Narra Minerva:
- Ponla ahí. Con cuidado. ¡Bruto, le has dado en la cabeza! - Exclamo.
- Perdón, perdón.Scott deposita suavemente a Kayla sobre su cama.
Las sábanas no tardan en teñirse de rojo, y Scott, un poco cortado, le levanta la camiseta a mi amiga para revisarle el costado.
-Dios mío - Me cubro la boca con la mano.
- Derek. ¡Oh, mierda! - Gruñe Scott, y sale de la habitación furioso.
- ¡Espera!¡Que yo no sé primeros auxilios! - Digo yo.
- ¡Ahora te mando a Stiles!¡Vete limpiando la herida! - Responde, y el sonido de su voz se amortigua y sustituye por el de un portazo.Menos mal que la señora McCall no está, porque del portazo casi tiembla la casa.
Yo resoplo y entro al baño. Rebusco en los cajones algo con lo que desinfectar el mordisco que tatúa la piel de Kayla. Encuentro un bote de alcohol médico y un par de trozos de algodón. Pero antes de cerrar el cajón, mi vista se detiene en una cajita.
- Vaya, Scott, que pillín. - Murmuro y suelto una risita mientras sostengo la caja de condones entre mis manos.
- ¿Qué haces? - Dice una voz a mis espaldas.
- ¡Stiles! Qué susto, joder.Guardo rápidamente la susodicha caja y me giro con una sonrisa.
- ¿Qué le ha pasado a Kayla? - Pregunta, señalando hacia la habitación contigua.
- Un mordisco. - Respondo, seria.
- ¿Un león de montaña? - Dice, con un atisbo de nerviosismo.
- Parece ser. - Me encojo de hombros.Pero por la expresión de Stiles, sé que oculta algo.
Narra Scott:
- ¡Derek!¡Sal!¡Sé que estás ahí! - Le llamo.
El recién nombrado salta detrás de mí.
- ¿Sucede algo? - Pregunta como saludo.
- ¿¡Que si sucede algo!?¡Has mordido a Kayla!¿¡Por qué la metes en esto!?¿No tienes ya poder suficiente? - Grito, malhumorado.
- Necesitaba a alguien en mi manada, y vi que ella es la correcta.- Explica, con toda la tranquilidad del mundo.Noto cómo mis pulsaciones aumentan, y aprieto los puños. Puedo sentir mis garras clavándose en las palmas de mis manos.
(...)
Llego a casa junto a Derek y subimos a mi habitación.
- Stiles, llévate a Minerva de aquí. - Ordena Derek.
- ¿¡QUÉ!?¡No!¿¡Qué le vais a hacer!? - Chilla la recién nombradaNarra Stiles:
Retengo a Minerva rodeándola con un brazo, y con la mano del otro le tapo la boca.
- ¡Asdvnfnifewjosx! - Farfulla mientras yo la empujo fuera de la habitación.
Una vez en el pasillo, Derek nos cierra la puerta en la cara. Qué agradable, ¿verdad?
Sigo estrechando a Minerva entre mis brazos hasta que salimos de casa de Scott, ya que no paraba de retorcerse entre mis brazos con la intención de liberarse.- ¡Au!¡Me has mordido la mano! - Exclamo, soltando a Minerva al sentir sus dientes en mi mano.
- Lo siento, pero era la única manera de hacer que me soltaras. - Se disculpa, encogiéndose de hombros.Yo sonrío, y los ojos verdes de Minerva brillan cuando me devuelve la sonrisa.
Siento que se aceleran mis pulsaciones, y no precisamente porque vaya a convertirme en hombre lobo. Cosa que no va a pasar, ya que no soy como Scott.
Narra Kayla:
- ... Eh, que está despertando... - Dice una voz.
Parpadeo varias veces para enfocar la vista.
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WEREWOLVES |Teen Wolf|
Hombres LoboKayla y Minerva son nuevas en el instituto de Beacon Hills. Tan pronto como pisan las calles, empiezan los problemas: mordiscos de hombres lobo, kanimas salvajes, enemistades... Y amor.