CAPÍTULO XXV

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(Hay un capítulo antes, por si les salió este primero)

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Ese instante estaba lleno de felicidad absoluta

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Ese instante estaba lleno de felicidad absoluta. No faltaban más palabras, el hecho de estar lo era todo.

Nadé hasta donde se encontraba Aonung de espalda. Lo abracé por el cuello, prendiéndome cual mono. Repartí besos por el lado de la cara que alcanzaba, mientras él reía por lo bajo y me sostenía de las piernas. Giró hacia mí, poniendo boca de pato para que le diese un beso. Iba a hacerlo, pero lo dejé esperando pues presentí que algo andaba cerca.

Observé con curiosidad la sombra que venía hacia nosotros bajo el agua. Mis ojos brillaron al ver que un Ilu emergía. No cualquiera.

— ¿Completo?

Mi niño pequeño también era todo un adulto.

Supe que era él por la ausencia de la cola neuronal. Me solté con rapidez del chico, yendo hacia la criatura la cual me esperaba aleteando con felicidad. Junté mi frente con su hocico, sonriendo.

— Miren, ¡Miren cómo reconoce a su mamá! —chillé, dramáticamente, sin querer soltarlo.

— ¿Quién te cuidó mientras tu madre no estuvo? —se acercó Aonung—. Yo, yo, ¿verdad? Tu papá.

Mientras montábamos semejante escena, los chicos nos observaban perturbados.

— Me dan pena ajena —balbuceó Kiri, a punto de perder la consciencia. Miró a Rotxo, riendo contenta y achispada.

El chico al ver el estado de Kiri se aproximó a ella, tomándola en peso y sacándola del agua. Al estar todos ebrios, fue inevitable la caída que tuvieron más adelante.

Todos reímos, mofándonos por eso mientras ellos con toda la dificultad del mundo se ponían de pie.

Lo'ak y Tsireya, tan pronto como los otros dos se fueron, también desaparecieron.

Me abracé a Completo dándole un parlamento del por qué me ausenté por tanto tiempo.

— ... Entonces volví.

Finalicé, suspirando.

Al percibir mucho silencio, volteé hacia Aonung.

Él me observaba muy atento. Caí en cuenta que no le había contado bien todo lo que viví durante ese tiempo. Por ello, ahora que lo hacía de manera espontánea, se había quedado anonadado. A pesar de eso, no dijo palabra alguna sobre el tema.

Emitió los sonidos con los que llamaba a su Ilu, quien en segundos estuvo a un lado de Completo, golpeándolo levemente a modo de juego.

— Quiero estar contigo a solas —aquello me lo dijo sin mirarme, subiéndose en su criatura.

MAWEY || Ao'nungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora