Sus labios

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Me besaba de una manera voraz, parecía que no necesitábamos aire en los pulmones, no me dió tregua en ningún momento.
Bajo los tirantes de mi vestido y empezó a besar mis clavículas, lentamente bajo a mis senos y succionó mi pezón erecto, sentía como su lengua jugaba con mi pezon y lo mordió, provoco que un gemido ahogado saliera de mi boca.

Me volteo y alzó mi vestido, bajo lentamente mi ropa interior.

R. Con esta miniatura ibas a verme? No sabes lo que provocas en mi.
Dicho esto empezó a simular embestidas desde la parte de atrás, con una mano sujetaba mi cadera y la otra uso para masturbarme, no podía hablar, el deseo se apoderaba de mi y de mi boca solo salían gemidos.

Sin pensarlo introdujo un segundo dedo, jugaba con ellos dentro de mí, con su pulgar estimulaba mi clítoris y yo empezaba a sentir ese cosquilleo en mi vientre, estalle de placer en sus dedos.

R. Estás lista para mi?
L. Por favor.
R. Ya estás aprendiendo, ven.

Me llevo a la sala, se sentía dueño de la casa y si el quiere, podía serlo también de mi, siempre he disfrutado del sexo pero algo que dice que el me llevará al cielo y al infierno al mismo tiempo.
Se sentó en en sofá, iba a seguirlo pero me detuvo .

R. Quita tu ropa, quiero verte entera.

Hice lo que me pedía, jamás había Sido tan obediente a la hora del sexo, solo buscaba mi placer, pero ahora quería que el disfrutará este momento.

Termine de bajar mi vestido bajo su atenta mirada, desabroché mi sostén y lo tire en algún lado de mi sala, mis bragas las había quitado él así que no había mucho más.

R. Ven para acá.

Extendió su mano para que la tomara, me arce a él como una presa a su cazador, sus ojos detonaban deseo y yo quería cumplirlos todos, no quería romance, solo quería un pene dentro de mí que me diera placer, alguien que me hiciera gemir y pedir por más.
Hizo que me sentará en sus piernas, su erección a un era notoria.

R. Hazlo, veo en tus ojos que muerdes de ganas, solo por hoy serás tu quien lleve el control.
L. Lo aprovecharé.

Besé sus labios con furia, introduje mi lengua en su boca y prove de él a mi manera, nosotros labios se movían en sintonía y yo me restregaba en su regazo, no me tocaba así que lleve sus manos a mi trasero e hice que me apretara, seguía con mi Vaivén lento hasta que baje mis besos a su cuello, poco a poco quite los botones de su camisa, tenía buena figura para ser alguien mayor y eso solo provocaba más en mi, quería su físico y su experiencia haciendo estragos en mi piel.

Lentamente con la camisa fuera baje hasta quedar de rodillas frente a él, quite su cinturón, abrí su pantalón y saque su pene.
Decir que era enorme es una exageración pero si era el más grande que había visto, grueso, rosado y con las venas marcadas, pase mi lengua por estás, al verlo me di cuenta que con sus puños apretaba el sofá y cerraba los ojos.

L. Mírame.
R. Señorita Lara.
L. Me diste el control, mírame mientras te la chupo.

Dirigió su vista a mis ojos pero le duró poco, empecé a jugar con su glande, lo chupaba como si fuera el dulce más rico del mundo y en efecto, sabía dulce.

R. Disfrútalo, no consumo lácteos.

Idiota, pensé. Quien se pone a platicar tan casual cuando le dan una mamada.

Mv💜

Mi maestro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora