El trabajador del diablo.

Capítulo 3. Trampa.

Una vez firmados dichos documentos Mihawk salió con calma del establecimiento, no tenía ganas de quedarse un tiempo extra con quien sería, a partir del lunes, su jefe fue por ello que optó por la mejor decisión la cual era marcharse, no tenían mucho de conocerse, además de que lo único que sabía del mayor era lo poco que recordaba de su época estudiantil, para muchos Crocodile siempre fue un misterio andante, era un joven adinerado del cual no se sabía mucho de su familia, además de que siempre estaba acompañado de quienes eran los hermanos Donquixote, se sabía bien que el menor era policía mientras que el mayor también era un inversionista al cual le iba muy bien en la vida, sin embargo las lenguas siempre hablaron del tipo de tratos que realizada, un hombre rodeado de lujos, excentricidades y mujeres.

Era en eso similar a Crocodile, la diferencia era que uno no causaba tantos problemas como el otro, si era sincero estar ahí sería un martirio total, ya que en el fondo sabía que su corazón le haría una mala jugada comenzando a latir de manera resonante, algo que no se podía permitir, porque ya se había dicho a sí mismo que ese tipo de cosas no podían ir con él, debía de actuar frío sobretodo por donde estaba metido, era un abogado, las relaciones solo arruinarían todo.
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"Aquella mañana de primavera era un tanto bulliciosa, los alumnos murmuraban mientras que otros poco les importaba si los escuchaban, era curioso como todos estaban vueltos locos por aquel asunto que el menor no comprendía, por lo visto gracias a los profesores se habían enterado que un alumno de grado superior había sufrido un accidente donde había resultado herido, eso sucedió durante las vacaciones de invierno, eso explicaría el motivo de su ausencia en lo que llevaban desde que finalizó aquel receso de las clases.

----¿De verdad? Seguro que quedó horrible, ya no será tan popular como lo era antes...---- escucho las voces de la mayoría de las féminas pero quería averiguarlo por sí mismo también.

El próximo día volvería, todos hablaban sin morderse la lengua, atacando el nuevo aspecto del muchacho sin tentarse el corazón o si quiera pensar en cómo se sentiría dicha persona. Al final solo le quedaba esperar, aquella fecha llegó rápidamente por lo que en lugar de esperar al pelirrojo y a Beckman fue el primero en salir para poder verlo, vaya que madrugar valió la pena.

----fufufu~ pero que cicatriz tan fea te quedo--- escucho al mayor de los Donquixote, él trataba de caminar para poder verlo.

----¡D-doffy! No seas grosero--- lo defendió el menor al cual parte de su rostro era oculto por aquel fleco dorado, sin embargo a quien llamó por dicho apodo cariñoso lo abrazo rodeando su brazo alrededor del cuello ajeno atrayendo su cuerpo contra el suyo, de forma que sus caderas golpeaban constantemente en los glúteos del menor cada que caminaba---, Doffy...

----siento lástima por tu futura esposa--- continuo hablando el mayor ignorando la queja del más bajo quién sonrojado trataba de soltarse del agarre de su hermano mayor----. Tendrá que acostumbrarse a ella.

Dichas estás palabras Mihawk pudo rebasar al trío de estudiantes mayores logrando ver el rostro de Crocodile, aquel joven ahora tenía una cicatriz que atravesaba todo su rostro, era como si casi hubiera sido partido por la mitad, sin embargo el ojiambar no dijo nada, solo se dio prisa para no ser visto.

----"a mi, no me molesta"---- eso fue lo que pensó antes de entrar a la escuela para después huir hasta su salón de clases."

Mihawk despertó, estaba sudando, además de estar temblando, no era para él novedad eso de soñar sucesos del pasado, pero ahora no comprendía porque a su mente llegaba repentinamente aquellas memorias de cuando era estudiante. Aún era temprano, nuevamente le había ganado al despertador, por lo que lo apago para iniciar su tan común rutina mañanera; darse un baño, arreglarse, desayunar un cóctel de frutas, yogurt y finalmente emprender camino en su auto al trabajo.