Capítulo 3

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"Los chicos grandes no lloran", se dijo Dick, tratando de mantener la calma después de que Bruce despotricara contra él por haber salido del hospital en su condición.

-Relájate, estoy bien. – Había respondido desganado, restando importancia a su pierna herida. De hecho, poco recordaba aquel malestar y si a él no le afectaba, no veía por qué a Bruce sí.

Sin embargo, la sesión de preguntas continuó y estaba seguro de que no iba a dejarle en paz hasta que viese saciada la curiosidad de Bruce y obtener la respuesta que quería escuchar.

- ¿Y se puede saber dónde estabas, Richard Wayne?

Bruce solía llamarlo por ese apellido cada vez que se enojaba. Era un modo de recordarle que era una especie de hijo o familiar, pero para Dick, se sentía algún tipo de recuerdo de que le pertenecía.

-Por ahí.

No quería responder con la verdad a sabiendas de que Bruce podía tomarlo mal, sin embargo, desde su llegada al hospital las cosas ya estaban tensas entre ambas y su poca cooperación era suficiente para sacar de quicio a su padre, quien lo tomó por el cuello de la camisa, apretando la tela entre sus puños. El menor se asustó en un principio, sin entender qué pasaba comenzó a golpear con fuerza las manos que lo sostenían, rápidamente el temor se disipó y fue remplazado por la creciente molestia que se instaló en su pecho.

-Escúchame bien, Richard- Comenzó a hablar Batman, siendo interrumpido por un golpe en la boca que le hizo retroceder un poco sin soltarlo.

- ¡¿Te volviste loco?!- Bramó Dick tratando de zafarse del agarre, que poco le cortaba la respiración- ¡Suéltame!

-Te lo estoy advirtiendo. Mantente alejado de ese delincuente. - Respondió Bruce con aparente tranquilidad que contrastaba con sus acciones y la tensión en su entrecejo.

- Si no quiero, ¡¿qué?!

Dick acertó dos golpes en el pecho y rostro del contrario, logrando liberarse para iniciar una ferviente pelea que Bruce solo respondía en forma de bloqueos sin querer herirlo. Tampoco intentó reprimir su agresividad, pero cuando las cosas continuaron escalando, una patada por parte del chico maravilla abrió nuevamente las puntadas de su herida, ocasionando que la sangre comenzara a manchar lar ropa y el murciélago decidió que era suficiente, por lo que le encestó un puñetazo al costado que lo derribó, dándole la oportunidad de tomar sus muñecas contra el suelo.

- ¡Dime por qué me quieres fuera del caso! - Demandó Dick entre furioso llanto, tratando de zafarse tal cual un animal encadenado.

Quería seguir atacándole hasta que sus manos se volviesen rojas. Sentía que lo odiaba y se lo hizo saber entre escupitajos y maldiciones, más Bruce se mantenía firme, esperando a que se cansara de luchar para soltarlo. Después de unos minutos de forcejeo, Dick finalmente cedió y ese odio se convirtió en llanto adolorido.

-Nunca has podido confiar en mí, Bruce. -Afirmó con la voz quebrada. No había duda en sus palabras, sin embargo, la tristeza en sus ojos denotaba la necesidad de entender por qué las cosas se habían vuelto de esa manera entre ambos.

No es que tuviese la ilusión de que después de su ruptura con Bruce, este lo recibiera en casa con abrazos, pero sí que había deseado que al menos se mostrara medianamente alegre de volver a verle después de tanto tiempo. Contrario a eso, en su tiempo en Gotham desarrollo el hobby de llorar a diario por rabia. Bruce jamás le dio el pésame, sabiendo que Jason significó por mucho tiempo la vida entera de Dick, tampoco creyó en su historia, pero ahora pensaba que tenía el suficiente derecho de prohibirle hacer las cosas para las que lo entrenó en un inicio.

Some Rotten Man. // JayDickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora