When This Rain Stops » kooktae (Adaptación)

Capítulo Final

—Feliz año nuevo, hermanito y su hermoso omega. —Jungkook aceptó el abrazo de su hermano en cuanto lo vió en la puerta, y sonrió, levantándolo para dar varias vueltas que el rubio paró, viéndolo con una gran sonrisa.

Esos labios fueron mordidos como unas 2 veces antes de que pudiera hablar, pero después los volvía a suprimir. Carraspeando, el mayor lo abrazó de nuevo, entrando, dejando atrás a su alfa con montones de cajas.
Jungkook estaba, ¿confundido?

Taehyung lo supo en cuanto vió esos ojos curiosos ver a su hermano mayor por cuarta vez, bien abiertos. Después, el castaño dejó una que otra caja en el suelo para ver a Seokjin, emocionado, mordiendo sus labios.
El omega menor sólo se sentó junto a su alfa, ladeando al mismo tiempo sus cabezas, curiosas.

El alfa habló.

—¿Y?

—¡Estamos embarazados! —bocas abiertas por la sorpresa, pero después, llegaron las obvias felicitaciones.

Eso fue lo que dejó un buen sentimiento en el cuerpo de Taehyung, que apenas se acostó por completo en la cama, viendo a su Kookie leer un libro, habló, suspirando.

—Ha sido la mejor noticia de lo que va del año...

—Eso significa que ese bebé se hizo en vísperas navideñas, vaya, ese cachorro va a ser virgo, un padre libra como él es un hombre cálido, un pilar, es cariñoso, estable y paciente, su hijo virgo en cambio es ansioso, reservado y crítico, un padre como él le hará sentir tan seguro, confiado. —en el momento que tal vez pensó que estaba siendo frío, Taehyung borró por completo esa posibilidad al ver a Jungkook con lágrimas acumuladas en sus ojos cuando volteó a verlo.

Una sonrisa calmada, alegre, y suspiró.

—Estoy tan feliz por Namjoon, sé que él está explotando de felicidad como yo y de seguro más que yo. —Taehyung lo abrazó, haciendo suspirar a su alfa en su hombro.
Después de que lo soltó, Jungkook lo recostó, ahora él para recostarse en su pecho.

Pudo sentir su corazón latir a toda velocidad en su oreja a medida que más se acurrucaba en él, y suspiró, sonriendo, para después voltear a ver a su omega, con una sonrisa más grande que había visto.
Sintió tantas cosas.

Sintió las mariposas en su estómago, sintió desde lo cliché a lo que nadie menciona ni dice, pero que fue glorioso, magnífico, y tierno.
Taehyung llevó una mano para acunar su mejilla, y tragó saliva.

—¿Entonces qué opinas de un cachorro... Nuestro? —Jungkook abrió sus ojos como cuando veía curioso a su hermano, sino, los abrió más. Sorprendido.
Pero antes de que Taehyung pudiera retractarse nervioso, su alfa lo abrazó.

—Me encantaría, sólo si tú quieres, TaeTae, no te obligaría a nada y menos a eso, sabes que-

Jungkook abrió más sus lindos ojos al momento que Taehyung asintió para bien, y el menor habló rápido.— Sólo que, no en este momento, como, ¿en 5 años?

—No me tienes que preguntar ni pedir que condicione nada, TaeTae, y la verdad, opino lo mismo, por ahora hay que enfocarnos en nosotros —dijo para acariciar el cuello del otro con su nariz para después parar en su marca.— y después vemos eso, ¿no?

Taehyung sólo volvió a acostarse, esperando a que Jungkook dejara su libro en su parte del buró y apagara su lámpara, para dejar sus lentes junto a él, para que el alfa se acurrucara en su pecho y buscara esa calidez y protección que su omega le daba.

El hacerle saber que es su omega, eso sólo queda ya en la marca, porque Taehyung sabe que hay diferentes formas en las que Jungkook le dice que lo ama y él también, como ese tipo de acciones.
Donde su alfa se acurruca contra él, descubrió que Jungkook ama dormir de esa forma como también ama ser la cucharita grande.

Se muere de ternura.

Los sueños que antes eran oscuros y llenos de dolor quedaron atrás, porque Taehyung ya va sanando la herida de la forma más sana posible y la que está a su alcance.
Porque lo admite, no la ha sanado por completo. Todavía hay varias cosas que duelen, que tiene que hablar, pero ese ya es tema aparte porque sabe que lo está haciendo bien.

Lo sabe por las miradas que Jimin le dan, las sonrisas orgullosas de Lisa, Hoseok y Nayeon, y las de Jungkook, más que nada.
También él es un gran factor en que vaya avanzado así de bien.

Taehyung se levantó ese día con una gran sonrisa al ver a su alfa acurrucado contra él de esa forma tierna y linda, que no pudo evitar el estrecharlo en sus brazos, sacándole un suspiro de esa boca junto un bostezo que lo completó, riendo.

Ve sus ojos melosos, suspira, y ríe, porque de verdad, es feliz.
Jungkook lo hace así de feliz y lo admite sin ninguna pena, sin nada de por medio porque mentir no es bueno.

Lleva un mechón de su cabello pelinegro detrás de su oreja, dándole una vista amplia de ese rostro que adora besar, y suspira, en cuanto lo ve.
Todo lo que ha hecho, todo lo que lo ama, aprecia, no es humano, o sí lo es, porque aquí tiene al mejor alfa del mundo enseñándole que sí, que es posible.

El alfa que recorre todo el camino que falta con él, con una sonrisa y un gran apoyo, como un pilar que siempre está a su lado, apoyándolo, haciéndole saber que ahí está y ahí estará siempre.
La marca lo dice, se lo muestra y se lo corrobora, porque no arde, no más, y puede que nunca ardió.

La marca que crece para hacer un aroma cómodo, lindo, de ellos.

Taehyung pone su rostro a la altura del rostro de su alfa y lo besa con tanto amor, porque siente que con tacto puede hacerle sentir a Jungkook todo su amor, aprecio, cariño, todo lo que siente por él de esa forma tan íntima que corresponde, como debe de ser.

Sabe que su alfa siente lo mismo, en el mismo nivel porque lo corresponde, sus mejillas acunadas se sienten más cálidas y sus ojos se cierran.
Taehyung deja de sentir la preocupación, el estrés, el dolor y el llanto. Lo dejó de sentir hace mucho tiempo pero ahora, admite que es cuando debe soltarlo de verdad, y lo hace.

Se juró a sí mismo que nunca lo soltaría y si lo suelta, lo soltaría el día que la lluvia pare. Esa fue una señal para que Taehyung lo suelte por fin.

Porque la lluvia ha parado por completo.