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Otro par de días después, su jefe estaba en la cafetería para supervisar algunos asuntos y al parecer cambiar algo minúsculo del menú. Y Felix debía escabullirse un par de segundos cada diez minutos para responderle a Minho.

Leyó el último mensaje que le había mandado el castaño, mordiéndose el labio con una sonrisa al ver la foto que le había enviado desde la universidad con el cabello desordenado y una carita de sueño que Felix encontró adorable y completamente besuqueable, inconscientemente, los labios de Minho hacían un pequeño puchero hacia la cámara.

Se la habían pasado mensajeando como locos, Minho últimamente no se había aparecido por la cafetería y Felix se enteró que era por estar en periodo de exámenes. Por lo que su único recurso para no perder contacto con él, era a través de Kakao Talk.

Cada día sentía más aquella conexión con Minho, como si algo los incitara a buscarse aunque sea de la más simple manera. Jamás quedaban sin tema de habla. Felix estaba maravillado de que por fuera, Minho se viera introvertido y varonil, pero su personalidad era la de un torpe chico dulce, amistoso y torpe que no sabía decir que no.

"Minju, necesito hablar contigo un momento, sígueme", escuchó la voz de su jefe y su teléfono resbaló un par de veces de sus manos antes de atraparlo y sostenerlo contra su pecho. Vió a la rubia algo frustrada desaparecer por la puerta de la cocina, y por un momento se preguntó qué pudo haber pasado.

Su teléfono vibró contra su pecho, un nuevo mensaje le había llegado. Desbloqueó el aparato y leyó como Minho le exigía que era su turno de enviarle una foto de lo que fuera que estaba haciendo.

Mordisqueó su labio, y abriendo su cámara frontal se retocó un poco. Desordenó sus cabellos y revisó si su sutil maquillaje no se había corrido. Tomó una foto de costado, sin quedar satisfecho con el resultado. Bajo la cabeza hasta su blusa, y desabrochó el botón de más arriba, dejando a la vista parte de su pecho y clavículas, y, recordando que Jeongin le había pasado un choker -nunca supo específicamente el por qué- lo sacó de su bolsillo y se lo ajustó a su cuello. Era una simple tira de gamuza negra y fina, con una piedra preciosa pequeñita en el centro. Felix volvió a abrir su cámara y tomó otra foto en la misma posición, quedando satisfecho esta vez al verse más bonito, y enviándola sin dudarlo a Minho.

Dejó el teléfono de lado al llegar un cliente, y se entretuvo por un par de minutos mientras tomaba la orden y hacía con extrema delicadeza y agilidad el bubble tea. Le encantaba su trabajo, el olor de diferentes hierbas, especias o frutos secos se mezclaba en su nariz de forma exquisita y jugar con las máquinas era una de las formas de pasar el tiempo. Ser barista al principio le había resultado muy difícil, pero ya lo manejaba bien.

Cuando volvió a desocuparse, desbloqueo su teléfono y se sentó en una silla frente a la caja registradora, pero casi se va de hocico al suelo al ver el mensaje no leído de Minho.

Lee Know

Te ves lindo con choker

Felix se llevó el dorso de su mano a la boca y mordisco la piel arrugando la nariz, chillando lo más bajo posible para no alertar a los clientes ni llamar la atención de su jefe.

Minho definitivamente le estaba coqueteando, y él se dejaba hacer sin ningún tipo de resistencia, porque muy en el fondo, le encantaba tener la atención de Minho, le encantaba su nueva cercanía y que el castaño le aludara cada vez que se retocaba un poco más de lo usual. El chico parecía estar tan al pendiente de él,  darse cuenta de todos los detalles de su parte y corresponderlos de igual manera.

Felix se acurrucó contra si mismo en la silla donde estaba, llevándose los dedos a los labios y sonriendo con alegría. Una felicidad y un sentimiento cálido asentándose en su estómago con fuerza.

Sentía que Minho era para él, y él para Minho.

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Al día siguiente, Minho nuevamente había llegado sin las intenciones de ver a Minju, si no a él. A Felix le tocaba cerrar la cafetería hoy, por lo tanto, la compañía de Minho desde las 9 hasta las 10 y media -horario en donde casi nunca habían clientes- se le hacía lo más anhelado.

Felix despidió a las 10 al último empleado que quedaba, quedando solamente él y Minho durante la media hora restante en donde tendría que todo estuviera en orden antes de cerrar.

"¿No prefieres irte a casa? Es tarde ya", habló Felix, él en realidad no había querido decir aquello, pero tampoco quería obligar a Minho a que se quedase junto a él y fuera a dejarlo a casa.

El chico está vez llevaba una camiseta negra normal con una bomber jacket para cubrirse del frío, había comenzado octubre y las tardes se hacían cada vez más heladas. Minho llevaba un par de papeles en mano, que Felix supo que eran partituras, y un portaminas el cual mordisqueaba el extremo con sus lentes. El castaño levantó la vista hacia Felix, arqueando una ceja incrédulo.

"¿Acaso no te gusta mi compañía?", Felix soltó una risita, negando con la cabeza y rodeando la barra para acercarse a él y sentarse en la silla de al lado.

"Sabes que no es eso", Minho le sonrió, dejando su vista hacia los papeles. Felix lo miró, antes de acercar la suya para que se rozaran suavemente, uno de los dedos de Minho amagó en envolverse con el suyo, y Felix no pudo decir que no, terminando por enredar su dedo indice con el de Minho.

"¿Sabes? Es probable de que despidan a Minju", Minho no despego la vista de las partituras, y Felix frunció el ceño. ¿Despedirán a Minju?¿Por qué?

"¿Por qué?"

Minho se encogió de hombros, desinteresado. Y Felix frunció aún más el ceño.

"Ya no me cruzó tanto con ella, creo que me evita", el rubio incontables veces notó como la chica parecía estar cada vez más lejos de él, como no le hablaba ni le saludaba como antes y solamente cuando era necesario, y como la actitud hostil de Minju parecía salir cada día más a flote.

"No tengo ni la menor idea, Minju está rara, no la estoy tomando demasiado en cuenta estos días", Minho guardó las partituras y el portaminas dentro del bolso lleno de dibujos y parches al costado de su asiento, "¿vamos? Ya son las 10:15"

"No tengo ni la menor idea, Minju está rara, no la estoy tomando demasiado en cuenta estos días", Minho guardó las partituras y el portaminas dentro del bolso lleno de dibujos y parches al costado de su asiento, "¿vamos? Ya son las 10:15"

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𝑭𝑶𝑹 𝑴𝑬? MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora