Hace 16 años en Qeblivuth. . .
—Felicidades mi señora, es un varón con buena salud. —La mujer tenía un pequeño recién nacido en brazos, tan lindo—
—Gracias, —Recibió al pequeño en brazos, lo abrazaba de una manera tan tierna y dulce— hola mi niño, estoy tan feliz de verte al fin. . .
Lágrimas pequeñas brotaban de los ojos de aquella mujer, la felicidad de tener a su hijo en brazos por fin, era una experiencia única.
—Dejenme pasar porfavor —Un hombre alto se abría paso entre las personas en la habitación—, miren que criatura más bella, lo hiciste bien cariño.
Dió un beso en su frente para después admirar al pequeño que tenía en brazos, era tan lindo, aunque sus ojos estuviesen cerrados, su apariencia era tan hermosa y delicada.
—Dejame sostenerlo querida —Tomo con cuidado al pequeño y lo mecía lentamente— que hermoso día es hoy, me has dado un heredero perfecto Seraph.
Se notaba a aquel nombre feliz, una sonrisa decoraba su rostro mientras miraba a su hijo, o más bien su heredero, estaba totalmente orgulloso en aquel entonces.
________________________8 años antes. . .
—Haber, lee lo que dice aquí —Señalo el libro en manos del pequeño—
—Mmm, dice, "Nunca te fies de alguien por palabras, por qué a veces hay lobos con piel de cordero"
—Bien, que crees que signifique? —Puso una mano en el libro, tapando la frase antes leída por el niño—
—Que no se debe confiar solo por lo que dicen de alguien —Contesto el pequeño con entusiasmo—
—Asi es! Ese es mi hijo! —Abrazo al niño con cariño—
—Jaja, te quiero Papá!
—Yo también mi niño. . .
________________________5 años antes
—Ya te lo he dicho padre, no fui yo! —El joven reclamaba desesperado—
—No mientas! Todos te vieron Abdiel, lo golpeaste!
—No es cierto! Mientes! —No le quedaban muchos recursos para defenderse, lo inculparon—
—Callate! —Le dió una cachetada a Abdiel—
El joven estaba enojado, más que triste, le ganaba la ira, pero, no se podía enojar con su padre para nada.
—Esta bien, no me creas, de todos modos N-no me im-mporta! —Salio corriendo de la habitación con lágrimas en los ojos—
El estruendo de la puerta cerrandose, resonaba en la cabeza del hombre.
—Querido, no debiste hacer eso, el no haría algo así! —La mujer le reprochaba a su esposo—