Prólogo

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Un barco salía de la costa de su pueblo, debajo del cielo completamente estrellado, trayendo también un gramófono, el cual tocaba música italiana, mientras se alejaba de la costa:

–Oye, Tommaso ¿es tan necesario pescar cerca de la isla?– preguntó un pescador a su compañero, refiriéndose a una isla que estaba alejada del pueblo

El otro hombre soltó unas carcajadas:

–Te preocupas demasiado– dijo

–No lo sé. ¿Y si las leyendas tienen razón?– dijo su compañero, señalando a un mapa que tenía enfrente de él

–Ay, por favor, Giacomo. ¿En serio crees en los monstruos marinos?

–Hay muchas cosas raras que se han visto en estas aguas– susurró

–Esos son solo cuentos– dijo, quitando el disco que antes sonaba, dejándolo a un lado para luego darle vuelta a la manija del gramófono, para que continuara sonando–. Inventos para que nos apartemos de una gran zona de pesca.

–Pero Tommaso...

–Estaremos bien. Non preoccuparti, Giacomo– puso otro disco en el gramófono, para poner el brazo del gramófono para que este comenzara a tocar una nueva melodía italiana, O mio babbino caro, era el nombre de la canción. Suspiró–. Justamente lo que quería.

   

Sin que ninguno de los barqueros se diera cuenta, debajo de ellos una extraña criatura se movió.

   

Uno de los barqueros tomó la caña para ponerla en una polea y empezó a subirla al barco, aun sin darse cuenta de que algo los estaba asechando.

En una parte del barco una mano con escamas se asomó del mar, tocando primero un destornillador, recorrió su mano y tomó una llave inglesa, volviendo a meterse al mar para no ser descubierto. Nado debajo del barco para llegar al otro extremo, sacó otra vez su mano y tomó un vaso de vidrio.

Al querer tomar otros objetos, donde se encontraba el gramófono, trató de tomar unas cartas. Pero la criatura no se dio cuenta de que el mismo barquero iba a sacar algo de agua que se había metido al barco. Al momento de tirar el agua devuelta al mar, logró divisar a la criatura en la oscuridad, haciendo que diera un grito:

–¡¿Que es esa cosa?!– gritó señalando a la criatura

La criatura, al ver que había sido descubierta, miro hacia el pescador con sus ojos verdosos y se metió al mar, tratando de escapar

¡Per mille sardine!– dijo el otro pescador, notando la forma de la criatura debajo del agua, cerca de su barco

   

Mientras trataba de escapar la criatura chocó contra la red de pesca, haciendo que se quejara y que soltara los objetos que había robado del barco, el cual, se balanceó mientras la criatura trataba de escapar, tirando a los dos barqueros y que se cayera la lámpara de aceite que llevaban y haciendo que todo quede en oscuridad total.

La criatura trataba de escaparse del agarre de la red, mientras se quejaba por liberarse.

   

Los barqueros comenzaron a jalar la red para meter a la criatura en el barco:

–¡Tira, tira!– dijo uno de los barqueros

La fuerza de la criatura fue demasiado fuerte que lograron romper la red. Miraron hacia donde se encontraba la criatura, de repente, la criatura salió del agua, pasando sobre el barco, haciendo que los barqueros miraran con asombro y con miedo a la forma de la criatura, la cual cayó otra vez en el agua.

Uno de los barqueros chocó contra la caja en el que tenían el gramófono, tirándolo al mar, mientras su compañero tomó un arpón y lo lanzó en dirección hacia la criatura, sin lograr ver si realmente le dio a la criatura:

–Fallaste. Hay que irnos. No vaya a volver por nosotros– dijo uno de los barqueros

–T-t-te dije que eran reales– dijo su compañero

El primer barquero lloriqueo ante lo sucedido:

–Era un monstruo– dijo, sin darse cuenta de que el gramófono, un reloj y una carta, caían hacia el fondo del mar –aterrador.

Luca (Amor marino) (Alberto Scorfano x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora