6.

11 1 0
                                    

A la mañana siguiente desperté muy tarde, somnolienta me levanté de la cama y vi la hora en mi teléfono, el reloj marcaba las 11:45 a.m., abrí los ojos muy grandes y corrí hacia el baño para tomar una ducha. Los chicos todavía no se habían levantado así que decidí hacerlo antes de que ellos despertarán y también quisieran utilizar el baño. Agarre un pants gris flojo con un top negro para salir. Una hora después salí del baño pero para mí sorpresa los chicos no estaban ahí, bueno casi todos solo quedaba como siempre Antón.

—Antón, buenos días.

—Buenos días Lía, que guapa te vez con el pelo mojado.

—¿Gracias?, bueno no importa ¿Dónde están Joe y Kai?

—Ay que fría eres, fueron a hacer las compras de la comida.

—Como sea, ¿hace cuanto se fueron?

—Haces muchas preguntas. -dijo rodando los ojos- acaban de hacerlo.

—Pero- ¿sabes qué? olvídalo.

Antón cuando quiere de verdad que es odioso, ush.

—Vamos Lía, no seas tan gruñona y ríete un poco.

—Antón ¿Cómo me voy a reír si me dices "hicis michis priguintis" y después me pones los ojos en blanco?

— Ay, creo que te levantaste de mal humor, ni por haberte dicho guapa. -Antón puso una cara triste y simuló estar llorando.

—Ashh, pues en ningún momento te pedí que lo hicieras. -dije ignorando sus acciones y dirigiéndome hacia la puerta para ir a la cocina.

Salí de mi habitación bajando las escaleras con un Antón muy indignado detrás de mi.

Me acerque a la cocina y comencé a preparar el "desayuno", pues ya iba a ser la una de la tarde.

Esta vez no serán sopas de microondas ¿verdad?

Y esta vez no se serán sopas de microondas, Joe me obligó a comer comida más sana y me regañó continuamente diciéndome que viviendo sola con nada más eso de comer no viviría mucho y que ya debería de saberlo y hacer algo al respecto, etc, etc.

El día de hoy prepare unos homelets con jugo de naranja que recién había comprado.

Mientras preparaba eso, Antón desde la barra solo me observaba cocinar embobado.

—¿Y tú qué?, ¿No piensas ayudarme a hacer algo princeso? -dije en un tono divertido sacándolo de su trance.

—Ahh ¿yo?. -dijo confundido.

—Ahh si, tú. -dije con cara de obviedad.

—Pero Lía, no se que hacer.

—Tranquilo Antón, yo te diré que tienes que hacer ¿entendido?

—Entendido Lí.

A continuación Antón se puso un mandil de señora, el cuál no se de donde saco, y se acomodo a mi lado, le di instrucciones de como hacer un homelet y para ser su primera vez lo hizo genial. Antón estaba fascinado con la facilidad que podía hacer las cosas en su primera vez, después ya no me dejó que yo los siguiera haciendo y me sentó en la mesa para que degustara el fruto de su esfuerzo.

Yo ya me encontraba sentada en la mesa esperando a Antón, cuando de un momento a otro llegó con sus homelets en un plato sosteniéndolos con una mano y en la otra un vaso de jugo de naranja, él los coloco en la mesa enfrente de mi y se sentó a mi lado.

—Vualaaa, he aquí mi primer comida preparada sin ayuda de nadie. -dijo con una sonrisa enorme en los labios.

—Oye Antón, perdón por arruinar tu teatro pero tú ni sabías que era esto hasta que te enseñe la receta y-

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝑻𝑯𝑬 𝑭𝑶𝑹𝑬𝑺𝑻 𝑶𝑭 𝑺𝑬𝑪𝑹𝑬𝑻𝑺 [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora