Capítulo IV : Flower Palace

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Una hermosa chica pelinegra de largo cabello lacio, vestida con un vestido rojo pegado al cuerpo y gran escote tenía bajo sus pies a 5 hombres de buen cuerpo, uno con cadena en el cuello, otro atado con cuerdas, uno con traje de conejito, otro con traje de mayordomo y el último solo con boxer y corbatín.

Quien imaginaria que en realidad es hombre y propietario de la más grande franquicia de burdeles, el cual está teniendo una reunión con un pequeño niño.

Unas cuantas horas antes...

Tras despedirse de Rue, Tristán camino al burdel Flower Palace, el cual no estaba muy lejos pero con su pequeño cuerpo tuvo que parar varias veces a descansar, tardando en llegar una hora y media.

Al llegar se sentó en el living del lugar
y una bella dama se acercó.

- Hola, estas perdido, necesitas ayuda?

- Hola, gracias, no te preocupes estoy esperando a alguien.

- Entiendo, si tienes algún inconveniente me avisas.

- Seguro, gracias por su amabilidad.

Así paso otra hora, tal vez por el cansancio callo dormido.

Se despertó al escuchar el bullicio de alrededor, se froto sus ojos y al enfocar su visión vio bajer de un BMW negro a una elegante figura.

El sillón donde estaba sentado era muy alto para el (le costó mucho subirse en el sillón) por lo que al querer bajar se resblo y casi se cae si no fuera por una fina mano que lo sostuvo.

- Ten más cuidado o podrías lastimarte.

Tristán agradeció con una dulce sonrisa haciendo mover el corazón de los presentes.

- Ejem, que hace un niño tan pequeño a estas horas en este lugar??

- Vine a venderle el mejor abono a la flor más hermosa de este lugar.

Esas simples palabras provocando un gran impacto y dejando el lugar en un gran silencio.

Pues no era para menos, dichas palabras significaban que ese dulce niño traía cocaína para vender y no a cualquiera, si no que a su gran jefe.

Muy pocos fuera del círculo de la prostitución sabían de que Rebecca la imagen más grande en el barrio rojo era adicta a esa sustancia.

- Jajajaja, que esperaba de un niño que entro dentro de mí establecimiento. Ven sígueme vamos hablar en mi oficina.

Una combinación bastante extraña de un trasvesti muy seductor y un tierno niño caminaba por los pasillos del gran y elegante burdel.

Tristán trató de seguir el ritmo de Rebecca pero le costaba mucho por ló que con frecuencia se que daba atrás.

- Puedes vender sustancias ilícitas pero no seguir mis pasos.

Rebecca lo tomo es sus brazos y lo cargo hasta su oficina donde lo dejo en el sillón sentado. Rebecca se sentó en el sillón de al frente y cinco hombres con cuerpos fornidos y cara hermosa la rodearon ,dos arrodillados y los otros tres detrás de ella.

- Espero que no te moleste la presencia de mis chicos.

Dijo esto mientras acariciaba el rostro de chico rubio vestido de conejito que estaba detrás de ella.

- Para nada, no o hay problema.

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