'Pxey: Tres'

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Mientras los hermanos de Ni'ta jugaban alegremente con Tuk, Ni'ta y Lo'ak se quedaban junto al agua. Ni'ta, enfocada en la respiración, le enseñaba a Lo'ak cómo controlar su ritmo cardíaco y cómo sincronizar su cuerpo con el océano.

—Respira lento —le decía suavemente, mostrando cómo hacerlo—. Siente cómo el aire entra y sale. Debes calmar tu mente y tu corazón.

Lo'ak la observaba atentamente, asintiendo con la cabeza. Ni'ta sonrió y, como prueba, lanzó una concha al agua.

—Ahora, ve a buscarla —le dijo.

Lo'ak se zambulló, nadando con determinación hacia donde la concha había caído. Mientras nadaba, Ni'ta lo miraba desde la superficie, sonriendo.

—Tú puedes, Lo'ak —susurró para sí misma.

Momentos después, Lo'ak emergió del agua con la concha en la mano, su rostro radiante de emoción.

—¡Lo hice, Ni'ta! —exclamó, levantando la concha para mostrársela.

—Lo hiciste —respondió Ni'ta, sonriendo ampliamente mientras tomaba la mano de Lo'ak, haciendo que él también sonriera.

Después de esa pequeña victoria, ambos comenzaron a nadar juntos, sus risas resonando en el agua mientras jugaban con sus Ilu. Los animales, sintiendo la conexión y el ánimo entre sus jinetes, empezaron a girar y saltar entre ellos, llenando el aire de salpicaduras y alegría.

—Lo'ak, ya es de noche, debemos irnos —dijo Ni'ta al salir a la superficie para tomar aire, viendo cómo el sol comenzaba a esconderse. Lo'ak hizo una mueca de fastidio, pero asintió.

Ambos comenzaron a nadar hacia la aldea. Al llegar al muelle, notaron la presencia de los líderes del clan esperándolos.

—Ni'ta, necesitamos hablar sobre tus hermanos —dijo la Tsahìk, con una expresión seria. Ni'ta, al escuchar eso, se alarmó.

—¿Les pasó algo? ¿Están bien? —preguntó rápidamente, el miedo reflejado en su rostro.

—Hubo un accidente —respondió Tonowari, su tono grave—. Empujaron a un Metkayina a una red, donde se golpeó el brazo, provocando que sangrara. Sabes cuál es el castigo, Ni'ta, y la responsabilidad recae en ti.

—¿Qué castigo? —preguntó Lo'ak, sintiendo una oleada de preocupación por Ni'ta, pero fue ignorado. Ni'ta, con la mirada baja, no pudo responderle.

—¿Quién cuidará de mis hermanos? —preguntó Ni'ta, angustiada.

—Estarán bien, Ni'ta. No te preocupes —respondió Lo'ak, tomando su mano con suavidad para tranquilizarla.

La Tsahìk extendió su mano hacia Ni'ta.

—Vamos, Ni'ta —dijo con firmeza.

Cuando Ni'ta estaba a punto de irse, Lo'ak, aún agarrando su mano, se detuvo.

—¿Qué castigo es? —preguntó nuevamente, esta vez dirigiéndose directamente a los líderes.

Tonowari lo miró por un momento antes de responder.

—Tendrá que cargar piedras pesadas en ambos brazos hasta el amanecer, por casi causar la muerte de un miembro del clan.

Lo'ak, impotente, soltó la mano de Ni'ta mientras veía cómo se la llevaban. Su frustración crecía mientras la figura de Ni'ta se alejaba bajo la luz tenue de la noche. Desesperado, corrió de vuelta a su tienda, entrando agitado.

—¡Se llevaron a Ni'ta, y le han puesto un castigo injusto! —gritó Lo'ak, alterado.

Jake lo tomó del hombro, intentando calmarlo.

—Tranquilo, hijo. Respira.

En ese momento, Seze y Atan se acercaron llorando.

—¡Ni'ta! Quiero a mi hermana... —dijo Atan, su voz quebrada por el llanto, lo que hizo que Seze sollozara aún más fuerte.

—Fue mi culpa... —murmuró Tuk desde un rincón, llamando la atención de todos—. Me tropecé, y Ak'ca tomó la culpa por mí... —Las lágrimas brotaron de los ojos de Tuk mientras Neytiri la consolaba.

Lo'ak se giró hacia Ak'ca, sorprendido.

—¿Por qué tomaste la culpa? Sabías que recaería en Ni'ta —dijo, su voz teñida de enojo y confusión.

Ak'ca, con lágrimas en los ojos, respondió:

—No quería que nos echaran... Son los únicos que nos aceptaron como somos, y... mi hermana es fuerte. No quiero que se vayan... no quiero que se vaya Tuk.

Kiri lo abrazó para consolarlo, mientras Lo'ak miraba a su padre, buscando una solución.

—Papá, debemos decirles la verdad. Ni'ta no debería pagar por algo que no fue su responsabilidad —pidió desesperadamente Lo'ak.

Jake suspiró profundamente antes de hablar.

—Lo'ak, si lo hacemos, podríamos perder nuestro lugar aquí. Ni'ta lo entenderá. Solo debemos esperar hasta mañana —dijo, su voz cargada de resignación.

Con un suspiro frustrado, Lo'ak se acomodó en su hamaca, su mente llena de preocupaciones por Ni'ta. No pasó mucho tiempo antes de que los hermanos más pequeños de Ni'ta se acercaran a su hamaca, buscando consuelo. Sin decir nada, Lo'ak los acomodó a su lado, y juntos se quedaron dormidos bajo la mirada tierna de los padres de Lo'ak.

Al día siguiente

 Lo'ak esperaba con impaciencia la llegada de Ni'ta. Sin embargo, para su desilusión, tuvo que entrenar con Tsireya y Aonung. Después de un rato, se dirigieron al muelle para comer, cuando Lo'ak vio a Ni'ta con sus hermanos.

—¡Ni'ta! —gritó, corriendo hacia ella.

Cuando llegó a su lado, pudo ver claramente las heridas en sus brazos y manos, y las ojeras que marcaban su rostro cansado.

—Ni'ta, lo siento mucho... Fue Tuk, no tu hermano. No debiste cargar con ese castigo —dijo Lo'ak, su voz llena de culpa.

Ni'ta sonrió, a pesar de su agotamiento.

—Ak'ca me lo contó. Yo habría hecho lo mismo por ustedes —respondió Ni'ta con una sonrisa suave—. Y gracias por cuidar de mis hermanos. De verdad lo aprecio.

Al decir esto, Ni'ta acarició la mejilla de Lo'ak, haciendo que este se pusiera nervioso, lo que provocó risas entre los hermanos de Ni'ta.

—No fue nada, en serio —dijo Lo'ak, visiblemente nervioso—. Deberías descansar, se nota que estás agotada.

—Es lo que más quiero ahora —respondió Ni'ta, suspirando—. Niños, ¿por qué no van a jugar con Tuk mientras yo descanso un rato?

Después de abrazar a su hermana mayor, los pequeños se fueron corriendo a buscar a Tuk. Lo'ak se ofreció a acompañar a Ni'ta hasta su tienda, y mientras caminaban, intentaba impresionarla con historias y comentarios, lo que hizo que Ni'ta sonriera.

—Ya llegamos —dijo Ni'ta al llegar a su tienda.

—Sí, bueno... ¿Te veo mañana? —preguntó Lo'ak, esperanzado.

—Te veo mañana, Lo'ak. Adiós —respondió Ni'ta con una sonrisa antes de entrar en su tienda, dejando a Lo'ak sonriendo mientras se dirigía de vuelta a su tienda.


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Quiero que seas tu [Lo'ak Sully]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora