Usualmente no era una persona a la cual convencieran fácilmente por lo que si era sincero, se había pensado bastante bien aquella propuesta que le realizó el líder del "Rain dinners", Crocodile quería invertir en su buffet de abogados, aquello que era lo más preciado para Mihawk, porque ahí iban todos los esfuerzos y sueños de su padre quien lo dio todo para poder cumplir su sueño, además de que con ello aseguraría una buena vida futura para su único hijo.
Mentiría si dijera que no lo pensó muy bien, una noche con un par de copas de vino y la almohada fue lo que lo hizo razonar, además de que su amigo Shanks también le había dicho que era una buena idea, si se empezaba a expandir realizando alianzas con diversas empresas entonces eso aseguraba su lugar y lo harían crecer. Tenía el número de Crocodile gracias a la tarjeta que le dio pero no estaba listo para llamarlo, mucho menos si le habían dejado encargados a sus sobrinos, ya que cabía a recalcar que su prima, hija de la hermana de su madre, tenía dos mellizos bastante diferentes; una niña de pelo rosa de nombre Perona con una personalidad bastante singular y su hermano, Zoro un niño peliverde muy despistado que en más de una ocasión se había perdido, para colmo en ese día que llevaban en su casa el pequeño ya se había perdido tres veces cuando iba rumbo al baño.
Tenerlos en su casa no era fácil, los cuidaba solo por un rato, pero esos momentos parecían años, por lo que dos botellas de vino siempre terminaban desapareciendo si los dos niños andaban en su casa.
Mientras caminaba levantando más alto de lo normal sus piernas, a causa de los juguetes tirados de Perona, con una copa de vino en la mano, llegó hasta el sofá donde saco su libreta de notas, para su fortuna ahí tenía guardada la tarjeta que le dejo el empresario, leyó con detenimiento el número para poder memorizarlo en caso de perderla.
----¿Qué es eso tío Mihawk?---- le pregunto Perona quién había llegado hasta él jalando al pequeño Zoro.
---un número telefónico--- le respondió ignorando que sujetaba al niño por el cuello de su playera, seguramente nuevamente se había metido en algún lugar rompiendo algo por lo que para evitar problemas ahora lo andaba trayendo cerca de ella.
----¿Es de tu novia?
----yo no tengo pareja, es para firmar un contrato.
----¿Y porque no le llamas?---le recriminó como si el simple hecho de posponer sus tareas fuera el mayor crimen, aunque claro, aún no era nada oficial eso de firmar algún contrato.
----no es tan urgente--- dicho esto cerro su libreta para dejarla en la mesa que estaba junto al sofá, la niña miro dicho objeto con detenimiento, aquel pequeño libro de tapa dura color vino siempre fue muy bonita, era como un libro antiguo solo que sus hojas en lugar de tener historias fantásticas con finales felices, estaban llenas de números, nombres y notas relacionadas a varios casos que había tenido Mihawk a lo largo de los años.
Mientras el Dracule bebía más tranquilo su copa de vino la niña tomo la libreta sin decir nada, en completo silencio la agarro para luego irse a la cocina al mismo tiempo que jalaba a su hermano.
---¡Ya suéltame!--- se quejó Zoro mientras miraba a la niña, pero la pelirosa solo se limitó a verlo enojada ocasionando que guardará silencio.
---¡Cállate animal! Rompiste la foto del tío con sus amigos que estaba en su cuarto, se va a enojar y ya no nos dará dulces a escondidas de mamá y te juro por Dios que si eso pasa te voy a romper a Kumanci en la cabeza--- le recriminó la pequeña ocasionando que el peliverde hiciera un puchero.
----el tío tiene mucho dinero, puede comprar otro marco...
----lose, pero en lo que se le baja el enojo nos regaña, ahora haz algo bien y ayúdame.
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El trabajador del diablo.
FanfictionQuizás su mayor error fue haberse enamorado de esa persona y aún más, no haber eliminado aquellos sentimientos de todo su ser. Dracule Mihawk estaba en un serio aprieto desde que acepto trabajar para ese hombre. Sabía manipularlo tan bien, haciendo...