buenos días aunque yo esté durmiendo y siempre que tiene tiempo libre, me llama o me escribe. Es lindo tener una persona así a tu lado, ojalá sea por siempre...

Llegué a la estación del centro a tiempo para llegar a la cafetería sin correr. Fuí por el camino que suelo ir con Makoto, por donde estaban los arboles de cerezo. En primavera, el camino era hermoso, en invierno la nieve quedaba en las ramas como si fuera su manto, en otoño las flores tenían un color anaranjado con marrón y en verano algo verde. Era hermoso el paisaje, pero obviamente la compañia era de lo mejor.

Fuera de la cafetería estaba Kisumi con una jaula para perros en sus manos, Dios... que sería la sorpresa.... Cuando vió que me acercaba, sonrió y caminó hacia mi.

-¡Sou-chan!- Dijo dándome una palmada en la espalda.

Otro que me llamaba Sou-chan... me sonaba infantil para mí pero bueno, si les gusta y no me ofende, pues que lo digan ¿no?

-Hola.-Le respondí y señalé la jaula.- ¿Que traés allí?- Kisumi se rió y me invito a entrar a la cafetería.

-Te lo cuento dentró y más tranquilamente.

Entrámos a la cafetería y nos sentámos en una mesa de dos personas, yo pedí mi capuccino de siempre y el un batido de fresa. Ya era conocido en esa cafetería, Makoto y yo, obviamente porque siempre íbamos juntos.

Bebí un sorbo de mí café y Kisumi comensó a hablar.

-Bueno, más vale que te dé la sorpresa antes que desesperes...

Se agachó hacía la jaula y sacó un animal tapádo por una sábana, era un perro y claramente noté que lloraba y temblaba. Kisumi lo abrazó para calmarle mientras le acariciaba la espalda.

-¿Eso es para mí?.- Le preguntó, alzando una ceja con curiosidad.

-No, es tuyo desde hace tiempo...

Le dió la vuelta al animal que estaba escondido por una sábana y lo que me encontré, no le podía dar crédito....

Era Makoto de pequeño pero.... con orejas de perro y cola de perro, también estaba llorando, moqueando , sonrojado y nervioso. Era demasiado adorable y era mio... me puedo imaginar a Makoto de pequeño cuando se le caia el helado.

-¿So,sousuke?...-Dice Makoto, limpiandose la cara con las mangas de su sudadera. Abrió los brazos hacía mí mientras cerraba los ojos nervioso.

-Urg...-Digo, cojiendolo en brazos y limpiandole la cara con una servilleta.- Portante bien ¿si?.- Le digo, mirando a Kisumi mientras Makoto posaba su cabeza en mi hombro.

-Adorable, ¿No crees?.- Me pregunta Kisumi, sonriendo.

Kisumi era algo insoportable, pero era buena persona al fin y al cabo, sonreí y le dí las gracias. Lo mínimo que podía hacer por él por tan semejate regalo tan adorable era invitarlo a la bebida. Se fué cuando acabó su bebida y le dió un beso a Makoto. Exactamente, Makoto era muy adorable e imposible de odiar. Su sonrojo era lindísimo. El era simplemente perfecto.

-Sousuke...-escuche su susurro y lamió mi mejilla.- Te quiero...

Cuando dijo eso, logró sonrojarme... vaya... ahora tengo un perrito, mi querido perrito Makoto...

Mi ask, pregunta lo que quieras: milkacher

Mi mascota (SOUMAKO YAOI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora