ᵕ̈ Todos los créditos a; @Sharlito
・┆✦ʚ♡ɞ✦ ┆・
Antes de que comiences a leer éste capítulo, te informo que contiene escenas subidas de tono, si este contenido no es de tu agrado simplemente pasa a la siguiente parte, gracias. ♡
・┆✦ʚ♡ɞ✦ ┆・— Hay que ir en bote, —dijo llamando su atención— vamos en bote.— afirmó esta vez el pelorosa llevando a Jay de la mano por un sendero de flores rosa.
— ¿Por qué debemos ir allá, en primer lugar?—. Preguntó Jay siguiéndolo como un niño.
— Porque es un lugar bendito por el rey, y también porque nunca he ido ahí porque nunca he perdido la virginidad.— siguió diciendo.
— Ya entendí, ya entendí.— le paró Jay riendo un poco.
Habían pasado aproximadamente dos meses desde que había tenido ese pequeño accidente en el mundo fantástico, comprometido en matrimonio con Jungwon, y organizando todos los materiales para crear una casa más grande, con ayuda de los amigos del pelorosa pudieron avanzar muchísimo en ello.
Ambos habían quedado en conocerce antes de tener relaciones sexuales, y en tener una casa grande para estar seguros al tener a sus hijos. Jungwon le había dicho de ante mano que su regeneración era estupenda, que podría tener trillizos y gemelos o mellizos. Pero jamás tendría una sola cría, tendría más de dos siempre. Al azabache le cayó de maravilla, él amaba a los niños, llegó a tener dos en su vieja vida.
Cuando su relación con Jay se hizo más fuerte, a la semana ambos hablaron y se contaron sus historias de vida. Jungwon amaba escucharlo hablar, de hecho gracias a eso había aprendido a pronunciar mejor las palabras.
Para avanzar con la comunidad se había acercado de a poco a ellos, Jungwon los presentó, enseñándole un poco su idioma de señas y verbal. Ambos eran importantes. Entre Jungwon y Jay se convirtieron en maestros de los niños y empezaron a enseñar las cosas que habían en la tierra. Todos se maravillaban cuando aprendían cosas nuevas.
El rey acepto que debían mejorar como pueblo y cada día algo nuevo surgía, como la electricidad. Jay era el maestro de las historias, así lo conocían ahí. Para adaptarse tuvo que trabajar también, como todos, cosechando lo que comían, y de igual manera volviendo a plantarlo, criaban mascotas interesantes y casaban animales salvajes, justo como en la tierra. Jungwon tenía como mascota a un animal extraño, entre zorro y gato pero con la dulzura de un perro. Jay creía que ya nada le sorprendía.
En fin, llegaron a la orilla del mar donde las aguas eran tranquilas, un bote los esperaba. Sus amigos más íntimos les habían planeado el momento ideal, porque sí, todos se enteraban cuando alguien perdería la virginidad. Y Jungwon se mudaría con el azabache en cuanto eso sucediera, por esos meses él estuvo solo en la casa del otro.
— Anda sube, yo empujó.— Jungwon sonrió asintiendo, se subió con ayuda del más alto y una vez seguro empezó a caminar sobre la tierra mojada, el agua era cálida y sin sal, por las noches casi todo el pueblo aprovechaba para tomar baños. Eran muy liberales en cuanto al cuerpo y todo aquello, Jay se fascinaba cada vez más. Aún así Jungwon no le permitía mirar demás a los demás cuando estaban desnudos.
— ¿Alguna vez lo has hecho con un hombre? Sé que no soy humano pero igual debes cuidarme.
Cuando el agua le llegó al abdomen se montó y empezó a remar.— Jamás lo he hecho con uno pero no te preocupes, yo te cuidare, mi rosita.
Jungwon sonrió suavemente acercándose a él hasta que dejó un beso en sus labios, como Jay le había dicho que hiciera desde su matrimonio en adelante.
ESTÁS LEYENDO
Pinkly Fantastic World ⋆ ˚。 JayWon
Aléatoire⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ⋅┊ೃ Por hares del destino, Park Jongseong un bien conocido astronauta es mandado por quinta vez a las alturas con la única diferencia de que en está no estará preparado para caer en un mundo mágico y completamente nuevo para él, luego de...