Siempre Has Sido Tú [VegasPete]

Capítulo 04: "Está de vuelta"

― ¡Hia!

Macao gritó aquello con emoción y se levantó como un torpedo para abrazar a su hermano mayor, quien de inmediato lo correspondió con fuerza. Habían pasado seis largos años que para Macao no fue más que una eternidad. No pudo evitar que las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos, se escurrieran por sus mejillas como una cascada. La presencia de su hermano era completamente inesperada.

―Está bien. No pasa nada. ―Vegas sonrió, sin dejar de abrazarlo.

―Creía que habías olvidado mi cumpleaños. ―Macao sollozó un poco, mojando la camisa de Vegas.

―Nunca podría olvidar tu cumpleaños.

―Por favor, no vuelvas a irte, no quiero que me dejes solo de nuevo.

El corazón de Vegas se contrajo. Sin duda alguna, su hermano también había sufrido muchísimo con su repentina partida. Ni siquiera mantenían mucho contacto mientras Vegas estaba en Reino Unido y Macao llegó a pensar que seguramente su hermano estaba molesto con él por algún motivo desconocido. Nunca pensó que le daría el mejor regalo de cumpleaños.

―No te dejaré de nuevo, lo prometo. ―afirmó Vegas, dejando un beso en la frente de su hermano.

Mientras todos se levantaban para saludar con alegría al recién llegado, Pete intentaba que sus piernas respondieran para así poder salir corriendo de ahí. Su corazón temblaba dentro de su caja torácica, sentía su garganta cerca y la mente nublada.

Estaba ahí.

Realmente estaba ahí.

No era un sueño.

Vegas estaba de vuelta.

Sus ojos picaban y entonces notó que en cualquier momento las lágrimas saldrían disparadas así que se apresuró a eliminar los rastros de un posible llanto. Se sentía verdaderamente abrumado.

Desde el momento en que supo que Vegas se había ido, imaginó cómo sería su reencuentro. Se imaginó corriendo hacia él, se imaginó abrazándolo, se imaginó llorando aferrado a su cuerpo, se imaginó rogándole que no volviera a abandonarlo, se imaginó besándolo y diciéndole lo mucho que lo había extrañado.

Nunca imaginó que volver a verlo lo haría sentir tan triste, tan roto.

Nunca imaginó que ver la sonrisa de Vegas nuevamente o escuchar su voz, quebraría por completo lo que quedaba de su corazón luego de que se marchara.

Vegas se veía maravilloso, pulcro, escultural.

Estaba más alto, se había dejado crecer un poco el cabello y se notaba que debajo de ese traje blanco había un cuerpo muy bien definido. Su mandíbula marcada, sus notables pómulos, su nariz afilada, su cara alargada y sus pequeños ojos seguían siendo los mismos...

Sin duda era Vegas, pero ahora todo era diferente...

Pete quería volverse una hormiga y que alguien lo aplastara para dejar de existir ahí mismo.

Su mente viajó al momento en que recibió aquella carta.

Con ayuda de Kim, quien luego de pasados unos meses de Pete y su madre viviendo en la casa principal, le confesó al sureño que él seguía en contacto con Vegas, Pete pudo comunicarse con él. Kim le dijo a Pete que había escuchado una conversación entre su padre y su tío, y que, gracias a eso, dio con la dirección de los familiares con quienes Vegas se estaba quedando en Reino Unido.

Kim no aceptó que Pete hiciera preguntas de cómo, y la verdad era que a Pete le daba miedo saber las respuestas. Kim siempre había sido muy misterioso, era casi imposible predecirlo o tener una idea de lo que estaba pensando, era muy metódico e incluso lúgubre, pero Pete confiaba en él.