Capítulo 2

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La noche se asentó hace unas horas ya, las cuales se pasaron con cervezas, platicas tontas del barrio, chismes y muchos, muchos churros que Javier fumaba. No regresaron a casa de Guillermo porque su madre les dijo que no fueran, que a su padre le hablaron en la obra y no pudo llegar a casa, que ella haría cosas del hogar y sólo le estarían estorbando.

Javier estaba apechichado en el torso desnudo de Giovanni, excusándose con "Ya hace sueño". No estaba mal viajado ni nada por el estilo, solamente estaba atontado por el churro. Jugaba con la cadenilla que yacía acostada en el pecho y clavícula de Gio, notando una cruz, con el apellido "Dos Santos" grabado detrás.

Todos estaban juntitos, pues empezaba a hacer frío y las paredes eran delgadas cómo el papel. Era un ambiente agradable pero incómodo para jóvenes que acostumbraban camisas de tela delgada sin manga o de tirantes. Una colcha con estampados de felinos fue suficiente para que todos olvidaran el frio.

Guillermo nuevamente estaba embobado en el celular, aunque rápidamente lo apartó fastidiado, lanzándolo por ahí.

Indignados decidieron perder su tiempo en esa película, sería menos aburrido que seguir hablando de como Acevedo era una joven promesa de la piratería. Estaban de afán de criticarla con todo fervor y sin discreción, no habría matices.

—¿Cómo chingados va a hablar un huevo?— Incrédulo preguntó Diego, juzgando con cada fibra de su cuerpo la película.

Shh, deja ver, cabrón. Murmuró Lozano que estaba acostado boca abajo frente la televisión, con un traste lleno de palomitas. Movió sus pies de adelante a atrás, embobado por la animación.

"Dicen que cuando te hacen un agujero por abajo y te succionan, se siente rico".

—Ehh—. Carcajeó Javier—. Tú le sabes a eso, mi Memo, ¿Cuándo te succionan el agujero de abajo se siente rico?

Despertó la carcajada general, nuevamente haciendo a Guillermo sonrosarse hasta las orejas—. Cállate pendejo.

Minutos pasaron en silencio, dejando atrás el comentario de Javier, Guardado se dio el privilegio de hacer una observación cuando en la película se visibilizó una mujer de vestido morado con atributos envidiables.

—Nalgona la pinche vieja, ¿Así está con la que andabas hablando?— Con una sonrisa ladina soltó, poniéndole los vellos de punta al chinitos.

Rumores daban la vuelta al barrio de Guillermo, que daban a entender su "gusto", claramente inventado, por mujeres mayores y con hijos.

Pareciera que iba a explotar, de la vergüenza o del enojo, pero se limitó a decir—. Respeta, animal.

Todos estaban emocionados cuándo empezó la persecución del gato y Toto, olvidando por completo que minutos antes no se imaginaban disfrutando la película.

—PENDEJOOOOOS—. Con pasión gritó Lozano, parándose de su posición y viendo con más atención, pues el gato había encontrado a los dos huevos.

Se tranquilizó cuando vio a la mujer de morado, haciendo que los huevos le bajaran de la garganta.

"tragar un huevo" resonó en la cabeza de Diego, captando lo que su cerebro le trataba de decir—. ¡Aquí hay varios!— Arrimó su mano a su entrepierna, moviendo su 'paquete' con una sonrisa de oreja a oreja.

Guillermo resopló con una sonrisa, viendo al muchachito hacer esa mímica obscena.

—Esos son huevillos pinches, estos son los de verdad—. Ahora fue su turno de realizar la acción, sin agitar su entrepierna, pues obtendría huevos revueltos a cambio y era lo menos que necesitaba.

De huevos | Guillermo Ochoa x Lionel Messi (Universo Alternativo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora