CAPÍTULO XV

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(Antes de leer, por favor, vayan a buscar a youtube la canción Iwanna be yours de Artic Monkeys y escúchenla mientras leen. L@s amo)

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Y así fue cómo morí

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Y así fue cómo morí...

Bien, no, pero estaba a punto. Lo juro. En mi cabeza no dejaba de repetirse una y otra vez la frase "Que quiero besarte, justo ahora". La manera en que me observaba, con tanto interés, suavidad y espera, tampoco ayudaba. Estaba segurísima de que mi expresión facial era todo un poema.

Sólo no sabía qué hacer o decir. Mi cuerpo no reaccionaba. Tenía ese nudo en la garganta que me causaba nauseas ante los nervios.

Fui consciente de cómo el calor en mis mejillas aumentaba su temperatura; mi querido órgano palpitoso del pecho sufría un corrientazo y las palmas de mis manos se volvían sudorosas.

Comencé a reír.

Sí.

Comencé a carcajearme de la manera más inquietante que jamás lo había hecho. Me incliné hacia él, dándole golpecitos en su hombro mientras negaba y me secaba lagrimas que, más por la gracia, eran por la vergüenza.

— Eres tan chistoso, deja de jugar.

— ¿Por qué siempre piensas que estoy jugando? —entrecerró los ojos.

Parecía realmente molesto al ver que no me lo tomaba enserio. No es que así fuera, pero con toda la revolución que surgía en mi interior no podía responder correctamente. Él siempre me ponía en situaciones difíciles. Decía cosas que me dejaban sin aliento y con unas ganas inmensas de mandar todo al drenaje para estar con él. Y eso me desestabilizaba.

Es increíble cuán vulnerable te puede volver una persona.

— ¿No lo harás?

— Aonung...

— ¿No me dejarás hacerlo?

Nos quedamos en silencio, observándonos.

Al poner más atención, estando a esa corta distancia, me percaté de la sutil desesperación escondida entre sus iris. Yo no respiraba; por más que quería no podía llenar mis pulmones de aire. La sensación de la adrenalina mezclándose con mi sangre volvía todo de mí un caos.

Se acercó, bajando la mirada hasta postrarla en mis labios y emitir un peculiar y bajo gruñido que terminó de rematarme. Rápidamente giré la cara, concentrándome en lo que sea que no se tratase de él. Debía enfocarme, ser fuerte y responsable. Cerré los ojos.

Meditación total. Ahmmm... Ahmmm.

La risa que surgió de su garganta me hizo volver a él. ¿Qué era lo divertido? Porque esto no es más que un sufrimiento angustiante para mí.

MAWEY || Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora