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— Es inútil! —exclamó la rubia con frustración al mismo tiempo que desactivaba el modo sabio— o se fueron muy lejos, o se escondieron tras una barrera, no siento el chakra de mis hijos... —su respiración empezó a dificultarse, temblorosa apoyo sus manos en su pecho, sentía que en cualquier momento perdería la conciencia-.

—¡Naruko!—El Uchiha se acercó a paso rápido y la sujeto de la cintura al ver como su cuerpo en cualquier momento se desvanecía debido al estrés, la rubia se apoyo en el masculino tratando de controlar su respiración-.

—Tranquila Naru, los vamos a encontrar pronto, te aseguro que ellos van a estar bien— Trato de tranquilizarla la Haruno, la rubia sintió como las lagrimas se asomaban por sus azules orbes-.

—Esto es mi culpa! si desde un principio les hubiera hecho caso cuando dijeron que querían volver a la aldea, si hubiera sido mas rápida... maldición! se supone que soy la Hokage, no debería estar lloriqueando —tapo su rostro con vergüenza mientras las lagrimas amenazan en salir de sus ojos-.

—Es suficiente Naruko! —la Haruno atrajo a la Uzumaki hacia ella y la sujeto de los brazos haciendo que la mirara— No es tu culpa que esto haya pasado, fue un accidente, todos cometemos errores, que seas la Hokage no significa que tengas que ser perfecta, ellos son tus hijos, es normal que estés preocupada —entonces la rodeo con sus brazos al mismo tiempo que una de sus manos acariciaba su rubia cabellera— desahógate, y cuando te tranquilices buscaremos a los mellizos, si? —musito de forma cariñosa sin dejar de acariciar su cabello-.

la rubia escondió su rostro en el cuello de la peli-rosa

—«Por favor niños... manténganse a salvo, mamá va a ir pronto a por ustedes»

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—No los pierdan de vista —Ordeno serio Shin mientras se mantenía recostado en una cama-.

—Si, Padre —respondieron al unísono los albinos al mismo tiempo que acercaban más sus armas a los mellizos, lo que provoco que estos hicieran el ademan de atacar, sin embargo la voz del adulto los interrumpió -.

—Compórtense, tienen mucho valor, solo por eso no morirán- ahg- —se interrumpió a si mismo con un quejido, vio levemente sus heridas— Ya causaron suficientes problemas...

—Fue porque querías matar a nuestra madre y a Sarada! —le rebatió Aiko con enfado— y a nuestro pa- —se interrumpió a si misma antes de terminar la frase-.

— Creen que no lo se? no los hubiera traído si no supiera que son Uchiha's —la piel de los mellizos de erizó con miedo al escuchar tales palabras— además que puedo ver perfectamente aquellos ojos rojos desde aquí, no soy ciego..., del único que pudieron heredar esos ojos es de Uchiha Sasuke —dijo mientras miraba de reojo el Sharingan que ambos hermanos portaban-.

—Ese niño corre peligro si no lo trato, te ayudare —le interrumpió Natsu, buscando cambiar de tema— ni siquiera tu quisieras perder a tu hijo, ¿no? —pregunto mientras apagaba su sharingan, siendo imitado por su hermana, no podían desperdiciar chakra en esta situación-.

—mi hijo? no te equivoques... no son mas que clones creados a partir de mis dientes y nervios —explico con sequedad dejando sorprendidos a los menores-.

—Clones? entonces, son tus... —hablo nerviosa Aiko-.

—Así es, mi maestro era... Orochimaru —el ceño del rubio se frunció al escuchar el nombre del sannin, que en algún momento, fue el maestro de su padre-.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al ver como un puñado de cuchillas se acercaban al cuerpo del niño albino

—¿Qué haces? —pregunto con enojo, contuvo la respiración al ver como aquellas cuchillas se enterraban en el cuerpo del niño— ¡Detente! —grito con enfado, y sus nervios se dispararon al escuchar como aquella maquina que media el ritmo cardiaco empezaba a pitar rápidamente hasta ser un sonido permanente, demostrando que el niño había muerto-.

Un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora