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Día jueves, y sintiéndose mucho mejor, se encontraba nuevam en la cafetería con un turno bastante corto por si recaía de nuevo. Jisung le había dado medicamento y una botella con agua tibia de hierbas por si tenía malestares y le hizo jurar que cualquier cosa le avisará a él o a I.N.

Había acordado con minho de que este pasaría a recogerlo cuando su turno acabará a la hora de almuerzo, para lo que faltaba media hora.

Estaba realmente ansioso, tanto que no se percató para nada el hecho de que Minju tenía los ojos hinchados y el cabello despeinado, con una actitud lenta y explosiva, más de lo normal obviamente. No, nada podía parar su ansiedad, a menos de que fuera el mismo motivo quien la inició.

Suspiro con una sonrisa boba, Minho estaba tan debajo de su piel, ten enterrado en su corazón y tan dentro de su mente que para Felix era imposible no pensar en otra cosa que no fuese él. Su cabello castaño, de pequeños rulitos que enmarcaban su rostro ovalado y sus pómulos y cachetes rellenitos. Esos ojos delineados naturalmente que escondían tantas emociones y tantos sentimientos en aquellos iris achocolatados que Felix quería mirar por horas. Aquellos labios, aquellos perfectos, jugosos y perfectos labios que tenía Minho, con un tacto caliente que volvía a Felix una jalea tembleque, aquellos labios que había probado y degustado, esa boca que el rubio solo quería volver a besar una y otra vez.

Soltó un quejido al sentir un pequeño malestar en la boca  del estómago, no había comido ni un bocado desde ayer al almuerzo, que fue un simple bowl de arroz blanco y desabrido para que no le cayera mal, y con tan solo tres días de haber enfermado ya sentía sus pantalones una talla más grande. Debía ser bastante cuidadoso, cualquier aroma lo suficientemente fuerte le podía causar náuseas, y él definitivamente moriría.

Había llevado un pequeño espejo de bolsillo ese día, al igual que había dejado su cabello algo húmedo para que se secará solo y le quedasen pequeñas onditas y algo más de volumen. A pesar de lucir algo pálido, Felix aún quería verse lindo para Minho, era algo que le nacía ser porque amaba notar el como Minho se quedaba prendido viéndole cuando él  'no se daba cuenta', pero en realidad, Felix era el tipo de persona observadora que no se le escapaba ningún tipo de detalles, y era algo de que, alguna forma, era bastante útil.

Aunque todo apuntase a que Minho si correspondía sus sentimientos, la pequeña incertidumbre de que quizás no sea así se transformaba en un nudo que le apretaba la garganta a Felix. Y le daba miedo el simple hecho de saber que existía la posibilidad de que Minho le dijese que todo fue un simple error, que solamente le probó, que quiso comprobar su sexualidad, etc.

Felix entregó la pequeña tacita con café de avellanas a una chica dedicándole una sonrisa justo cuando sintió el característico sonido de una motocicleta subirse a la vereda y detenerse a las afueras del local.
Felix soltó un suspiro, formando una sonrisa de alegría inconscientemente al ver los cabellos de Minho rebotar fuera del casco y a este mismo sacudir un poco la cabeza y pasar una de sus manos por sus cabellos antes de sacar su teléfono.

Se acercó a la caja, justo  cuando de la cocina salió el chico el cual empezaba su turno ahora. Le dedicó una sonrisa, antes de tomar su celular que se encendió al recibir una notificación, y dejándole las indicaciones de lo que había hecho antes de desaparecer por la cocina hacia la sala de empleados a por sus cosas.

Lee Know ♡
Estoy afuera.

Felix marcó el término de su turno a las 12:30 pm y se quitó el mandil antes de guardarlo enmuruñado en su bolso, al igual de que se sacó la camisa con el logo de la cafetería y la reemplazó por una negra con dibujos en blanco y una pequeña bandana para despejar su rostro de su largo cabello. Se vió a través de la pantalla de su celular, y al ver que no había nada fuera de lugar, se colgó el bolso al hombro y abrió la pesada puerta trasera que daba al callejón para salir y comenzar a caminar hacia la avenida y hacia -ya puede decirlo sin cuestionarselo demasiado- su amor.

Le vió allí, sentado en su motocicleta con sus dos pies en el suelo, inclinado sobre el manubrio y mirando su teléfono mientras soplaba con un puchero sus rulos largos que ya comenzaban a cubrirle los ojos. La camisa manga corta anaranjada que llevaba se apegaba a la flexión de sus brazos. Y como si Minho pudiese sentir su presencia cerca, levantó la vista hacia él cuando comenzaba a acercarse al castaño. Enseguida, Minho dibujó una sonrisa con sus labios, dejando a la vista los alineados dientes y logrando que el rubio se avergonzara al sentir ese par de ojos oscuros recorrerlo de pies a cabeza.

Cuando se halló lo suficientemente cerca, Minho se enderezó y se levantó de la motocicleta sin dejar de observarle con una sonrisa que Felix pudo catalogar como atontada, y al estar frente a él, no pudo evitar soltar una risita al sentir nervios en su estómago.

"Hey", susurró Minho, pestañeando repetidas veces como si Felix no existiera y solo fuese producto de su imaginación.

"H-hey", Felix intentó no tartamudear.

Intentó, pero su cerebro de poroto lo hizo igual.

Enrojeció un poco ante eso, sintiéndose aún más nervioso que hace un par de segundos y queriendo golpearse las mejillas al estar al límite de soportar el enrojecimiento de su rostro.

Sintió la tibia mano de Minho acunar su hombro, antes de sujetar la correa de su bolso y quitárselo de encima sin oposición del rubio. Y guardándolo en el compartimiento de su motocicleta, le entregó un casco que había obtenido del mismo compartimiento.

"¿A dónde iremos?", preguntó Felix, colocándose el casco encima de la cabeza y ajustándolo a su pequeña cabeza.

Minho volvió a subirse a la motocicleta, pero antes de que Felix pudiese subirse por su propia cuenta, sintió una de las manos de Minho posarse en la curva de su cintura y guiarle hasta el asiento de atrás acolchado.
Felix se dejó hacer, demasiado desconcentrado por el toque sin notar que Minho acariciaba la piel cubierta de su estómago con su dedo pulgar.

"Abrázame fuerte, Lixie, no quiero que te pase nada de camino", le volvió a concentrar, Felix apretó los labios al verlo girarse para encender la motocicleta, y él como un pequeño koala, entrelazó sus brazos sobre el pecho de Minho, apegando el suyo a la ancha y formada espalda del castaño.

Felix inconscientemente aplastó su mejilla contra el casco y el hombre de Minho, y con una sonrisa boba, se olvidó por completo la razón principal por la cual iban a salir juntos. Al igual que la otra gran razón que se encontraba ahora mismo apretando un mantel de cocina, viendo con total enojo coló aquella motocicleta desaparecía por la calle desde dentro de la cafetería.

Esta vez me tarde más en actualizar pero es porque en los fines de semana se me complica mucho ahhh una disculpa

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Esta vez me tarde más en actualizar pero es porque en los fines de semana se me complica mucho ahhh una disculpa.

𝑭𝑶𝑹 𝑴𝑬? MinlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora