El hombre de la cafetería

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Lo vi allí sentado,

Pensativo…

Con el café sobre la mesa,

Distraído…

Dio un sorbo a la bebida caliente, y de un cachetazo azotó al frío con su bufanda.

La vi deslizarse de su moreno cuello, como si fuese una gota de lluvia que se desliza sobre el vidrio.

Vi en sus ojos, la tristeza,

aquella tristeza de soledad que la presencia anhela.

Vi tantos de sus desayunos a distancia desde mi ventana, y éste tal vez sea el último.

El frío de la gran ciudad  puede ser hermoso y cruel,

no más cruel, es lo que tu mismo dejas entrar , dejar o guardarte,

Te arrepientes…

Te arrepientes tan tarde,

que tu reloj en la muñeca se queda inmóvil,

en aquel año donde alguna vez fue útil,

en la hora exacta donde el sol cae y besa los cerros de la cordillera,

en aquel minuto y segundo donde el último suspiro de tu alma dice, Adiós…

Pero quién son yo para interrumpir tu sorbo de café, tibio como abrazo de madre , y solitario como la misma muerte…

LA CAÍDA DE LOS ÁNGELES [Poesía desde lo más profundo del alma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora