Beautiful Men

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ᵕ̈ Todos los créditos a; @Sharlito




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Abrió sus ojos lentamente, acostumbrándose a la poca luz en el lugar. Sus ojos apuntado al techo marrón, intentado descifrar donde estaba. Sintió un leve toque en su brazo haciéndolo girar el rostro para conseguir a un... ¿Extraterrestre? A pocos centímetros de él. Abrió los ojos en grande.

Trató de levantarse pero recordó estar en una cueva así que solo se echó hacía atrás, intentado alejarse lo más posible de lo que sea que este frente a sus ojos.

Tenía la piel pálida, su cabello era rosado, sus cejas, pestañas, vellos faciales, todo, hasta sus uñas. Sus ojos eran de un azul como el mar de la tierra, y su cuerpo era delicado, aunque su rostro era tan puro que su miedo bajo un solo nivel ante la posibilidad de que no le hicieran daño solo por ese detalle. No veía maldad en su aparecían.

No supo que no estaba respirando cuando al querer hacerlo su respiración le falto, ahogándolo con su propio querer. Sus venas se marcaron en su cuello y frente, se llevó la mano al cuello abriendo los ojos. Ahora resulta que morirá asfixiado y no por un accidente grave.

Sin embargo cuando estuvo por querer desmayarse, o morirse, el extraterrestre le tendió una... ¿Fruta? Extraña, entre verde y rosa, con forma de pera pero con picos al rededor. Desconfiado sintió que era su única salvación por lo que rápidamente la tomó dando un buen mordisco, la baba de la fruta se escurrió por sus labios, asqueándolo, aun así al cabo de segundos pudo volver a acompasar su respiración, volviendo a la normalidad.

— ¿Me entiendes?—. Preguntó al ser frente a él, cuando estuvo más tranquilo. Este ladeó la cabeza, sonriendo. Su sonrisa era hermosa, sí.

— Yo, entenderte.— asintió acercándose un poco. Jay elevó la mano.

— ¿Quien eres? ¿Qué hago aquí?—. Preguntó de nuevo, queriendo saber mucho más― ¿Qué es esté lugar?

—He... Yo ser, Jung-won.— le dijo como pudo— Tu ser humano, ¿verdad? —Jay asintió lentamente, curioso y aun desconfiado— Un accidente, tu estar lastimado y nave arruinada.— le explicó parpadeando dulcemente con sus largas pestañas rosas.

— ¡Mierda!—. Gruñó golpeando la "cama" con su puño, frustrado ante esa confesión.

— ¿Mi-erda?—. Repitió aquel. Jay lo miro negando.

— No digas eso, es una mala palabra. ¿Qué es este lugar?— volvió a preguntar sintiendo su boca pastosa por la fruta.

— Ser mi Mundo fantástico.— informó juntado sus manos sonriendo.

— ¿Qué?

— Asi llamarse.— se acercó más, haciéndolo retroceder― No hacerte daño, indefenso. Ven, querer mostrar mi casa. —le dijo cariñosamente tendiéndole su pequeña mano.

No muy seguro, y poco confiado suavemente la aceptó saliendo con él de la cueva a ver el lugar. Cuando vistas se posaron en él atrajo al espécimen y tapó su cuerpo con el suyo, tratando aunque sea de tapar su centro.

— Tienes que darme algo con que taparme, no soy exhibicionista.— le hizo saber tomando su cintura. El espécimen asintió llevándolo a otro lugar donde los ojos no podían detallarlo mejor.

Era muy extraño, no todos eran pelirosa, algunos eran peli azul, peli morado, y ningún color común de la tierra, como marrón o negro. Ni rubio si quiera.

— ¿Tener nombre, tú?

— Jongseong. Puedes decirme Jay, para mayor facilidad.— dejó guiarse hasta llegar a una cabaña hecha de bambú verde fuerte, parecía que el verde "común" aquí no existía. Estaba organizada y era acogedora— ¿Es tú casa?

— Si, pero no vivir aún aquí, vivir con mis padres por no tener sexo —Jay abrió los ojos mirándolo con confusión.

— ¿Qué?

El espécimen suspiro sentándose en el piso, sobre ese tipo de "cama" ahora reducida a un "asiento" invitando a Jay a imitarlo.

El azabache asintió, pero en seguida una duda lo atrapó, ¿era hombre o mujer?

— Ya va, ¿eres hombre? —sus rasgos eran de hombre pero al tener el cabello largo era difícil saberlo. El espécimen se ruborizó y se veía lindo de esa manera, lo vio asentir.

— Pero eso no importar, poder dar a luz.— Jay abrió la boca asintiendo lentamente— Mm, para vivir solo, aquí. Tener que acostarme, perder virginidad.— intenta explicar.

— ¿O sea que no eres adulto?

— Tener veinte. ¿Tu?

— Tengo treinta años.— el espécimen abrió su boquita asintiendo y luego sonriendo.

— Tú, ser muy bonito.

— Tu también eres muy bonito, y rosa.— le sonrió un poco haciendo al chico perderse en su rostro— ¿Cómo es que sabes mi lengua? Es decir, ¿hablas mi idioma...?

— No, aprenderlo por mi cuenta. No permitir ese tipo de idioma. Hace un tiempo descubrirlo, y parecerme interesante.

— Mmm, supongo que eres el único que me entiende.

— Si, un poco.

— ¿Tienes idea de como puedo volver a la tierra?

— No...

Hizo una mueca, vio el lugar, luego al espécimen y después su desnudes, le apuntó a Jungwon su miembro desnudo y el chico se levanto de un salto con las mejillas carmesí, yendo a una esquina por ropa. Lo que consistía realmente en una sábana enrollada al cuerpo, que solo cubría su virilidad y parte de su pecho y espalda baja.

— ¿Y cuando tengas marido o mujer, no lo se, tendrás que mudarta aquí?— preguntó tranquilamente, amarrándose la sábana.

— Si, poder agrandar para crías.

— ¿Oh, entonces le vas a los hombres?

Jungwon ladeó la cabeza— ¿Cómo tú y yo?

— Ajá.

— No entender... mujer no poder dar crías fácilmente, hombres sí. Mujer no poder preñarme, hombre sí.— Jay tenía un enredo en la mente pero entendió a medias que todo era muy diferente a la tierra.

— ¿Y no tienes marido?

— No... —dijo apenado.

— ¿Por qué? Eres muy lindo.

Jungwon abrió los ojos en grande, dejando ver sus hermosos ojos azules y esa boquita roja abrirse. Para Jay era realmente lindo, mucho en realidad.

— Ser joven... y no ser bello.— susurró bajito. No sabía que concepto de belleza tenían en este mundo pero para él sin duda alguna Jungwon era hermoso— Ser muy claro y bajito, no tener ojos gris ni el cuerpo flaco.— negó desanimado. Jay estaba en leve shock, Jungwon le parecía pálido pero estaba bien, y flaco ya era, más bien esbelto. Sus ojos eran los más hermosos que había visto.

— No se que clase de belleza se requiere aquí pero para mi estas bien así, eres muy lindo. Pero ahora mismo necesito investigar como salir de aquí.— Jungwon asintió entendiendo a medias, antes le tomo la mano mirándolo con delicadeza.

— No creo que puedas volver, necesitas conocer a jefe, él debe aprobar que quedes aquí, si quieres conmigo.— le mostró una sonrisa. En cambio Jay negó un poco.

— Verás que si podré volver.

El extraterrestre, como aún veía Jay que era, borró un poco su sonrisa volviéndose un poco triste, aún así asintió soltándolo para que saliera junto a él. El azabache miro a los lados, viendo con ojos muy abiertos como un séquito de más espécimen rodeaban la cabaña de Jungwon, todos de diferentes apariencias, si no fuera por la presencia de Jungwon tomando su mano ya se hubiera desmayado.

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Pinkly Fantastic World ⋆ ˚。 JayWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora