Empezábamos a sentirnos acalorados dentro de la sala, olía como a quemado, se escuchó un...
- Ahhh!!! La profesora Patricia se quemaba viva por una computadora que había explotado.
Por la explosión las paredes comenzaron a caerse poco a poco, hasta que una de ellas termino aplastando a Alex, Mervin, y Alvaro.
Nos quedábamos sin aire y cada quien intentaba salir como podía. Yanira y yo empezamos a correr.
Era todo muy borroso, ya no sabia que hacer, tenia miedo, habia mucha sangre, ya no podía ver que estaba pasando, la sala se llenó de humo, lo único que pasaba por mi cabeza y que estaba muy claro era salir de ahí los más rápido posible o iba a morir también.
Hasta que logré ver la salida y una gran ola de esperanza calmó mi angustia, pensé "puedo lograr salir vivo de aquí". Pero, desde fuera del edificio varias malditas voces decían:
¡Ay Dios mío! ¡El edificio se esta cayendo!
Sentí un escalofrío que corría todo mi cuerpo, hasta que me paralice completamente y un silencio profundo me agobió.
Yanira aún seguía conmigo e intentaba tranquilizarme, y hacerme entender que para vivir tenemos que salir de ahí y si yo seguía parado tan estúpidamente no lo lograríamos.
- ¡Muévete! ¡Por favor! Estamos cerca de salir.
Ella empezó a correr mientras tiraba de mi brazo con fuerza. Cuando logramos llegar a las escaleras de emergencia, entramos en cuenta que estábamos en el sexto piso y el edificio está inclinado y a solo una nada de caerse.
Volteé a ver a Yanira, ya no seguía notando la misma mirada de esperanza en sus ojos, en su lugar veía lágrimas y miedo. No podía dejar que ella muera pensé, así que ahora yo la tome del brazo y empecé a bajar por las escaleras entre toda la multitud.
Fueron momentos muy abrumadores, había sangre y cuerpos sin vida por todas partes, gritos y llantos que martillaban mi cabeza. Trate de oscurecer mi mente y olvidarme de todos.
Hubiese deseado que todo esto dure más, pero un gran sonido sensibilizó todos mis sentidos y dentro de mi sentí como me absorbían, de pronto un gran silencio oscuro... Todos habíamos caído 5 pisos abajo, enterrados 2 metros sobre escombros, sin vida.