10 Altezas

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La boca hambrienta del rey consorte bajó por el cuello de Sam, se entretuvo unos segundos en cada tetilla mientras manos acariciaban sus muslos y un dedo se introducía lentamente entre sus glúteos del moreno. El gemido de placer de este fue acallado por una boca que asalto la suya tomando su lengua como suya para degustarla totalmente a gusto. El dedo giraba en su interior haciendo que su cabeza girara con él, luego un segundo y un tercero haciendo sincronía perfecta con la boca que descendía por su vientre bajando hasta su entrepierna, totalmente erguida que le exigía contorsionarse impulsándolo hacia el cielo, buscando mayor contacto

Por unos tortuosos minutos los dedos se movían en su interior, e incluso tocaban ciertos puntos en su interior que lo disparaban a lugares inimaginables para Sam, mientras una tibieza de otro mundo envolvía su hombría palpitante al máximo nuevamente. Sin embargo la tibieza abandonó su miembro arrancándole un gemido de molestia, ya que cuando estaba a punto de venirse, algo grande se lo impidió mientras de fondo escuchaba dos risas suaves

- ¡Por favor! – suplicaba Sam – ¡ya no puedo más!

- Aun no hermoso – le dijo una voz al oído antes de sentir como este era asaltada por una lengua – ten paciencia

- Delicioso – dijo otra voz sobre su entrepierna estremeciéndolo completamente por lo que inconscientemente busco algo a que aferrarse

- Ya no... – gemía Sam perdida en la niebla de placer

- ¿estás listo, amor? – pregunto la primera voz, Sam quiso responder pero no lograba recordar cómo seguir hablando, sin embargo alguien más contesto por él

- Solo si me das un beso de los que me gustan – dijo alguien y entre sus palabras logró distinguir algo como una risa

- Eres muy consentido, mi rey – le respondieron con una risa suave

- ¡Y más ahora que me van a consentir el doble! – dijeron con tono de victoria

Algo grueso, tibio y muy, muy duro se abrió paso entro los glúteos de Sam hacia su interior. Quiso gritar, al principio de dolor por la intromisión y luego por el placer que le estaba empezando a provocar las sensaciones del cuerpo moviéndose alrededor de su miembro. Sin embargo una boca volvió a tomar la suya acallando cualquier sonido que pudiese salir de su garganta. Se aferró a la espalda de la persona como un náufrago a una tabla en medio de la tempestad, mientras otros brazos fuertes rodeaban su cintura para que unas caderas marcaran dentro de él el ritmo en que él se debía mover.

La boca que devoraba la suya cedió unos centímetros para que una tercera lengua tomara también parte de una lucha en la cual habría tres vencedores a partes iguales. Sus manos viajaban en diferentes direcciones, sin perder ni por un instante contacto con pieles que se sentían distintas y a la vez parecían una

El mundo de Sam Wilson estalló en millones de colores cuando baño el interior del hombre que amaba, mientras el hombre del que se empezaba a enamorar regaba sus propias entrañas

Si esa no era la gloria misma, la gloria no le interesaba en lo más mínimo

Un suave ruido trajo a Sam del mundo de los sueños al real. Con pereza entreabrió los ojos para notar donde estaba. Una oleada de recuerdos invadió su mente a tropel, haciéndolo sonreír mientras tomaba conciencia de la posición en la que se encontraba

Abrazado al rey con su cabeza sobre el pecho del moreno y la de James a centímetros de la suya, Sam escuchó nuevamente lo que lo había despertado. Con cuidado se zafó del abrazo posesivo de... ¿su amante? ¿Su novio? ¡Su rey!

Consorte De ReyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora