Capítulo 1.

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El traslado de la mansión a Jump City fue quizá un poco más que duro para Richard y Tim.

El sol, que brillaba con la alegría de la primavera entrante hacía a Dick cuestionarse cómo una ciudad como lo es Gotham, que hiede a muerte y caos, todavía era capaz de mostrar un cielo despejado y una brisa tan fresca por la mañana.
Después de haber salido de la mano con Tim, ambos se habían negado a subir a la limusina de Bruce. Para Dick era absolutamente aberrante la idea de llegar en un auto lujoso a una ceremonia luctuosa; Tim únicamente secundó la idea para viajar con él, por lo tanto, quedaron en llamar un taxi que los llevara hasta Jump City, para después conducirlos de regreso.

Una unidad hackney golpeada apareció apenas Alfred y Bruce desaparecieron por la entrada y un hombre de mediana edad bajó acomodando su sombrero y la chaqueta arrugada al tiempo en que abría la puerta con esfuerzo. El corazón de Dick dio un vuelco en su pecho ante la extrañez del auto, pues estos taxis solían verse pulcros, al igual que sus chóferes.

-Puedo llevarlos hacia Jump City, pero después de las cuatro, tendrán que buscar otro auto para volver a Gotham.

A pesar del sonido de alarma dentro de su cabeza, la falta de tiempo para conseguir un mejor auto hizo a ambos chicos acceder y subir. El auto arrancó a una marcha acelerada, como si no quisiera permanecer más tiempo de lo necesario ahí. No eran ni pasado medio día, incluso en una velocidad de 30km/h el conductor estaría en casa antes del anocher, por lo que la sospecha de Dick acrecentó. Finalmente, la curiosidad no pudo con él e, inclinándose hacia adelante, se atrevió a preguntar en un vago intento de obtener información:
-¿Hay alguna razón en particular para no querer conducir de regreso a Gotham?

El hombre llevó su mano al pecho y negó un par de veces, después pareció meditarlo antes de aclarar su garganta y responder con cierto deje de temor plasmado en su voz.
-El encapuchado rojo.

-¿Disculpe?

Nuevamente, el conductor carraspeó como si volver a mencionar el apodo fuese polvo en el aire que se impregna en sus ductos respiratorios.

- Escuché en las noticias que el hijo mayor de los Wayne recién volvió de un viaje a Blüdhaven. Por supuesto, no está al tanto de la situación, -Sonrió con nerviosismo -y es mejor que no lo sepa hasta que regrese a su ciudad.

Los ojos de Dick conectaron con los de Tim, que limitó su respuesta a un monosílabo y negar con la cabeza, pues tampoco sabía a qué se refería.

Dick respondió en cambio brindando un toque tranquilizador en el hombro del conductor:

-Sin embargo, ya lo ha captado mi curiosidad y no creo regresar temprano a casa. Es mejor si estoy al tanto de la situación.

Después de algunas excusas sin éxito, el dueño del auto por fin respondió, no sin antes agregar que no debería ser algo que preocupara a los chicos de Wayne.

-Ha estado corriendo el rumor de una serie de asesinatos crueles ocurridos en los barrios bajos de Gotham - los vellos en las manos del hombre se crisparon de pronto. - Algunos lo llaman Red Hood, el hombre de la cara roja o el diablo.

Tanto Tim, como Richard centraron su atención en las palabras del taxista. Días anteriores a su llegada a Gotham, escuchó en palabras de un civil que prefería retirarse del tráfico antes de encontrarse con el hombre de rojo, pero, a juzgar por las risas de sus acompañantes, parecía únicamente una leyenda de fantasmas entre mafiosos para deshacerse de la competencia, pues no había noticia o testigo que afirmara haberlo visto, así como tampoco alguna denuncia por asesinato de civiles desde hace un tiempo.

Some Rotten Man. // JayDickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora